Creando y cuidando la región ha sido nuestro lema desde los inicios de nuestra gestión como gobernador regional de Los Lagos. Refleja una convicción que hemos desarrollado en todos los ámbitos que impacten de manera concreta en el bienestar de las familias de nuestro territorio y, por supuesto, la seguridad pública ha sido un pilar fundamental en esta consigna estratégica.

El Gobierno Regional ha invertido cerca de $26 mil millones en herramientas concretas para combatir la delincuencia, puesto que estamos en tiempos en los que no podemos quedar al margen de la realidad de nuestro país.

Por eso, lo que hemos logrado concretar esta semana, ciertamente es de otro nivel.

Gracias a los $1.572 millones que entregamos desde el presupuesto regional 2024 al Ministerio del Interior, vamos a dotar a la PDI de equipamiento de alta gama para identificar y retener a delincuentes que se encuentren prófugos de la justicia. Esta tecnología viene a regular más el control migratorio, pero también trae más tranquilidad a la ciudadanía, pues permite la identificación de identidad con la huella dactilar, la voz, el iris del ojo y los rasgos faciales.

Estas son herramientas que hace unos años sólo veíamos en producciones de ciencia ficción y hoy llegan al servicio de la seguridad pública de la Región de Los Lagos.

Este logro histórico que el Gobierno Regional hace posible, me lleva a la reflexión sobre la "ciencia ficción" que algunas veces aparece en estos tiempos electorales. También es bueno hacer un llamado a la ciudadanía a que exija: innovación, empatía y realismo en los compromisos que las candidaturas den a conocer.

En el Gobierno Regional hemos plasmado un camino sólido de cooperación público-privada, de iniciativas que identifican y solucionan problemas históricos, como el convenio con el Ministerio de Obras Públicas para renovación de puentes, el repoblamiento de la bahía de Ancud, los miles de millones que hemos invertido en salud (reducción de listas de espera, atención y prevención del cáncer, salud bucal, etc.) y todo un plan de nueva administración de los recursos hídricos en la región, sólo por mencionar algunos hitos.

Todas son iniciativas que nacen del programa de trabajo estratégico, serio y realista que presentamos en nuestra campaña. Este plan, sin duda, se fue fortaleciendo con la colaboración de alcaldes, parlamentarios, consejeros regionales, los gremios, la academia y la comunidad organizada.

Así se crea y cuida la región, con transparencia y seriedad, pero sobre todo, hablando con la verdad, de cara a la ciudadanía.

En consistencia con lo que han mostrado otros estudios de opinión nacionales y regionales, la delincuencia y las drogas volvieron a asomar en Los Lagos como la gran inquietud de la ciudadanía, según detalló la encuesta "Sueños y temores de los chilenos", que la Universidad Adolfo Ibáñez, en alianza con la Mutual de Seguros, realizó en la región. Más abajo figuraron la inestabilidad económica y laboral, y el acceso a la salud. En lo que respecta a los sueños de la población regional, las preferencias se volcaron hacia la estabilidad laboral y económica, además de la posibilidad de adquirir un bien.

La inseguridad a la que se enfrenta el país se ha convertido en una crisis de proporciones. El pernicioso discurso de desacato a la autoridad que impregnó a algunos sectores, junto con la normalización del consumo de las drogas y una ola migratoria sin freno a la cual no se le ha aplicado los más elementales requisitos de ingreso, se fueron convirtiendo en los años recientes en el mejor de los campos para el crimen organizado, que se ha valido, además, de un sistema policial, de persecución penal y judicial que no lograron adecuarse oportunamente a la emergencia.

Los episodios de violencia registrados esta semana en centros de salud familiar en la Región Metropolitana, con bandas organizadas que sin ninguna contemplación llegaron a rematar a sus víctimas y a amenazar al personal médico para que no las atendiera, habla a las claras de la desfachatez con que están actuando. Para el crimen organizado ya no hay límites, pues tiene al frente a un poder político que, pese a los discursos en que se le promete combatir con toda la fuerza del Estado, no ha podido comprender que la delincuencia y el narcotráfico están yendo siempre más rápido, cooptando a quienes pueden e imponiendo el poder del dinero y armas.

La evidencia, comenzando por los decomisos de droga que se han realizado en este territorio, testimonian que el crimen organizado ya extendió sus garras, mientras la clase política sigue sin reaccionar.