¿Quién lo diría? Un acto tan básico, doméstico y casi automático, como lavarse las manos, es una de las principales armas que tenemos para combatir a nuestro actual peor enemigo: coronavirus.
¿Covid-19?. Se cree que este agente biológico tuvo su "nacimiento" en un mercado de Wuham, China…¿China? Si, ese descomunal país comunista que reniega del capitalismo y curiosamente vive de él! Esa milenaria tierra de emperadores y castas que hoy sólo ha cambiado de tipo de emperador, allá donde nace el sol y al igual que siglos atrás la mayoría vive modestamente y comen las cosas más increíbles. Se le atribuye a un murciélago, según noticieros, la causa de este drama global…
¿Drama global?... Obvio, tiene en jaque a Europa y ahora a la principal potencia: Estados Unidos, que está a punto de colapsar.
Bueno, dicen que China está comprando la mitad de Estados Unidos, que el virus "salió" de un laboratorio chino, otros que de Canadá y Francia, que no tendremos antídoto hasta un par de años y ahora que tal vez en unos tres meses más, que sólo Pilatos y políticos se salvaran porque son los únicos que se lavan las manos…
En fin, fakenews (noticias falsas) WatsApp, Twitter, noticieros (ya no hay diferencia), todas las redes a disposición de todo.
Y aquí estamos, a un paso de sucumbir, desde la bella Italia hasta la última punta del cerro en América (nada se ha dicho de África).
Aquí entre nos, en medio de este caos transnacional, de la escoba económica que deberemos afrontar, en medio de "últimos minutos" mostrando a la OMS y jefes de Estado de las grandes potencias sucumbir frente a este "pequeñísimo ente", nosotros vulgares víctimas de estas dudosas pandemias (en sus orígenes), imposible no aterrorizarse al ver cómo el mundo gasta miles de millones de dólares en armas para atacar, pero basta un microscópico bichito para que el mundo retroceda al infinito. ¿Será pura idea o parece que hemos gastado más en sofisticados modos de destrucción en vez de invertir en conocimiento y estamos más preocupados de hablar de política que del espíritu?. ¿Usted qué cree? ¿Nos seguimos lavando las manos?.
Vivian Arend