"La Democracia Cristiana ha dejado de mostrar la capacidad de adaptarse"
"Tengo que poner mi energía para convocar a algo desde la libertad, desde la no militancia (...). Desde un lugar que sea un espacio para que los humanistas nos unamos y que tal y como ocurre en Europa, la mirada socialdemócrata se imponga con facilidad, porque otorga oportunidades y genera una libertad que se ejerce con responsabilidad, sin abusos y donde la solidaridad se manifiesta a través de un Estado que garantiza bienestar".
Es la mirada de país que postula Patricio Vallespín, gobernador regional de Los Lagos, quien ayer confirmó su renuncia a la Democracia Cristiana (DC), tienda a la que perteneció por 40 años y cuya determinación de salida la fundamenta en que -entre otros factores- sus conflictos internos le impide interpretar, ni adaptarse a lo que está pasando en la sociedad.
Vallespín, quien ingresó a las filas de esta colectividad a los 19 años, "en plena dictadura y en los tiempos de (militantes históricos) Andrés Palma y de Eduardo Saffirio en las dirigencias universitarias del partido", afirma que optó por partir por decisión propia, en lugar de "estar esperando definiciones de otros, quienes -en este minuto- no sé si están pensando en el bien común (...). Prefiero partir para construir".
En todo caso, se va agradecido de lo alcanzado bajo el alero de esta tienda. De hecho, se desempeñó como intendente ( 2002 y 2004), diputado por el ex distrito 57 (2006 y 2018) y desde el año pasado gobernador regional.
- ¿Con qué sector se identificó más en sus inicios como militante?
- Siempre fui del sector que lideró Gabriel Valdés, después en el Centro de Estudios del Desarrollo diseñamos las ideas para el retorno a la democracia, donde se juntaron por primera vez los actores de centro y de izquierda, para tener una mirada común para enfrentar el plebiscito que tuvo lugar el 5 de octubre de 1988.
- ¿A qué le atribuye que un partido histórico llegase a este punto de conflicto?
- El aporte de la Democracia Cristiana a la historia de Chile, ya está en la historia de Chile. Grandes liderazgos, grandes transformaciones. El gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, por ejemplo, fue el más transformador, al construir cambios que siguen hasta ahora.
Sólo recordar la Junaeb, el Ministerio de Vivienda, el proceso de Reforma Agraria, con lo que le cambió la vida a muchos chilenos. Por tanto, dicho recuerdo ya está en la historia. Además, en otros minutos supo evadir las complicaciones, porque interpretaba bien lo que estaba pasando en la sociedad y en el país. Pero ahora no lo interpreta bien y los desafíos que tiene Chile no puede caer en pequeñeces.
- ¿Hoy lo ve como un partido lejano de la realidad?
- La DC ha dejado de mostrar la capacidad de adaptarse. Hay mucha lucha interna y más bien sobre la base de individualismos y por ello se perdió el foco de lo importante. Por lo mismo, es complejo construir nuevas miradas desde ahí, a diferencia de lo que sucede desde la libertad y desde la no militancia. Ahora, hay que construir un referente que permita aglutinar todas las transformaciones que se tienen que realizar, pero con moderación. Estoy agradecido de todo lo que pude realizar y del espacio que me dio la DC, por lo que espero que salga adelante. Para ello, algunos diputados como Alberto Undurraga o Héctor Barría, tratan de impulsar una iniciativa distinta. Pero, parece que hay luchas internas muy fuertes que hacen difícil que esas miradas de bien común se expongan.
- ¿Por dónde pasan los desafíos que puede abordar desde la independencia?
- Desde la no militancia uno puede convocar a muchos otros para tener un referente que represente los desafíos que permitan ejecutar transformaciones con moderación, respecto a un desarrollo regional sostenible, por ejemplo. Que sea un partido demócrata en sus valores y donde los principios de los derechos humanos sean fundamentales. Lo mismo que la libertad, pero ejercida con responsabilidad y solidaridad, construyendo una mirada de nosotros y que dé espacio para que las nuevas generaciones se sientan motivadas para sumarse, que tenga implementada la idea de género y que la igualdad de oportunidades sea un soporte de su actuar.
- ¿Su idea es mantenerse como independiente o está analizando integrar otra tienda?
- No se trata de dejar una militancia para entrar a otra como algo automático. Acá hay que construir una iniciativa diferente y donde todos los humanistas nos encontremos. En tal sentido, veo con preocupación que se retarda un acuerdo por el proceso constituyente, porque las condiciones se están transformando en imposiciones de parte de un sector político, que tiene que abrirse más también, porque el estallido social, que tuvo como camino un proceso constituyente, no puede terminar siendo una falsa.
Apruebo
- En Los Lagos, el Rechazo se impuso con un 69,51% de las preferencias versus un 30,49% del Apruebo. ¿Pudo ser un error respaldar la opción que perdió?
- Mis convicciones no van con una sintonía electoral. Creo que la historia lo está demostrando. Ya ha pasado tiempo (desde el plebiscito) y no se llega a un acuerdo, porque hay un sector político que, en lugar de condiciones, está colocando imposiciones. Y si bien yo sabía que era una propuesta maximalista la presentada por la Convención Constitucional, había siete u ocho puntos que se podían modificar y para avanzar en ello existía voluntad. Así también, confié en que si ganaba el Rechazo, los sectores menos progresistas estarían por confluir rápidamente por un nuevo proceso constituyente. Pero vemos que ello se diluye o se posterga y los bordes, como se les ha llamado, se transforman en imposiciones. Mi tesis política se está imponiendo y yo hice lo que tenía que hacer.
- ¿La crisis de los partidos pudo dar opción al surgimiento de movimientos fuertes o partidos de carácter regional?
- Toda la política actual se va a rebarajar. La decisión que tomo es porque veo que existe un espacio para ello, en el cual todos podemos confluir en nuevas miradas. Hay una búsqueda de una interpretación correcta respecto de hacia dónde la sociedad puede caminar. Por ello los territorios y las regiones tendrán un espacio mucho mayor de deliberación, porque la forma de tomar las decisiones ha llegado a una fase crítica, con un centralismo feroz.
Las miradas de Barría y de Cárcamo
Respecto a la determinación de Vallespín, el único diputado que la colectividad tiene en la región, Héctor Barría, destacó la labor de la autoridad y agregó que seguirán trabajando juntos por la descentralización. Mientras que el consejero regional y ex presidente regional de la tienda, Juan Cárcamo, afirmó que todavía se encuentra meditando su situación y que lo más probable es que la defina tras las Junta Nacional que tendrá lugar el 12 de noviembre. "Quiero saber qué rumbo tomará en dicha instancia, la que tampoco será representativa, porque no hay renovación de directivas regionales y comunales. Por lo mismo, creo que voy en camino de seguir el ejemplo de Patricio Vallespín".