En la actualidad, las empresas no solo deben proteger la salud física de sus trabajadores, sino que también la salud mental. En los actuales tiempos de pandemia, ha habido un evidente estrés y enfermedades que han afectado a las personas en lo emocional, y por lo tanto en sus actividades cotidianas, familiares y laborales.

En ese sentido, es indispensable que los empleadores pongan atención en los problemas que de salud mental de sus colaborardores.

El bienestar es bueno para los trabajadores y también para las empresas. No entender aquello puede ser una condena para los resultados de cualquier compañía.

En ese sentido, las iniciativas de bienestar funcionan mejor en aquellas organizaciones que tienen una base sólida de respeto, confianza, colaboración, cuidado y empatía, que permite a los colegas alentarse mutuamente. Las personas necesitan sentirse seguras a la hora de tomarse un momento para cuidarse y pedir ayuda, en especial cuando se trata de la salud mental.

Según la especialista Donna Kimmel, vicepresidente ejecutiva y directora de recursos humanos de la compañía Citrix, hoy con tantas personas teletrabajando desde su hogar, la mayoría de las interacciones son virtuales. Y ahora más que nunca, el espacio de trabajo digital es esencial para lograr una buena experiencia. Probablemente, nuestra interacción con la tecnología que utilizamos todos los días en el trabajo es tanto o más importante para nuestro bienestar que las tecnologías y aplicaciones de bienestar.

Los desafíos que presenta la pandemia, todas las personas las experimentan de diversas maneras. Pero una cosa sí es universal, como plantea Kimmel, cuando las personas tienen una sensación de bienestar en el trabajo, pueden liberar su potencial, trabajar con propósito y de manera creativa, manejar el estrés cotidiano y hacer contribuciones significativas para el éxito de toda la organización.

Osorno es la segunda ciudad con la peor calidad del aire en Chile, después de Coyhaique. Más del 90% del material particulado y casi el 100% de las emisiones de carbono en la ciudad se deben al uso de leña. Pese a su impacto en la calidad ambiental y en la salud de los osorninos, el costo, la costumbre y su polifuncionalidad son los motivos por los que predomina su uso.

En 2016 comenzó a operar el Plan de Descontaminación Atmosférica, que definió ambiciosas metas de eficiencia energética y aislamiento térmico de los hogares. Como resultado, los niveles de contaminación han mejorado. Sin embargo, los episodios de niveles críticos aumentaron durante 2020. ¿Se relaciona con la pandemia por covid-19?

El proyecto "Impactos del COVID-19 en la huella de carbono de hogares de Chile" (ANID COVID 1509) aborda esta pregunta, vinculándola con la disminución a nivel global de las emisiones de carbono. Sin embargo, su medición no siempre accede al nivel de los hogares. Este estudio se propone evaluar los cambios que impuso la pandemia en el transporte, alimentación y uso de energía en cuatro ciudades del sur de Chile, incluyendo Osorno.

Los datos muestran que en 2020 se mantuvo estable el consumo de leña, pero aumentó el uso de gas y electricidad debido al mayor tiempo destinado al trabajo, el entretenimiento y la preparación de alimentos en los hogares. Al mismo tiempo, los ingresos han disminuido para la mayoría de los hogares encuestados. El costo de trabajar y estudiar en la casa durante la catástrofe sanitaria obliga a revisar con más atención las cifras globales: ¿es sostenible esta reducción de la huella de carbono?

Hemos modificado el modo en que hacemos nuestras compras, el tipo de alimentos que consumimos y nuestras rutinas de cocina, calefacción y uso de energía. Es comprensible que estemos expectantes al momento en que recuperemos parte de la normalidad, especialmente en términos de ingresos y movilidad, pero también es clave que revisemos aquellos cambios que contribuyen a la reducción de la huella de carbono, pues si son bien planificados y coordinados tendrán efectos sobre la salud de las personas, pero también permitirán reorganizar los presupuestos familiares.

Álvaro Román, Ceder ULagos