Oportunidades que abre el TPP-11
El polémico tratado que vincula a Chile con diez países del Asia Pacífico ofrece una puerta a exportaciones desde regiones. Pero no basta firmar un acuerdo para que sea beneficioso; hay que difundirlo, disipar temores y ayudar a que se ponga en práctica de la mejor manera.
Cinco años en tramitación estuvo el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP-11), que entró en vigencia el martes y convirtió a Chile en la décima nación que se suma al acuerdo, en el cual también participan Vietnam, Nueva Zelanda, Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Singapur; es decir países que comparten un espacio geográfico ligado al Océano Pacífico, que son economías en desarrollo, que no forman parte de los grandes conflictos internacionales y que buscan potenciarse con normas tanto comerciales como de fomento al cuidado ambiental, respeto de propiedad intelectual y apertura de mercados con aranceles preferenciales.
El tratado es el número 27 de Chile y ha estado marcado por una polémica constante por la oposición de grupos que ven en él una "profundización del sistema globalizado neo liberal" . Incluso sectores ligados al gobierno así lo manifestaban. Sin embargo ahora se ha explicado que muchos temores serían infundados y que se abren oportunidades amplias para llevar productos nacionales a 400 millones de potenciales clientes, como también recibir materiales y manufacturas que podrían abaratar costos para las pequeñas empresas.
Desde regiones hay algunos aspectos especialmente interesantes de observar. Por ejemplo, un 33% de las líneas arancelarias están vinculadas al rubro agropecuario y un 15% a la pesca y acuicultura. De ahí que desde gremios agrícolas se insistiera el año pasado en avanzar en la puesta en marcha del Tratado, que ahora debe ser difundido y activado considerando las distintas realidades locales y los requerimiento de capacitación y tecnología que se evidencian cuando se busca rutas internacionales.
Respecto de este último punto, varios analistas han recordado que no basta firmar un acuerdo de este tipo para que sea positivo; hay que utilizarlo y apoyar para que se preparen quienes pueden beneficiarse con él. También es preciso explicar, informar a la comunidad, respondiendo a las dudas que aún tengan.