Tras inédita protesta, Pekín censura y se blinda en víspera de congreso del PC chino
FIN DE SEMANA. Situación epidemiológica y protestas en las calles, que terminaron con un detenido, llevaron al país a intensificar las restricciones antes de la cita más importante del partido único, donde Xi Jinping espera fortalecer su liderazgo.
China incrementó ayer la censura en las redes hasta el punto de restringir la palabra "Pekín" de las búsquedas después de que el jueves se filtraran imágenes de un hombre que colgó en la capital pancartas con fuertes mensajes contra el presidente Xi Jinping, algo inusual de ver por lo menos en medios extranjeros.
Alrededor del mediodía del jueves, el hombre colocó varias pancartas en el céntrico puente de Sitong, al tiempo que quemaba algunos objetos para, probablemente, crear una columna de humo que atrajese la atención de los peatones.
Las pancartas mostraban mensajes como "no queremos pruebas PCR, queremos comer", "no queremos líderes, queremos elecciones", "no queremos revolución cultural, queremos reformas" o "hagamos huelga para derrocar al dictador y traidor Xi Jinping".
Poco después de la acción, la policía llegó al puente para arrestar al individuo, cuya identidad exacta y paradero se desconocen, y para retirar las pancartas.
En las horas posteriores al incidente, la red social Weibo, similar a Twitter -bloqueado en el país asiático -, retiraba todas las menciones al evento: la búsqueda de "puente de Sitong" no arroja ningún resultado de este año y, en publicaciones previas a 2022 que contienen las palabras los nuevos comentarios están desactivados.
La consulta de la palabra "Pekín" también quedó restringida: Weibo solo ofrece resultados de publicaciones de cuentas verificadas por la plataforma, no procedentes de usuarios comunes.
Términos como "puente", "hombre valiente" o "valor" también están coartados.
En la aplicación de mensajería instantánea Wechat, la más popular del país, tampoco se pueden encontrar referencias al incidente.
Ayer las autoridades respondieron colocando guardias en numerosos puentes de la capital china, que se encuentran bajo máxima alerta poco antes de que dé comienzo el XX Congreso del Partido Comunista de China, en el que se espera que Xi Jinping fortalezca más su liderazgo con un tercer mandato presidencial inédito entre sus predecesores más inmediatos.
Estrictas medidas
Pese a que en los últimos meses, a raíz de los numerosos rebrotes en diversos puntos de la geografía china, se registraron protestas de vecinos contra los confinamientos, son escasas en China las voces que piden expresamente el derrocamiento de Xi Jinping, el líder chino más poderoso en décadas.
Los principales cruces de la ciudad han visto cómo la otrora anárquica circulación de las motos eléctricas manejadas por los repartidores se relajó ante la presencia policial en casi cada esquina.
La policía estableció también puestos de control y podrá restringir el acceso a las estaciones de metro más concurridas y cercanas a los principales focos de interés durante la celebración del congreso.
Las medidas de control se extienden también hacia afuera, con muchos ciudadanos enfrentando dificultades para poder regresar a Pekín.
Numerosos residentes que viajaron durante la semana de vacaciones por el Día Nacional a principios de octubre quedaron varados después de recibir una notificación de la aplicación móvil de seguimiento covid que les impedía abordar trenes o vuelos de regreso a la ciudad.
Ante esta situación, muchos afectados dejaron mensajes desesperados de ayuda en Weibo, pero estos comentarios fueron censurados.
Algunos de los que lograron llegar, además, recibieron una notificación en su aplicación de seguimiento covid que les exigía someterse a múltiples pruebas de PCR para acceder a espacios públicos, a pesar de que provenían de áreas sin casos.
Estas medidas, que buscan asegurar un congreso tranquilo, sin sorpresas y sin protestas, a un mes de la mayor tensión bélica de los últimos años con Taiwán, que ha intensificado su relato de derecho a defenderse ante una agresión, se extienden incluso a los envíos por correo.
Las autoridades están exigiendo inspecciones más exhaustivas de los envíos a Pekín, lo que está provocando demoras, a la vez que las empresas de mensajería rechazan paquetes con productos frescos, refrigerados o congelados.
También se restringió el manejo de productos químicos peligrosos e inflamables, lo que ocasionó que colegios y facultades tuvieran que sellar los armarios que contenían estos materiales para clases de química.