Fomento a la lectura
Considerando la "competencia" que representan la TV e internet, es casi un deber de los adultos introducir a los menores en el mundo de los libros. Son incontables los estudios que han dado cuenta del valor crucial que tiene la lectura en niños y jóvenes para enriquecer el vocabulario.
Es evidente que hoy un alto porcentaje de niños y jóvenes muestra poca motivación por la lectura y es una verdadera odisea que los profesores logren interesarlos en un libro. Por años el tema ha sido recurrente para las autoridades del Ministerio de Educación. La respuesta que se suele dar es que frente al avance de la televisión y de los juegos por internet, es poco lo que se puede hacer. La ley del mínimo esfuerzo los lleva a escribir en forma abreviada, saltarse las reglas ortográficas y encontrar todo en los buscadores de internet.
Pero la falta de lectura atrofia la mentalidad de niños y jóvenes, limita su vocabulario y, en algunos estratos, se da el caso de que más que pronunciar palabras, poseen un vocabulario de difícil comprensión. También los estudios revelan una baja comprensión de lo que leen y que predomina la ley del menor esfuerzo cuando en el colegio e incluso en la universidad copian y pegan trabajos bajados de internet.
Son dignos de destacar los esfuerzos que realizan profesores en las escuelas por tratar de encantar a los niños con la lectura. No se trata de pretender reemplazar la televisión o la computación, sino de mostrarles que hay opciones. Si bien la iniciativa la toman los colegios, también la familia tiene mucho que ayudar. Los padres que no leen difícilmente lograrán interesar a sus hijos en los libros. De hecho, en pocas casas hay una biblioteca de lectura. Además, el trabajo de los profesores es vital al seleccionar los títulos que resulten atractivos para sus alumnos, de manera que despierten el interés por leer y no se transforme en un aburrimiento.
Aunque la pandemia significó que buena parte del estudiantado participara en los últimos dos años desde sus casas, se han dado importantes pasos en los colegios. Algunos establecimientos entregan el carné de lector de biblioteca a los alumnos en primero básico. Los bibliotecarios también deben dejar que los niños exploren y hojeen libros sin que sean reprendidos. La biblioteca debe ser un lugar familiar y cotidiano para los estudiantes.
La lectura complementaria no es una actividad aislada de los profesores, sino que forma parte de un proyecto lector dentro del colegio, que debe ser compartido en la escuela y en la casa.