Este año, el inicio de las vacaciones tuvo, inevitablemente, un sentido distinto, considerando que la pandemia parecía ir en retroceso y que durante el año pasado se vivieron las circunstancias más duras en torno a la cantidad de personas fallecidas y enfermas graves por covid-19, que se sumaron a las cifras de contagios que, en momentos como marzo pasado, parecían ser las más altas desde el inicio de la emergencia sanitaria mundial y del país.

La situación de 2021 trajo como lógica consecuencia mayores restricciones para la población, desde la aplicación de estrictas cuarentenas hasta restricciones de movilidad y de aforos, es decir, cantidad recomendable de personas que pueden compartir en un mismo lugar, ya sea al aire libre o en un recinto cerrado.

Por otro lado, la puesta en marcha del pase de movilidad asociado al avance personal de la vacunación, ha sido una herramienta que ha sido integrada a nuestras actividades cotidianas de manera casi natural, considerando que es solicitado en una diversidad de acciones, que van desde los viajes en buses o aviones hasta el ingreso a restaurantes, cines y lugares destinados a la entretención.

Todo este proceso, en que la comunidad ha sido protagonista a través del cumplimiento y preocupación por las nuevas normas, se suma a la internalización de medidas de protección personal, que van desde las mascarillas hasta el lavado de manos frecuente, el uso de alcohol gel y la toma de temperatura al ingresar a recintos públicos, como una forma de autocuidado de cada persona.

Tras meses de cumplir con estas medidas definidas por el Ministerio de Salud, el periodo estival ha sido golpeado por una cepa del coronavirus distinta a las que se combatieron durante el año pasado y que, como nunca, requiere de la responsabilidad individual para ser controlada.

El necesario periodo de descanso veraniego debe combinarse con una amplia cuota de generosidad

y responsabilidad personal para evitar exponerse innecesariamente a un contagio de coronavirus.

Ya resuelto quien será nuestro próximo Presidente de la República, los horizontes que se avizoran son bastante estrechos y complejos, en cierta medida porque el señor Boric debe cumplir con sus promesas, que ya sin tener un pie en la Moneda lo han complicado. Sin duda alguna, gobernar es muy distinto a mantener y dirigir las riendas de este país desde el palco de la protesta y el reclamo permanente ante las demandas sociales, que han sido abanderizadas por muchos sectores para llegar a sostener que la democracia, la gobernanza y los poderes de Chile, deben ser cambiados radicalmente.

Este escenario político, social y económico vislumbra cambios significativos en el próximo gobierno sin embargo, en este juego de ajedrez, la Convención Constituyente está dando muchas malas señales, sobre todo si vemos que las iniciativas populares de normas constitucionales tuvieron un corto periodo de tiempo para ser votadas y cumplir con los 15.000 apoyos necesarios para ser incorporados en la discusión de las distintas comisiones, marcando una relevante noticia la no incorporación de la iniciativa popular de norma de la libertad de emprendimiento, considerada fundamental para el desarrollo productivo de nuestro país. Ante estos graves hechos, muchos gremios han salido a dar respuesta y a forzar tan desastrosa decisión, incorporando nuevas iniciativas populares de norma, logrando su objetivo de ponerlas nuevamente sobre la mesa. Sin embargo, el proceso talibán de creación de nuestra nueva Constitución ha sido tan nefasta, que la discusión y presentación de estas iniciativas no van más allá de 45 minutos, con ello se da por concretado este proceso que no contribuye a nuestro crecimiento como país democrático.

Comparto lo señalado por el escritor y filósofo Cristian Warken "La ciudadanía debe decretar un Estado de alerta amarilla democrática y republicana para proteger a nuestro país de la devastación, de la intolerancia, los fanatismos y totalitarismo".., donde nuestra misión como gremios es levantar señales potentes ante esta ola de profundo refundacionismo totalitario.

Sumado a todo esto, durante el presente año se espera una inflación por sobre lo normal, que es lo que prevén la gran mayoría de las empresas, y en lo inmediato continuará la presión sobre los costos. Esperamos que la ola peligrosa no nos afecte, aunque sea la fe lo último que se pierda.

Carlos Bustos, presidente de la Multigremial