Agencias

Cuando no ha pasado ni una semana del día en que Diego Maradona falleció, el 25 de noviembre, y dejó al pueblo argentino en un regadero de lágrimas y profundo pesar, ayer vieron la luz nuevas informaciones respecto de los cuidados que el ídolo argentino recibió una vez que dejó la clínica donde se realizó una intervención por un hematoma subdural en su cabeza.

En esta oportunidad fue Rodolfo Baqué, el abogado de Dahiana Madrid, la enfermera que atendió al futbolista en la residencia de Tigre, donde fue traslado luego de retirarse del recinto hospitalario, quien ofreció mayores antecedentes de los últimos días de vida del astro transandino.

"Ella entra a trabajar un viernes diez días antes de la muerte de Diego Maradona. El lunes siguiente a ello lo acompaña al baño y el paciente le pide que se vaya, que no esté más con él. Sólo le daba las pastillas que le indicaba la psiquiatra. Nunca más lo revisó", contó el abogado en TN, dando pie a una serie de críticas por los pocos cuidados que, según él, recibió Maradona en su proceso de rehabilitación.

"El enfermero del turno noche le tomaba la presión. El día anterior de su muerte, la presión arterial de Maradona era 130-100 y las pulsaciones por minuto llegaron a 115. Para un paciente cardíaco el límite debe ser de 80. Lo que le pasó se veía venir. Se olvidaron del corazón de Maradona", recalcó Baqué, quien apuntó sus críticas al doctor de cabecera del futbolista, Leopoldo Luque, quien debió declarar en la causa por "homicidio culposo" que la Justicia argentina abrió para determinar si la muerte del jugador se debió a negligencia o a una causa natural.

"La primera responsabilidad es del médico, y la segunda de la familia. Ni baño tenía la habitación. Le pusieron un baño portátil. Maradona no estaba en condiciones de decidir", aseveró, mientras confirmaba que "una semana antes de morir, Maradona se cayó y se golpeó la cabeza, estaba recuperándose de la cirugía. Los enfermeros informaron, pero dijeron que no se hizo ningún estudio para determinar si había sufrido daño".

Las dudas de la familia

Quienes también están dudosas respecto de la actuación de Luque son las hijas del jugador, Dalma, Gianinna y Jana, que el sábado fueron a declarar a la Fiscalía General de San Isidro para coincidir en que la participación del médico de cabecera de su padre fue decisiva en el desenlace del futbolista.

"El que daba las órdenes con respecto a parte médica de mi papá era Luque", testificó una de las hijas, mientras otra afirmó que "nos prometieron internación domiciliaria, pero eso no lo era".

Como si eso fuera poco, ayer Óscar Ruggeri, exfutbolista campeón del mundo en México '86 con Maradona, reveló en ESPN que la exesposa del jugador, Claudia Villafañe, le había confidenciado de las deplorables condiciones en que se recuperaba su exmarido.

"Ayer (domingo), hablando con Claudia, me decía: 'Cabezón', si vos entrabas y veías dónde falleció Diego, te morís'. No sé si está bien que lo diga, pero yo lo puedo decir. No quise preguntarle más".

130 de presión arterial llegó a registrar Diego Maradona, según confesión del

25 abogado Barqué.

El fin de semana la bomba ya la había tirado el representante de Walter Montillo, Sergio Irigoytía, ante la posibilidad que el argentino dejara Universidad de Chile y ayer, fue el volante azul quien reconoció que no irá más con la camiseta azul una vez que finalice su contrato con la "U".

En radio ADN, el argentino aprovechó su día de inasistencia a los entrenamientos del cuadro universitario en el CDA, al aducir problemas físicos, para dar su versión.

"Me quise tomar unos días para pensar bien que voy a decir. Traté de mantenerme en silencio. Tenía pensado en retirarme a final de año", abrió la conversación Montillo, quien detalló los motivos de su abrupta decisión.

"En septiembre, Cristian Aubert me llamó para renovar, me sentía bien. Nosotros siempre somos evaluados. Lo tomé con buenos ojos y le pedí que por la organización familiar, cerrar las agendas de mis hijos, de Santino, que antes del 20 de noviembre me confirmen, me digan si querían o no. Tenía la decisión tomada", aseguró.

Lo que vino las últimas semanas, con el proceso de evaluación que debería hacer de él el entrenador Rafael Dudamel y el silencio de Azul Azul para retomar las negociaciones, colmaron la paciencia de Walter.

"No es un tema de plata ni tiempos (...) Me choca que no puedo estar esperando. Tengo una decisión tomada, es no renovar (...) No (es una estrategia), porque la gente creerá que lo hice para conseguir algo más, debo priorizar a mi familia. Me bajé el sueldo para venir a la 'U', por ellos he dejado a veces a mi familia de lado, pero ahora me pongo del lado de ellos. Estoy dolido, pero me hace bien hablarlo", cerró.