Para conocer a los cuicos debemos retroceder hasta 1879 cuando se usaba ese chilenismo referido a un forastero boliviano de paso en Chile. Un siglo después, el cuico renace con la jerga Coa usada por reclusos de la cárcel para identificar a un reo adinerado, y blanco, a quien llamaban "culia...o y conchetu...madre", abreviando a cu-i-co.
El cuico salió de la cárcel y se integró en la sociedad haciéndose conocido y popular. Existen muchos mitos en torno a los cuicos y en esta columna pretendo definirlos, clasificarlos y reconocerlos.
El típico cuico chileno proviene de familia acomodada, es conservador, de ascendencia extranjera, de piel, ojos y pelo claros, esbelto, discreto, con educación completa. Sus redes y su burbuja social le proporcionan oportunidades laborales, relaciones de pareja y de negocios. Vive en barrios exclusivos y apartados, y es políticamente de derecha, jamás iría a una parrillada o bingo bailable, a una iglesia Testigos de Jehová, ni se lavaría los dientes en la oficina, usa la plata como un medio para sustentar su estilo de vida, no para ser millonario. El goce extremo no va con él. Las cuicas son más exageradas, en vez de gracias dicen "te pasaste"o "un millón", y se mueren a cada rato, "me muero que rica tu torta". A los cuicos no les gusta que sus gustos se popularicen ni que dejen de considerarlos cuicos. Estudian en colegios cuicos y veranean juntos en lugares de moda.
El cuico que reniega de su cuiquez, es el cuico "progre", quien para mostrar que no es cuico, vive en edificios viejos sin ascensor o remodela casonas antiguas en algún barrio histórico. Politicamente es de izquierda o "red set", no importa en qué trabaje, siempre estará apoyado económicamente por su familia, pero se identifica con ideas más liberales y anticapitalistas. Es artista, más cool, anda en bici y practica vida sana, ostenta poco, marcha contra las represas, porque le encanta lo ecológico, la naturaleza, pero muestra la hilacha manejando una gigante SUV petrolera y enchufando miles de aparatos eléctricos a la red.
Las "pelolais" son una tribu urbana compuesta de cuicas jóvenes delgadas, altas, de melena lisa y clara, visten a la moda y sin excesos. Son discriminadoras con la belleza que las caracteriza y hacen del aspecto físico su estandarte.
El cuico joven está representado por el "zorrón", es un machito heterosexual, que se expresa desenfadado y extrovertido, es gozador, simpático, mujeriego, carretero, consentido, frívolo y materialista, es hijo de papá, financiado por la mamá, un mamón. Es el "lolo palanca" popularizado en los '80 por Coco Legrand.
También existe el cuico snob o new rich, que intenta ser cuico y simula ser de clase superior, aunque carece de una red de contactos y respaldo económico familiar. Vive endeudado, en los mejores barrios y es odiado por los verdaderos cuicos, porque los suplantan y dañan su imagen. Es siútico, mirador en menos, aparentador y aspiracional, es de ultra derecha, prepotente y "facho". Habla raro, con palabras rebuscadas y "con una papa en la boca".