La pandemia no ha terminado, los contagios registran alzas. Sin embargo, en las calles y espacios públicos parece que nada ocurriera. Las vacunas y los relajos en las medidas de restricciones dan sensación de seguridad y se ha vuelto a ver aglomeraciones; hay escaso respeto al control de temperatura, poco uso de alcohol gel y bajísimas opciones de ver personas utilizando mascarillas.

Por una parte esta "normalidad" hace bien para el ánimo y la economía; pero, por otra, el excesivo relajo de las normas puede traducirse en riesgos de largo plazo. En ese contexto es que se hace atendible el llamado que ha realizado a nivel nacional el Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile, respecto de generar la obligatoriedad de protección en el interior de las farmacias. Que clientes y dependientes usen cubreboca siempre, solicitan ellos.

Esta idea nace del postulado gremial respecto que las farmacias son "centros de salud" (así reconocidas en el Código Sanitario), es decir, mucho más que un espacio de venta de medicamentos.

A esos lugares llegan las personas con síntomas de enfermedades en busca de orientación; sobre todo sucede así en el caso del covid-19, cuyas señales son tan similares a las de una gripe. Más ahora que se está desarrollando la campaña "Antígeno en tres pasos" a través de la cual las farmacias venden a bajo costo los kits de autotesteo de contagio, para generar autorreportes de pacientes, sin necesidad de ir a un laboratorio.

En Los Ríos, por ejemplo, es posible adquirirlos en Valdivia, La Unión y Panguipulli, cumpliendo con un protocolo de identificación, ya que el test cuenta con un número de folio que va asociado al ID de la persona que adquiere el producto, con el cual podrá auto reportarse posteriormente. Para esta compra, no se necesita receta ni orden médica, basta ir a la farmacia. Y si se atiende estos casos -como otros- correspondería el uso de mascarillas, por lógica. Sin embargo, a nivel ministerial solamente se ha indicado que es "altamente recomendable", no obligatorio.

Considerando lo anterior, desde la comunidad sería interesante sumarse a la reflexión del Colegio de Farmacéuticos. Prevenir nunca está de más, es un gesto simple y amplios beneficios.

Un 21 de octubre de 1966 comienza la historia de Inacap, como pionera y en la actualidad líder en la formación técnico-profesional de Chile, con gran cobertura en todas las regiones del país y, en Osorno, reconocida por su prestigiosa trayectoria en la educación de técnicos y profesionales, propiciando el autodescubrimiento y la formación de personas íntegras que transforman el mundo.

En sus 56 años de camino recorrido, Inacap ha formado con excelencia miles de jóvenes que, con perseverancia, han forjado hermosas historias de esfuerzo, cambiando su vida y la de sus familias con la formación recibida.

Como institución, estamos orgullos de ser una pieza clave para que esos relatos de superación puedan en su conjunto aportar al desarrollo de Chile.

Y lo hacemos desde una variedad de disciplinas, tales como informática, agricultura, mecánica, automatización, salud, construcción, entre otras, y que en forma transversal dan cuenta del sello innovador y emprendedor en el quehacer de nuestros egresados, en sintonía con los desafíos del sector productivo.

En un mundo tan cambiante, en medio de una pandemia sin precedentes, como comunidad estudiantil logramos superar con éxito una difícil experiencia, en la cual aprendimos y desarrollamos la capacidad de adaptarnos, siendo flexibles e innovadores para asegurar la continuidad del proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros alumnos, considerando los cambios del entorno, manteniendo siempre nuestros valores institucionales.

Tenemos la convicción de que las transformaciones que estamos desarrollando en el subsistema técnico profesional permiten que los estudiantes sean protagonistas de su evolución hacia un nuevo estado de desarrollo y un aporte a la competitividad del país.

Nos sentimos felices de todo lo que hemos construido en todas estas décadas, y asumimos con convicción los desafíos venideros de cara al futuro. También ratificamos nuestro compromiso con la comunidad osornina: gremios, empresas, establecimientos educacionales y sector público, a quienes desde la academia seguiremos apoyando para aportar al desarrollo de nuestra región, sus comunidades y sectores productivos con innovación, sustentabilidad y trabajo conjunto.

Francisco Wittwer, vicerrector Inacap sedes Osorno-Valdivia