Si bien la inoculación contra el covid-19 ha sido una de las herramientas más eficientes para hacerle frente a la pandemia y, en definitiva, evitar que más personas sigan falleciendo producto de la infección por Sars-CoV-2, la aplicación de una quinta dosis, o tercer refuerzo, hasta hoy parece no ser necesaria, según señaló esta semana el subsecretario de Salud, Cristóbal Cuadrado.

Al respecto, la autoridad precisó que "lo que tenemos sobre la mesa es que una vacunación de quinta dosis a toda la población no parece ser algo necesario, sino más bien focalizarse en aquellos grupos de más riesgo, como los grupos de inmunosuprimidos y personal de salud".

Sin embargo, la aplicación de la tercera y cuarta dosis de refuerzo no se halla en discusión, como se desprende de las mismas palabras de la autoridad sanitaria, quien explicó que durante los últimos meses se ha realizado una evaluación periódica con respecto a la efectividad de la vacunación con cuarta dosis o segundo refuerzo, constatándose que la segunda dosis de refuerzo ha logrado generar una respuesta que es poderosa en términos de protección, sobre todo para eventos graves como hospitalización y muerte.

Ahora bien, en el entendido que la pandemia de covid-19 aún sigue presente, mostrando en la actualidad un alza en el número de contagios diarios, es necesario que la población se ponga al día en sus esquemas de vacunación, toda vez que la efectividad de las vacunas se refleja en menores niveles de contagios -comparados con los meses en que aún no había personas inoculadas- y principalmente en una sintomatología leve y en evitar cuadros graves y fatales de la infección.

Los vacunatorios se hallan abiertos incluso los fines de semana, por lo que inocularse las correspondientes dosis de refuerzo no solo ayudará a enfrentar la pandemia de forma mancomunada, sino en elevar la protección individual frente a una enfermedad que sigue circulando por nuestra región.

Cada vez con más fuerza se evidencia la importancia de brindar a los estudiantes la posibilidad de escoger no sólo la carrera que quieren estudiar, sino también la modalidad y el formato.

Un formato de estudio es la composición escogida por los estudiantes entre las distintas opciones de modalidad, jornada y programación horaria. Esta flexibilidad es una de las principales características del modelo educativo de AIEP y que disponibiliza desde hace 56 años a sus estudiantes en las 25 sedes a lo largo del País.

La flexibilidad, reflejada en los formatos de estudio, entrega alternativas altamente ajustables a los requerimientos y posibilidades de los estudiantes, de forma de compatibilizar sus necesidades, tiempo disponible y tiempo dedicado a la familia u otros proyectos personales.

Un segundo punto relevante para el estudiante es entender cómo las instituciones de educación ajustan y valoran sus aprendizajes previos. Aquí es donde las alternativas de articulación se vuelven muy importantes.

Pero ¿qué es articulación? La articulación es una serie de mecanismos que permiten que los estudiantes puedan convalidar sus estudios o parte de ellos y pasar de un nivel técnico a estudiar una carrera profesional, ya sea que provengan de un liceo técnico profesional, otra institución técnico profesional o incluso si poseen experiencias laborales significativas, que sirvan para reconocer aprendizajes o competencias previas.

Articulación y flexibilidad, tremendos conceptos que engloban lo que hoy debe ser un eje fundamental en la educación superior, el reconocer y valorar el pasado académico y el entregar todo el abanico de posibilidades para desarrollar su camino al futuro, sin limitantes ni condiciones y claramente adaptado a su propio tiempo y ritmo.

Alternativas de estudio al servicio del estudiante que nos permitirán cumplir con la misión de formar profesionales capaces de insertarse en el mundo laboral de las distintas áreas del conocimiento y geográficas.

Francisco Dumay, director sede AIEP socios Multigremial