El martes se conmemoró el Día Mundial del Ahorro de Energía, temática de gran importancia en la nuestra Región, donde se promueven las energías limpias y se combate aún sin el éxito esperado los efectos nocivos de la contaminación.

El objetivo por el cual se fijó el 21 de octubre para celebrar este día es que la sociedad reflexione sobre el consumo energético que se tiene en la vida cotidiana.

La Tierra nos provee de las principales fuentes de energía que mueve nuestro mundo, pero a medida que intensificamos la explotación de estos recursos naturales, implica un agotamiento de esta riqueza, por eso es necesario darle un uso racional y en correspondencia con las necesidades sociales y también ambientales.

Ante esta conmemoración, conviene recordar la política nacional de racionamiento eléctrico impulsada en 1998 por el Gobierno para mitigar los efectos de la sequía, y que quedó marcado como uno de los capítulos más álgidos.

Según Víctor Opazo, Ceo de Solek Chile, hoy la realidad es muy distinta y Chile ha dado pasos importantes hacia la independencia energética, potenciando cada vez más el uso de energías limpias, basadas en fuentes inagotables como el sol y el viento. Solo en septiembre, la capacidad instalada de la energía fotovoltaica alcanzó el 12,7% de participación en la matriz.

La oportunidad que nos entregan estas fuentes es tan importante, que dejaron de ser de uso exclusivo de ciertas industrias y lugares distantes de la matriz, sino que las tenemos cada vez más cerca de nuestras principales ciudades, e inyectan energía verde directamente a las zonas de mayor demanda.

En nuestro país hay parques solares y eólicos (en La Araucanía hay variados proyectos) que no requieren de grandes líneas de transmisión para comenzar a operar, y que están cambiando para siempre la forma de crear energía en Chile. Es fundamental apoyarlos para que se masifiquen los proyectos de energías limpias.

Creemos en un país que refuerce el rol subsidiario del Estado, de modo de mantener la preocupación central por los más vulnerables, al tiempo que respete las libertades individuales, promueva la capacidad creadora y la iniciativa privada y potencie la colaboración entre distintos estamentos de la sociedad. Una sociedad que considere una institucionalidad sólida, que garantice los contrapesos necesarios en el ejercicio del poder y otorgue certeza jurídica a todos los actores sociales.

Sin importar el resultado del domingo, la Cámara Chilena de la Construcción, propone cuatro pilares fundamentales a considerar para el debate en el proceso constitucional que comienza con el plebiscito:

LA LIBERTAD, que entrega a cada uno la posibilidad de tratar de materializar su propio proyecto de vida -desplegando al máximo sus capacidades personales, talentos y energía creativa, sea de manera individual o en asociación con otros. Garantizando el respeto irrestricto a derechos tales como la libertad de trabajo, la libertad de emprender y el derecho de propiedad, sin los cuales no es posible concretar tales proyectos de vida.

EL DERECHO; al oportuno acceso de las personas a un conjunto básico de bienes y servicios de primera necesidad, los que son base material indispensable para el ejercicio de la libertad. Se trata en definitiva de aspirar a una efectiva igualdad de oportunidades entre los ciudadanos.

SUBSIDIARIEDAD; por un Estado que sea lo suficientemente potente como para cumplir a cabalidad su rol de brindar seguridad a los ciudadanos, paz social y un conjunto básico de bienes y servicios sociales de primera necesidad.

CONTRAPESOS; las instituciones públicas y privadas son administrada por personas y éstas a veces fallan en el cumplimiento de sus deberes o caen en tentaciones de abuso de autoridad, corrupción u otras conductas que afectan o pueden afectar al bien común. Para que esto no ocurra, debemos velar porque la Constitución establezca adecuados contrapesos al poder.

Andrés Angulo, arquitecto presidente CChC Osorno