Un 36% de las personas del país que pidió retiros de fondos desde las AFP en 2021, utilizó el dinero para pagar deudas. La cifra corresponden a un estudio efectuado por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) y dado a conocer la semana pasada, en el cual se analizó datos vinculados a la morosidad, pero también a las consecuencias que ella genera y a la percepción que se tiene al respecto.

Por ejemplo, se estableció que un 28% de los encuestados reconoce que estar endeudado le ha traído problemas de salud física y/o mental y un 20% revela que ha tenido problemas familiares. Además, solamente 34% afirma que las personas tienen derechos, aunque acumulen compromisos impagos.

Para Sernac este último punto es preocupante, pues abre la puerta a prácticas ilegales de cobranza, que no son denunciadas, pues los afectados no conocen la protección que tienen en estas circunstancias. Por ello, fue recalcado el uso de la plataforma "No me hostiguen más" donde los usuarios pueden informar prácticas abusivas como llamadas seguidas, informes a terceros, cobro de deudas ya pagadas, o de otras personas, entre otras.

El tema es relevante a nivel nacional (un 53% tiene deudas y un 26% no las puede pagar).

Sin embargo, tras ese promedio hay una realidad que inquieta, pues el problema sube entre los adultos mayores. Es decir, en grupos de más vulnerabilidad. En total son más de 15 mil personas mayores de 60 años que han visto subir sus compromisos, sin la posibilidad de atenderlos. Especial atención debe ponerse en el tramo entre 60 a 69 años de edad, donde la insolvencia subió un 12,3%.

En este contexto es importante informar y apoyar con orientación a quienes viven estas realidades. Y lo primero que se debe establecer es que nadie llega a una situación así voluntariamente, sino presionado por la pérdida de ingresos, tal como ha provocado la pandemia; algo que probablemente seguirá creciendo en 2022, con la retirada de los bonos estatales.

Chile lleva 15 años diseñando e implementando estrategias de innovación, tanto a nivel nacional como regional. Fue en el año 2006 cuando se hicieron los primeros esfuerzos de parte del Estado de Chile, por contar con una institucionalidad. Su liderazgo recaía en el Consejo Nacional de Innovación. Hoy día y en el que el país se enorgullece de tener Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, quedan aún un gran número de desafíos y brechas por resolver. Nombraré 4:

Primero: es importante que el país aumente el gasto en Investigación y Desarrollo. Este gasto es inferior al 0,4% del Producto Interno Bruto, que en términos relativos y absolutos dista mucho de países OCDE. Idealmente, este esfuerzo económico debe liderarlo el sector privado, dado que la evidencia empírica muestra que cuando lo hace el mundo empresarial, la I+D es parte de modelos de negocios basados en la tecnología y el conocimiento, haciéndolo más sostenible.

Segundo, Chile tiene que ser capaz coordinar políticas de ciencia, tecnología e innovación de manera modular. Es decir, este aumento del gasto debe traducirse en financiar las personas que están detrás realizando actividades de innovación, así como de manera simultánea, infraestructura, equipamiento, testeo, transferencia tecnológica, entre otros aspectos.

El tercer desafío tiene que ver con la territorialización. La dinámica productiva de las regiones, hace muy necesario que se actualicen sus estrategias, planes y programas. Es necesario aprender y remirar de avances anteriores en esta materia como las estrategias regionales de innovación, e incorporar tendencias tecnológicas.

Por último, en estos 15 años de innovación nacional, han ingresado actores del mundo técnico-profesional, ausentes en el diseño inicial de políticas públicas. Esto le ha dado cierta frescura y necesidad democratización de la innovación. Lo ha hecho más plural, diverso, junto con reconocer el enorme aporte que hacen docentes y estudiantes en este segmento educativo. Su alianza con el sector productivo es además del todo destacable.

En síntesis, observo la necesidad que tiene Chile de avanzar en mayor gasto en I+D, coordinar adecuadamente este gasto, junto con poner atención al territorio y valorar el potencial del mundo técnico-profesional.

Marco Rosas, director Innovación y Vinculación con el medio