Verónica Salgado

A pocas horas del inicio de la cuarta cuarentena total decretada para la comuna de Osorno, que comenzará a regir a las 05.00 horas del jueves, miles de personas salieron a las calles para comprar y realizar trámites. Ello llevó a que desde tempranas horas de ayer se vieran largas filas, aglomeraciones a las afueras de servicios y el colapso vial, principalmente en el centro de la ciudad.

Según el alcalde Jaime Bertín y representantes de distintos rubros, esta situación ocurre por las decisiones sorpresivas y sin planificación tomadas por el Gobierno desde el nivel central, las cuales generan ansiedad y nerviosismo en las personas que se ven obligadas a resolver en pocas horas trámites impostergables, en muchos casos que arrastran por meses, como repactaciones de deudas, cobros de finiquitos, pagos que vencen dentro de las próximas semanas, actualización de datos para acceder a beneficios sociales, abastecimiento, entre otros.

Desde el inicio de la pandemia -en marzo de año pasado-, la comuna acumula cuatro periodos de confinamiento obligatorio, los que fueron decretados principalmente por el alto número de contagios de covid-19 y la red asistencial de salud operando a máxima capacidad. La comuna suma 122 días en fase 1 (cuarentena) en el Plan Paso a Paso: partió en el periodo del 30 de marzo al 30 de abril; el segundo fue del 3 de octubre al 30 de noviembre; y el tercero desde el 14 de enero al 15 de febrero.

Aglomeraciones

Desde muy temprano las distintas calles del centro de la ciudad fueron testigos de cómo decenas de personas circulaban esquivando a quienes estaban en las filas de bancos, municipalidad, oficinas de servicios, cajas pagadoras, entre otros. Esto ocurría sin que existiera un mayor control sobre el distanciamiento físico e incluso el correcto uso de la mascarilla.

Uno de los puntos más concurridos se constató en avenida Mackenna, donde la fila de espera para acceder al Registro Civil y ChileAtiende se mantuvo durante toda la mañana. Esto se replicó en calle Matta, frente a la plaza de Armas, donde se cruzaron filas hacia la notaría, la catedral (punto de vacunación) y bancos, lo que en algún momento fue caótico por la continuidad de las columnas de personas, lo que incluso generó pequeñas escaramuzas entre quienes esperaban por horas su turno.

En el resto del centro los adultos mayores se mezclaban con familias, embarazadas y mujeres junto a niños pequeños sin que ningún establecimiento pudiera generar un orden de prioridad en las atenciones, ya que sus aforos internos no lo permitían (la mayoría no supera las 15 personas en su interior).

El mayor de Carabineros de la Primera Comisaría, Carlos Reyes, precisó que la afluencia de público en el sector centro -principalmente- fue similar a la que circuló en los días previos a las anteriores cuarentenas. La principal labor de la policía uniformada estuvo abocada a evitar delitos comunes (el actuar de lanzas y carteristas), solicitar un mayor orden y distanciamiento cuando era necesario.

A eso se sumó el orden vial, ya que también la afluencia vehicular aumentó considerablemente, lo que por momentos hizo imposible conseguir estacionamiento ya que estaban repletos; en paralelo hubo largos tacos en los accesos al perímetro central de la ciudad.

"El llamado a las personas primero es evitar venir al centro. Si pueden, que realicen sus trámites durante el periodo de cuarentena, ya que los servicios esenciales estarán abiertos; y si deben impostergablemente acercarse a alguna oficina, que venga solo la persona que requiere el trámite. Además, durante la cuarentena los permisos en Comisaría Virtual estarán disponibles", precisó el mayor.

Cambios al plan

El alcalde Jaime Bertín reiteró que este tipo de situaciones se