Golpe de Estado en Myanmar: arrestan a líderes y decretan estado de emergencia
SUDESTE ASIÁTICO. Militares acusan al Ejecutivo de cometer fraude electoral en noviembre y arrestaron al presidente, Win Myint, y a la líder Aung San Suu Kyi. Consejo de Seguridad ONU abordará hoy la crisis y EE.UU. no descartó sanciones.
Un golpe de Estado abortó ayer la incipiente y frágil transición democrática en Myanmar, luego de que el poderoso Ejército arrebató el poder al Gobierno y detuvo a su presidente, Win Myint, y a su líder y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, de 75 años.
Los militares, que a pesar de iniciar una "democracia disciplinada" hace una década, nunca habían renunciado del todo al poder en el país asiático, declararon el estado de emergencia y acusaron al Ejecutivo de cometer fraude en las elecciones del 8 de noviembre pasado.
El golpe, del que había rumores desde la semana pasada, fue ejecutado el día en el que el Parlamento tenía previsto celebrar su primera sesión de la legislatura tras los comicios de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (LND), formación de Suu Kyi, consiguió revalidar el poder con una abrumadora victoria.
Detenciones
La jornada comenzó con la detención de la líder de facto del país asiático, consejera de Estado y Nobel de la Paz, a quien llaman "la lady" en Myanmar, y del hasta hoy presidente birmano, Win Myint, además de varios ministros y gobernadores regionales. Entre los detenidos hay, además, activistas, escritores, cantantes y directores de cine, según una lista a la que tuvo acceso Efe y que, aunque la ONU reportó al menos 45 detenciones.
Tanto Suu Kyi como Myint se hallan en arresto domiciliario en sus casas de la capital del país, Naipyidó, según fuentes de la LND. En una carta que esta colectividad publicó en Facebook, Suu Kyi expresó que "las acciones del Ejército no muestran consideración alguna por la pandemia de coronavirus y devuelven al país bajo la dictadura militar. Se pide a la población que se oponga totalmente al golpe militar y resista con firmeza contra el mismo".
El anuncio de estado de emergencia por un año llegó horas después de las detenciones a través del canal Myawaddy News, controlado por los uniformados, que confirmaron que el hasta ahora vicepresidente Myint Swe -nombrado por los militares- asumía la presidencia interina y le cedía todos los poderes al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing.
El comandante
Este militar, de 64 años y quien se convirtió en comandante en jefe en 2011, se atribuyó el mérito de la transición democrática que hizo posible que en 2015 se celebraran las primeras elecciones libres en medio siglo en Myanmar y ya era seguramente el hombre más poderoso del país, al estar al frente de un ejército no controlado por el gobierno civil.
Se le ha criticado duramente por la sangrienta represión contra la minoría musulmana rohinya, pero él siempre ha rechazado las acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
Los militares, en tanto, aseguraron que la Comisión Electoral había sido "incapaz de resolver el problema" de las elecciones de noviembre e insistieron en que una vez que se acabe el periodo de un año del estado de emergencia, se celebrarán "elecciones generales libres y justas" y "el poder será traspasado al partido ganador que haya cumplido con los estándares democráticos".
El canal Myawaddy informó del nombramiento de once nuevos ministros del gabinete, compuesto por una treintena de carteras, y entre los que se encuentra Wunna Maung Lwinel como responsable de Exteriores, cargo que ya ocupó entre 2011 y 2016.
Las nuevas autoridades impusieron en todo el país un toque de queda a partir de las 20 horas hasta las seis de la mañana, las conexiones de internet y de teléfono fueron suspendidas por horas y la única cadena de televisión operativa fue la del Ejército.
A pesar de la enorme presencia policial en el centro de Rangún, la mayor ciudad del país, los comercios han permanecido abiertos y se vive un cierto clima de "normalidad".
Durante la mañana se vieron en la ciudad largas filas en los cajeros automáticos de los bancos, que en algunos casos se habían quedado sin efectivo y que decidieron cerrar debido a la "inestabilidad del sistema y la lenta conexión a internet", dijo la Asociación de Bancos de Myanmar. También cerró el aeropuerto y supuestamente las autoridades han clausurado el espacio aéreo hasta el 31 de mayo, según una comunicación enviada a las aerolíneas a la que han tenido acceso fuentes diplomáticas.
CONDENA internacional
Tras conocerse el golpe de Estado, el rechazo llegó desde todos el mundo: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planteó que "la comunidad internacional debe unirse en una sola voz para presionar a los militares birmanos a renunciar inmediatamente al poder". El mandatario no descartó acciones ante la "reversión" birmana en su avance a la democracia. China (limítrofe con Myanmar) expresó su deseo de que la situación creada por el golpe se resuelva "dentro del marco constitucional y legal".
El Consejo de Seguridad de la ONU mantendrá hoy una reunión de urgencia para abordar el los acontecimientos. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó "firmemente" el golpe y dijo que "la declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares (...) representa un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania".
La Unión Europea también condenó la acción militar.
El peso electoral de Suu Kyi y el poder de los militares
La gran victoria electoral de Suu Kyi, en la que su partido obtuvo el 83% de los 473 escaños legislativos, demostró su gran popularidad en Myanmar, a pesar de su mala reputación internacional por las políticas contra la minoría rohinya, a la que gran parte se le niega la ciudadanía y el voto. Se le critica su tibieza ante las atrocidades cometidas contra dicho grupo, que llevaron a cerca de 750 mil de ellos a huir hacia Bangladesh en 2017.