Que hoy es un día histórico, se ha repetido con insistencia. Porque así es. Más de 15 millones de electores en el país y más de 216 mil de ellos en la provincia de Osorno deberán asistir a las urnas para aprobar o rechazar la propuesta constitucional elaborada por la Convención. El resultado -hay coincidencia de todos los sectores- será el primer paso para un nuevo ordenamiento de la vida nacional.

También es importante, porque una gran cantidad de personas que ha participado poco o no lo ha hecho, concurrirá a votar. El sufragio es obligatorio luego de diez años de voto voluntario. Esa modalidad (inscripción automática, voto voluntario) fue aprobada en 2012, pero recordemos que su uso ha estado en revisión debido a la baja asistencia sostenida de electores que se registra en la reciente década. La discusión sobre reponerlo o no seguramente regresará en los próximos meses.

Para facilitar la concurrencia de hoy se ha cambiado la distribución de los recintos electorales y georreferenciado la ubicación de las personas, con el objetivo de que puedan ejercer su derecho cívico en locales muy cercanos a sus domicilios. Esto podría generar algunas confusiones en el inicio de la jornada, pero la medida parece acertada, para restar dificultades a un ejercicio básico de la democracia.

En la rprovincia funcionarán 44 establecimientos, en los cuales ayer se dispusieron las mesas y se capacitó a los vocales (ver página 5). Comenzarán a funcionar a las 8 AM y hasta las 18. Se esperan resultados cerca de las 20 horas.

Los analistas prevén para hoy una concurrencia cercana al 70% del padrón, lo cual sería un éxito comparado con todos los procesos recientes, incluyendo el plebiscito de entrada de 2020 (cuando se decidió abrir este camino constitucional) y la elección de constituyentes, en mayo de 2021.

Decisión crucial, voto obligatorio, nuevos electores, espacios más cercanos, son las palabras que definen la jornada de hoy. Junto a ellas no se debe olvidar otra gravitante: pandemia. Si bien no se solicitará pase de movilidad antes de sufragar, sí es necesario entender que las posibilidades de contagio siguen vigentes y que se debe extremar medidas de precaución, para que el día histórico, también sea seguro.

Hoy es un día de alta carga emocional. Es una jornada histórica, en la cual convergen sueños, esperanzas, estrategias políticas y el sentir de la comunidad. Ideales de aquellos que confían en el camino de la Constitución que traerá un mejor Chile, como de quienes piensan que debiésemos no avanzar en aquello y buscar un sendero diferente.

Es un momento en la vida de nuestro país y la región que no podemos pasar por alto, pero que al mismo tiempo debemos ver con templanza y abordar con mesura, pues mañana la vida continúa. Este lunes los trabajadores y trabajadoras agrícolas se volverán a levantar al alba para labrar los cultivos; la ordeña seguirá su curso y, usted, que me lee en este momento, seguramente saldrá temprano rumbo a su trabajo.

Detallo todo esto porque debo decirles que el resultado de este plebiscito no puede enredar nuestra mirada y menos nublar nuestros objetivos. Aún tenemos la misión de alcanzar un sistema sostenible en materia de producción industrial.

Todavía resta mucho por hacer en gestión de los residuos sólidos, por el sistema de vivienda y el acceso al agua potable, sólo por dar algunos ejemplos. Me refiero a que, más allá de qué opción gane, nuestros desafíos siguen estando ahí. Y, para alcanzarlos, necesitamos estar unidos, bajo el marco del respeto y la empatía que nuestra región, hoy, más que nunca, necesita. Aquí no hay cabida para las amenazas, los quiebres personales, menos aún para perder una amistad.

Esta es la región donde están los que construyen, los que aportan al diálogo y buscan el bienestar de quienes más necesitan apoyo. Este es el territorio de los que, hasta con sus más cotidianas acciones, buscan crear y cuidar su región. Sabemos que una nueva Constitución nos dará herramientas más sólidas y oportunidades más concretas para alcanzar la vida que queremos sembrar para los que vendrán, pero no podemos bajar nunca los brazos, porque nuestra misión va más allá de los escenarios que nos toque vivir.

Tenemos un deber que está por sobre la coyuntura, y en él está nuestro esfuerzo diario, pues trabajamos para todos y todas, con el objetivo de avanzar hacia un territorio cuya producción y desarrollo sea sostenible, inclusivo, unificador y próspero, desde un prisma social y estable.

Para el Chile de mañana y su futuro, deberá primar siempre el diálogo y los acuerdos. Será fundamental tenerlo presente y como piedra angular de esta construcción.

Patricio Vallespín, gobernador regional