El rediseño del transporte
El Gobierno dio a conocer los detalles del Plan Nacional de Movilidad, instrumento considerado clave para retornar a una cierta "normalidad". Es importante recalcar que -tal como lo indica la iniciativa- la seguridad vial deberá ser reforzada para evitar cualquier inconveniente con los usuarios.
El Ministerio de Transportes ha dado a conocer los detalles del Plan Nacional de Movilidad, instrumento considerado clave para preparar acciones que tienen un elemento común: responder a la necesidad de establecer prioridades en el uso de la ciudad, teniendo como foco principal el resguardo sanitario y la recuperación del transporte público.
En esa línea, es evidente que se trata de un proceso que debe ser analizado, especialmente si una situación tan compleja como la generada por la pandemia del covid-19 puede ser aprovechada al menos como una oportunidad para establecer mejoras en favor de una adecuada y segura movilidad de la ciudadanía.
Las medidas establecidas se refieren al tratamiento y uso del espacio público urbano con tres fines principales: permitir el regreso a las actividades en un marco de seguridad sanitaria, mantener el funcionamiento de la ciudad sin alteraciones mayores mientras se reactiva la actividad y recuperar el uso del transporte público masivo.
Esto significa que el ordenamiento posterior al peak del coronavirus hace indispensable contar con tres elementos que son clave: la coordinación entre las autoridades centrales y locales, las facultades especiales para intervenir los espacios en forma transitoria y las redes de comunicación con las comunidades para difundir información y materializar las medidas en forma exitosa.
Es importante recalcar que -tal como lo indica la iniciativa- la seguridad vial deberá ser reforzada, puesto que el cambio en las prioridades del uso del espacio público suele derivar en algunos inconvenientes, especialmente cuando lo que ha prevalecido ha sido el uso del automóvil por sobre las bicicletas y peatones. Ese cambio de prioridades, va de la mano con posibles modificaciones de dirección, acceso de peatones a la calzada y similares.
Todas las medidas que implican una mayor seguridad para una futura movilidad a escala humana son bienvenidas, especialmente si se enfocan en la salud de la comunidad y, en particular, de los grupos más vulnerables a la hora de los desplazamientos.