"Chicheros" buscan rescatar su brebaje para las Fiestas Patrias
PROCESO. La falta de materia prima y mano de obra, además del envejecimiento de los productores tradicionales ha ido mermando la cantidad de litros; no obstante hay emprendedores que siguen dando la pelea con este tradicional brebaje, ya sea como chicha, vinagre o la espumante sidra. Incluso, es el eje en la carta de un restaurante.
Por muchos años en la zona sur, como el caso de la provincia de Osorno, las Fiestas Patrias eran sinónimo de empanadas, asados y una buena chicha de manzana para refrescar y hacer más amenas las juntas familiares, de empresas o amigos. No obstante, con el paso del tiempo el suave sabor de la fruta molida dio paso a bebidas más tradicionales como el vino o la cerveza, incluso últimamente se sumó el terremoto, combinación que se importó desde la zona central al mezclar pipeño con helado de piña.
Frente a ello los productores locales de chicha, o bien la sidra que tiene un toque espumante, se han dado a la tarea de volver a posicionar este "néctar" natural... y qué mejor ocasión que las festividades del "18" de septiembre.
Arduo trabajo
Entre quienes trabajan por difundir la chicha se cuentan Gerardo Püschel, quien vive en Casa de Lata (comuna de Río Negro), el que se ha dado a la tarea de mantener la tradición familiar.
Asegura que la buena chicha buena se hace con manzana de la casa, porque experimentó con otra que venía de afuera, pero no le dio el resultado que esperaba.
"En mis más de 50 años utilizo cuatro variedades de manzanas y las cosecho desde el campo. Por lo que me han comentado, soy el único en la zona que va quedando con esta tradición y me ha costado mucho llegar a la calidad que produzco, porque hay 'chichas y chichas'. Mi producción es con recursos propios y hago 4 mil litros para el consumo personal y para los que llegan. Es un producto envasado en plástico desechable y es la misma cantidad que vengo haciendo en los últimos años", detalló.
A sus 75 años, Püschel dice que lo primordial para que un producto sea bueno y seguro consiste en conservar la higiene en todo el proceso.
"Aquí no se puede mezclar con manzanas podridas o manzanas sucias, la higiene debe estar al 100%, lo mismo que la indumentaria que se utiliza. Mi chicha es rica y sabrosa", manifestó.
El hombre cuenta con la ayuda de terceros en la recolección de las manzanas, pero a la hora de la producción son sus manos las que se encargan de darle el toque especial a este producto que pueden pasar a degustar en el cruce Casa de Lata.
En la zona, la elaboración de este producto comienza de manera firme entre marzo y abril, para que esté buena para septiembre, según cuentan los entendidos en esta materia, de los cuales pocos van quedando y recuerdan lo apetecida que era en años pasados.
Hacia el lago
En el camino al El Cabrito, en Islote Rupanco (comuna de Puerto Octay), Rodrigo Morales tiene un emprendimiento familiar que surgió en pandemia: la fabricación de sidra.
Para ello aprovecha las manzanas de los campos de Rupanco y Purranque, que son de buena categoría para hacer este producto nacional.
Fue así como nació la empresa "Sidra Delago", con sus variedades Tantrica (con membrillo) y Lago Rupanco (tradicional de manzana).
"Hay mucha materia prima que año a año se pierde y nosotros pensamos darle una vuelta más al producto, pasar de producir chicha en botellas plásticas a un producto que tenga un mayor valor, calidad y respete las tradiciones de este brebaje", expuso.
Morales reconoce que lo fuerte de ellos es la sidra y que compran chicha a productores para tratarla y transformarla.
"El año pasado hicimos 500 litros, pero este año compramos a otras personas que hacen chicha y las transformamos en sidra; además cosechamos para hacer 2.500 litros, mientras que antiguamente se hacían 12 mil o más litros de chicha", detalló.
Sobre las razones que explican este eventual declive de la actividad, nombró el envejecimiento de los productores y la