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Educación en derechos humanos
En mayo de este año, la Defensoría de la Niñez en conjunto con el Centro para la transformación educativa (PUC) difundieron los resultados del "Estudio de análisis del enfoque de derechos humanos de niños, niñas y adolescentes en el currículum educativo". Entre sus conclusiones destacan que en nuestro país no existe un marco común sobre cuál es el enfoque que se quiere seguir respecto a derechos humanos, y que hay una ausencia en todos los niveles educativos de una perspectiva histórica y de memoria sobre las vulneraciones de este tipo de derechos.
Se podría afirmar, entonces, que no todas las niñas, niños y jóvenes reciben educación en derechos humanos, y, por lo tanto, el Estado no estaría cumpliendo a cabalidad lo indicado en el artículo 26 de la Declaración Universal: "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales".
Pero ¿Por qué es tan importante educar en derechos humanos? La propia asamblea general de Naciones Unidas, en el preámbulo de la Declaración Universal nos recuerda que "el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad", por lo tanto, abordar este desafío no es un tema menor. La misma Organización de Naciones Unidas (2011), recalca que la educación en esta materia "es un proceso que debe estar presente durante todo el ciclo vital y concierne a todos los integrantes y sectores de la sociedad".
Pero el promover la educación en derechos humanos, no sólo permite prevenir o evitar transgresiones como las señaladas, sino que también le otorga "valor al desarrollo integral de un país, a la responsabilidad y al respeto por las personas, otorga legitimidad moral y principios de justicia social a los objetivos del desarrollo humano" (Álvarez-Bravo, 2019).
En base a lo anterior, se puede afirmar, entonces, que resulta un objetivo estratégico para los estados el promover este paradigma educativo y las prácticas pedagógicas respectivas, ya que existe consenso frente al hecho de que estos procesos aportan al desarrollo democrático de los países y a la construcción de sistemas sociales orientados hacia el respeto y la justicia social.
Para avanzar en este sentido, un reto relevante consiste en incorporar a los planes de estudio de todos los niveles formativos el enfoque de derechos humanos, así como los tratados internacionales que los reafirman y que nuestro país ha suscrito, ya que como lo indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura: "la educación de calidad, se debe sustentar en un enfoque holístico basado en los derechos humanos y abarcar, además, cuestiones tales como la diversidad cultural, el plurilingüismo en la educación, la paz y la no violencia y el desarrollo sostenible, las aptitudes para desenvolverse en la vida y otros" (UNESCO, 2003).
Héctor Abarca, académico Departamento Ciencias Sociales UCSC
Educación
La primera infancia -entre 0 y 6 años- es conocida como la primera "ventana de oportunidad" que tienen niñas y niños para alcanzar su pleno desarrollo. En ello, la educación inicial de calidad ha demostrado ser fundamental. Las brechas que se generen, por ejemplo por inasistencia, pueden afectarles de manera irreversible, ya que dejan de adquirir herramientas de socialización, de desarrollo socioemocional y ven afectada su la capacidad de adquirir nuevos conocimientos a futuro.
Es por esto que vemos con preocupación las cifras entregadas por la Subsecretaría de Educación Parvularia. Estas dan cuenta de que, durante el primer semestre de 2022, el 64% de las niñas y niños que están en prekínder y kinder presentaron inasistencia grave. Es decir, menos de un 85% de asistencia, la que además, es casi el doble de la de un año normal.
De hecho, este grupo etario es el que tiene un mayor porcentaje de inasistencia (64%) -en estos primeros meses del año-, si lo comparamos con el ciclo de educación básica (37%) y con el de media (33%). Es decir, tres de cada cinco niñas y niños, que están en prekínder y kinder, no estarían accediendo a las oportunidades de aprendizaje que son fundamentales para alcanzar su pleno desarrollo. Por otro lado, sabemos que el ausentismo escolar se encuentra relacionado directamente con la deserción escolar futura, que impide el desarrollo integral, cierra posibilidades de movilidad social y perpetúa la pobreza.
Como fundación que trabaja hace 10 años a favor de la niñez en Chile, instamos a la sociedad a no olvidar que la educación es un derecho humano intrínseco y una "llave" de acceso a otros derechos, que habilita a las personas para participar en la sociedad, acceder a otros derechos, y desarrollar todo su potencial. Necesitamos recuperar con urgencia el ritmo de aprendizaje previo a la pandemia, y volver a instalar en la conciencia y en el corazón de cada familia de Chile la confianza en que los esfuerzos en educación tendrán resultados positivos en la vida de niñas y niños y en la sociedad en general, que requiere una ciudadanía para enfrentar los desafíos del futuro.
Arturo Celedón, director ejecutivo Fundación Colunga
Riesgo de la diabetes tipo 2
La diabetes se define por tener el azúcar alta en la sangre. Hay varios tipos y la más común es la Diabetes Tipo 2, que se produce por varios mecanismos, pero dos son los más importantes. El primero es que el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina y el segundo es que la insulina no puede actuar de manera adecuada. Esto último es lo que se conoce como resistencia a la insulina.
Dra. Victoria Novik, Facultad Medicina, U.Andrés Bello