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Científicos brasileños desarrollan una pomada capaz de curar heridas y reducir el tamaño de las cicatrices

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Un equipo de investigadores del Instituto Butantan de Brasil, está en las fases finales de desarrollo de una pomada capaz de curar heridas y reducir el tamaño de las cicatrices, informó el centro científico con sede en São Paulo.

Los resultados de los estudios señalan que el producto es "seguro" y que regenera la piel dañada de forma "muy eficiente" para evitar la formación de queloides, como se conocen las cicatrices que se elevan (no quedan "pegadas" a la piel), que son gruesas y muchas veces de un tono rojizo.

Desde un hongo

El principio activo de la crema proviene de una molécula producida por un hongo de la familia de los Pleosporaceae, presente en la vegetación de la Caatinga, típica de la región semiárida del nordeste del país suramericano.

"La pomada promueve la formación de una piel más lisa, bonita y de mayor calidad", afirmó en entrevista con EFE Ana Olívia Souza, que ha liderado la investigación del Instituto Butantan, en colaboración con la startup BiotechnoScience Farmacéutica.

Además de evitar la formación de queloides, Souza señaló que la crema también reduce el tiempo normal de cicatrización de una herida, de alrededor de dos semanas a unos 10 días.

Extender su utilidad

Por ahora, el equipo investigador ha estudiado el impacto de la pomada en heridas superficiales, pero los científicos quieren indagar también su utilidad para tratar el acné y las quemaduras.

El producto ya completó los estudios farmacológicos requeridos por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil, por lo que la intención es presentar una solicitud formal de registro del medicamento hacia finales del año que viene, según Souza.

Si se aprueba y se consiguen las inversiones necesarias, la investigadora espera que se pueda escalar la producción al ámbito industrial para empezar a comercializar la pomada en farmacias, algo que estima podría suceder en 2025.

Las cicatrices queloides que el producto busca evitar generalmente se forman por una disfunción en la cicatrización de una herida.

Aunque no son dañinas para la salud, este tipo de marcas pueden provocar malestar emocional entre quienes las tienen por su efecto estético.

Sequía pone en riesgo la vida alrededor del lago Titicaca en bolivia

131 CENTÍMETROS MENOS. El lago más alto del mundo, pierde agua constantemente. Esto ha generado problemas con los peces, para producir totora y para dar de comer a los animales.
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EFE

Antes, el boliviano Domingo Chirino navegaba en su barco por el lago Titicaca para pescar y buscar alimento para su ganado. Hoy lo cruza sobre una tabla impulsándose con un palo en medio del lodo por la sequía, pues el lago más alto del mundo ha perdido 131 centímetros de agua.

Con una antigüedad de 3 millones de años, el Titicaca es un navegable compartido entre Bolivia y Perú y el segundo más grande de Sudamérica. Su riqueza cultural, vegetal y animal es invaluable, pero hoy está en riesgo.

Casi al mínimo

Este emblemático lago, compartido con Perú, está a seis centímetros de marcar su mínimo histórico del nivel de agua, situación que está afectando en especial a las poblaciones del sureste de Bolivia, como la localidad de Huarina, en el departamento de La Paz, donde Chirino vive junto a unas ocho mil personas.

El jefe de la unidad de estudios e investigación del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Jhon Chura, explicó a EFE que el "comportamiento descendente" del lago se debe a la falta de lluvias y al fenómeno de El Niño, por lo que rebaja entre uno a dos centímetros por semana, hasta ahora son 131 menos del promedio.

En la "normalidad", el lago tiene 3.808,70 metros sobre el nivel del mar, actualmente está en los 3.807,537 y está a solo seis centímetros de alcanzar el mínimo histórico registrado en 1996.

El agua bajó tanto sus niveles que Chirino debe caminar unos 400 metros en medio del lodo para llegar a una especie de canal que él mismo hizo y subirse en un tabla de madera con la que ingresa con dificultad al centro del lago para buscar peces y algas.

Chirino contó a EFE que hace una década sacaba hasta cuatro baldes llenos de peces, ahora llena medio balde en dos días porque "ya no hay", pues la contaminación del lago los está haciendo "desaparecer" al igual que la disminución del nivel del agua.

"Yo quisiera pedirles a las autoridades del Gobierno, pedirles ayuda, infinitamente que nos apoyen. Nosotros en el campo realmente sufrimos mucho con la ganadería ahora", comentó Chirino.

Algas contaminadas

La situación para los pobladores es aún más compleja por cuenta de la contaminación, pues gran parte de su ganado es alimentado con totora, una planta nativa del lago, que también se está secando y que ya no sirve como forrajes para los animales.

Ante el temor de que sus animales mueran de hambre, muchos han optado por extraer algas del lago que saben que están contaminadas y que enferma al ganado de "fasciola", una infección causada por un gusano.

Victoria Balboa, una mujer que se dedicaba a la lechería, dijo a EFE que tuvo que vender sus vacas porque necesitan de totora fresca para engordarlas y solo podía darles esas algas, sus animales enfermaron y la situación ya no era sostenible por los gastos en veterinarios.

Desesperanza y éxodo

La desesperanza también se apodera de los pobladores, pues les preocupa que el Titicaca deje de ser su fuente de sustento y que esta situación empuje a los más jóvenes a irse a las ciudades en busca de una mejor calidad de vida y que poco a poco se queden sin habitantes.

"Unos se están yendo, otros se están desanimando para vivir en la comunidad, es muy triste vivir en esta situación", recalcó Balboa.

Ella misma está "decepcionada" de la situación y de la falta de ayuda, por lo que "quiere irse" de Huarina para vivir "sin estar sufriendo" por la falta de lluvias y la contaminación del lago, que no es el mismo de cuando ella era niña.

"Quiero irme a otro lado porque es triste la vida aquí, ya no se produce papa, la granizada cae, la helada cae, los animales se enferman, la situación es muy triste, Dios nomás sabe porque recibimos estos castigos", enfatizó.

Por su parte, el alcalde de Huarina, Wilson Mamani, sostuvo a EFE que esta sequía también preocupa por la afectación en los cultivos de papa y haba, las cosechas se están perdiendo, por lo que se reunió con autoridades de unas 20 comunidades aledañas para pedir al Gobierno de Luis Arce apoyo para enfrentar la situación.

"Ya no tenemos recursos para desastres, entonces nos toca solicitar al Gobierno central para que nos pueda apoyar para enfrentar como municipio esta sequía que está azotando", subrayó.