A casi un mes de que concluyeran las medidas restrictivas masivas por posibles contagios de covid-19, los casos continúan produciéndose. La pandemia, de este forma, sigue siendo un tema de preocupación sanitaria, así como también siguen siendo relevantes aquellos hábitos que fueron siendo adquiridos en los últimos dos años como habituales y reforzados para una mejor protección. Desde el lavado de manos hasta el uso de alcohol gel cuando no se tiene acceso a ello, el uso de mascarillas para protección de quienes tienen una baja inmunidad o, por el contrario, por parte de personas que presentan enfermedades contagiosas son reglas que, pese al cambio de situación del país, muchos mantienen y continuarán cumpliendo.

La posibilidad de evitar nuevos contagios sigue siendo una prioridad, especialmente porque se ha ido confirmando que hay un grupo de pacientes que no solo demoran más en recuperarse, sino que efectivamente sufren efectos prolongados del virus, en lo que se ha llamado el long covid o, traducido literalmente, el covid largo.

A nivel nacional la situación ha sido estudiada por académicos de la Pontificia Universidad Católica con pacientes de La Florida. Dentro de las preocupantes conclusiones que han dado a conocer se encuentran que el covid prolongado produce cambios profundos en las funciones músculo-esqueléticas de pacientes que, luego de dos meses de haber sufrido la enfermedad, persisten con la aparición de alguno de los síntomas recién nombrados, y que la persistencia del virus podría tener efectos a nivel cerebral, pulmonar o en los sistemas circulatorio o inmunitario.

Por ello, se ha recomendado no tomar el tema a la ligera e iniciar la búsqueda de posibles vías de tratamiento, al punto que la Organización Mundial de la Salud llamó en 2021 a las autoridades sanitarias a tener esta situación como prioritaria.

Pese a ello, en Chile todavía no hay prestaciones o convenios asociados a la rehabilitación de pacientes con covid prolongado. Por ahora solo queda esperar que el Ministerio de Salud defina si dicha labor se focalizará en pacientes que experimentan los síntomas o solo en aquellos que estuvieron internados, por ejemplo, en unidades críticas por condiciones de salud más complejas.

De acuerdo con los expertos en esta temática, las peleas, discusiones y desencuentros con quienes se comparte el tiempo en la oficina, lo que logra es profundizar la desconfianza, la rabia y frustración entre colegas de trabajo, generando un clima laboral negativo y desagradable.

Los problemas más frecuentes se dan por la competitividad que se produce en los ambientes laborales y trae como consecuencia un incremento del estrés laboral y una notoria baja en los niveles de productividad.

La razón es muy simple de comprender. Llegar a un lugar de trabajo que es desagradable para uno, estresa y desmotiva a las personas. A lo anterior, se suma otra consecuencia: la descoordinación que se produce entre los distintos empleados, por cuanto, cuando se genera este tipo de conflictos, resulta muy difícil -si no imposible- poder trabajar en equipo.

La Psicología Organizacional ha establecido que cuando se inicia un conflicto entre colegas de oficina y éste no es frenado a tiempo, lo habitual es que los problemas y desencuentros tiendan a profundizarse y volverse crónicos, alimentando la desconfianza y la falta de comunicación entre el personal, convirtiéndose en una suerte de círculo vicioso difícil de quebrar.

Dado el hecho que la gente -en términos generales- no cuenta con las suficientes herramientas para enfrentar, manejar y resolver los conflictos interpersonales en el trabajo, las personas tienden a aislarse, rigidizar sus posturas y a cortar las vías de comunicación.

Cuando se produce este tipo de situaciones, se hace necesario dar -a los menos- tres pasos cruciales: ser capaces de reconocer la existencia de conflictos, tomar conciencia de que hay metas y objetivos comunes por cumplir, la necesidad de solicitar la ayuda de un asesor externo experto que haga las veces de mediador entre las partes en disputa.

Tanto es así, que en Europa y Norteamérica existen los llamados Programas de Asistencia al Empleado (PAE), cuyo objetivo, es ofrecer a las empresas planes de prevención y apoyo a los trabajadores con la finalidad de mejorar la productividad y el clima laboral, al mismo tiempo que favorecer la calidad de vida de los colaboradores.

Dr. Franco Lotito, profesor del MBA de la UACh