Menores vulnerables de sectores apartados reciben clases virtuales dos veces a la semana
EDUCACIÓN. Se trata de una iniciativa que la fundación Familias Power realiza por segundo año en la provincia. A nivel nacional trabaja en 58 comunas. Los preescolares reciben el apoyo de profesionales y el material didáctico.
El pequeño Felipe Mansilla, de 4 años, observa desde su hogar el volcán Osorno, ya que su casa se ubica a los pies del macizo andino, en el sector de La Picada, en la comuna de Puerto Octay.
Está un poco inquieto, ya que como todos los lunes y miércoles le corresponde participar en clases on line junto a su mamá Priscila Águila. Ambos son parte de los 80 beneficiados con el proyecto Familias Power, que se ejecuta por segundo año en la provincia y cuyo objetivo es acortar las brechas de oportunidades de niños en edad temprana, que viven en contextos vulnerables y sectores apartados de Chile.
El equipo de profesionales de la fundación asume la difusión de este programa de educación inicial y estimulación temprana, a través de sesiones domiciliarias virtuales.
Gran apoyo
Priscila Águila espera matricular a su hijo en algún jardín el próximo año. Por mientras aprovecha esta instancia para que Felipe aprenda y estimule su aprendizaje preescolar.
"Lo pasamos bien con la actividad. Mi hijo nunca ha ido a un jardín y cuando me llamaron de este programa dije que sí al instante. Aprende mucho y es muy entretenida la dinámica de la tía. Está feliz y los días de las clases busca sus materiales, además, como madre también refuerzo conocimientos y aclaro dudas del aprendizaje con la profesional de apoyo", comentó la apoderada Priscila Águila desde el sector La Picada.
A 20 kilómetros de Entre Lagos, hacia la zona cordillerana de la comuna de Puyehue, en el fundo Pichilafquén, María Paz Castillo y su hija Bárbara, de 4 años, también participan en las clases on line.
La dueña de casa indicó que pensó que era una estafa cuando la llamaron y le contaron del programa, pero indagó y supo que ya funcionaba en otras zonas del país.
"Es una alegría educar a mi hija desde la casa con este programa, ya que trae juegos y lectura. Ella ha podido mejorar su concentración y su motricidad fina en actividades manuales. Lo más cerca de la educación que tenemos acá donde vivo es Entre Lagos. Veo que mi hija ha presentado en estos meses un cambio en su personalidad, ella era tímida, se aislaba, hoy eso cambió y hasta interactúa con otros niños. Ha demostrado una mejor expresión, ahora conversa harto. El apoyo que brindan a los padres es muy positivo", comentó María Paz Castillo.
Fundación
Pamela Zumelzu es nacida y criada en Puyehue. Y desde hace 4 años se desempeña como asistente social en su comuna. Es el segundo año que está en el proyecto y reconoce que es gratificante, donde también se viven emociones fuertes.
"He podido visibilizar muchas carencias que tienen las familias de mi comuna. La falta de educación de los padres y el desconocimiento de la educación inicial en niños. La falta de locomoción y acceso a colegios, sumado al rezago que dejó la pandemia, también quedaron en evidencia en este programa", expresó.
La directora de la Fundación Familias Power, Anne Traub, expresó que aplican por segundo año el programa en cinco de las siete comunas de la provincia de Osorno.
"Los recursos se han ido consiguiendo de a poco. Trabajamos con niños bien rurales y vulnerables, que es nuestro desafío, ya que ellos están expuestos a la falta de la estimulación temprana. Los resultados a nivel país son preocupantes en estos últimos años y eso se debe a la pandemia, que ha mantenido a los menores en la casa. Hay casos en que niños de tres o cuatro años son incapaces de generar frases de cinco palabras. Ello pasa porque muchas veces les hablan poco y casi no reciben estímulos, ya que no tenemos la cultura de que los niños están primero", expresó.
La profesional manifestó que "trabajamos con niños que a su corta edad, de 3 a 5 años, tienen malos indicadores. Además, también tenemos mamás que están extenuadas por el trabajo y tienen como hábito enviar a sus hijos al jardín o al colegio. En la cultura chilena, tanto el pre kínder como kínder no son obligatorios y la asistencia es baja".
El programa beneficia en la provincia a 80 menores y tiene un costo de $600 mil por niño.
80 niños de 3 a 4 años reciben este año el beneficio a través del programa