Primera causa de muerte
Estadísticamente, uno de cada seis chilenos, sobre todo adultos mayores, se ve afectado alguna vez por un accidente cerebrovascular. Si bien cualquier persona puede sufrir un accidente cerebrovascular, hay factores de riesgo o comportamientos que lo propician.
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son la primera causa de muerte en Chile, además de dejar con discapacidad a una parte importante de pacientes que han sobrevivido a la enfermedad, sobre todo en personas mayores de 65 años.
Estadísticamente, uno de cada seis chilenos, sobre todo adultos mayores, se ve afectado alguna vez por un ACV, que consiste en la pérdida repentina de una función neurológica, producida por la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo cerebral, y que se manifiesta en la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, la alteración del lenguaje, que se hace incomprensible o bien la persona no entiende lo que se le dice; una disminución de la sensibilidad y dolor de cabeza muy fuerte. No obstante, los especialistas afirman que si el paciente recibe atención oportuna en un servicio de urgencia, se le puede retirar el coágulo alojado en la arteria, procedimiento que se denomina trombólisis cerebral.
Si bien cualquier persona puede sufrir un accidente cerebrovascular, hay factores de riesgo o comportamientos que lo propician, como la hipertensión arterial, la edad avanzada, el tabaquismo, el colesterol elevado, la diabetes mellitus y el sedentarismo, entre otras.
Es fundamental que las personas se informen respecto a la prevención de los accidentes cerebrovasculares, con el objetivo de tomar medidas preventivas, estar atentas para un diagnóstico oportuno y acceder así a una atención que puede salvar vidas y evitar las secuelas que dejan estos accidentes. Esta información incluye el derribar mitos, además de entender los orígenes y la necesidad de conductas saludables que pueden ayudar a evitar el mal.
El Estado, a través del Ministerio de Salud, lleva a cabo planes y programas que incluyen desde la prevención hasta el trabajo de recuperación de personas que han sufrido accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, los altos costos, no solo financieros, sino que emocionales y sociales que están asociados a estos casos, son en sí un llamado a extremar las medidas de prevención y cuidado.