Abandono de los adultos mayores
En un país como Chile, que envejece a tasas aceleradas, cada vez tomará mayor relevancia el bienestar de su tercera edad. La sociedad sólo podrá aspirar a considerarse desarrollada una vez que trate de forma digna a quienes son adultos mayores.
Varios organismos han advertido el abandono en que se encuentran algunos adultos mayores y el maltrato que reciben de sus familias. Muchos deben vivir de la caridad ante los escasos recursos, que son el pobre pago de la sociedad tras una vida de trabajo. La realidad de ellos es dramática y pone de relieve no sólo la indefensión en la que se encuentran, sino también lo ineficiente que puede ser el sistema para brindarles una vejez digna. Un aspecto relevante si se considera que Chile envejece a tasas aceleradas, fenómeno que tiene repercusiones de salud, económicas y sociales.
Las personas han tomado más conciencia y muchos casos de violencia intrafamiliar que antes no se denunciaban, ahora son identificadas como delitos y las víctimas o sus cercanos dan cuenta de estas situaciones ante los organismos policiales. Aun así, no puede desconocerse que todavía hay una "cifra negra", por casos que no son notificados y que revelan la necesidad de un cambio cultural.
El abandono, el abuso patrimonial, las agresiones físicas, sexuales y sicológicas son algunas de las tantas formas que puede presentar el maltrato hacia los adultos mayores, lo que constituye un delito sancionado por la Ley de Violencia Intrafamiliar. En estos casos, las denuncias van en contra de los familiares y muchas veces lo que busca la víctima es una medida para que sus hijos o nietos se alejen de ellos o se vayan del domicilio que comparten.
Las proyecciones indican que a mediados de siglo ese segmento representará un tercio de los habitantes de un país que está entre los que tienen mayor proporción de adultos mayores. Estos antecedentes llevan a la reflexión sobre las condiciones en que se desenvolverán aquellos hombres y mujeres una vez que integren el segmento más longevo. No se trata sólo de las condiciones que da el sistema previsional o el Estado, con la jubilación y la protección social, que en sí ya es un tema que reclama especial atención. Está también la manera cómo el implacable costo de la vida puede ser despiadado con personas que aun tras haber dedicado toda una vida a trabajar, tengan que terminar sus días en condiciones deprimidas.
La sociedad debe orientarse a una cultura que valore, respete y salvaguarde a los adultos mayores.