Correo
Paro de camioneros
Sin entrar a discutir si el paro es legítimo o no, cosa que no me compete y tampoco estoy tan informado como para tener una opinión acabada (como bien lo dice el eslogan radial), si se va a paro un gremio, o parte de él ¿tienen que parar todos?¿tengo el derecho a parar y obligar a mis colegas a parar? ¿tengo el derecho a parar y evitar que otros trabajen?¿tengo el derecho a parar y además impedir que la gente en sus vehículos de trabajo ingrese a su ciudad?
Así planteadas las cosas, yo respondería que no.
Carlos Esparza Palma
Plebiscito y covid-19
La comuna de Chonchi, completa, no podrá participar en el plebiscito de octubre. Suena impresionante e injusto, ¿no? Por suerte tal afirmación no es real. Lo que sí es real, es que la cifra de casos covid-19 positivo, hoy, es prácticamente la misma que los habitantes de la ciudad mencionada.
Casi todas las autoridades se mantienen en la misma línea: para asegurar a los votantes del plebiscito, los casos activos no podrán participar en este proceso electoral. Pese a ser razonable que se tomen todas las prevenciones pertinentes, no deja de llamar la atención que se busque fomentar la participación ciudadana y que al mismo tiempo excluyan a miles de compatriotas. ¿No sería más razonable cambiar las fechas?. Al parecer, estar contagiado con covid-19 suspende tu derecho a voto y no nos dimos cuenta. Como dirían algunos, "el plebiscito será con todos, o no será".
Agustín Soto
Desigualdad escolar
Un estudio de Mineduc y el Banco Mundial señala que en promedio 40% de los escolares en Chile recibe formación a distancia durante la crisis sanitaria. Al abrir la cifra se constata que prácticamente solo 1 de cada 4 lo hace en colegios más vulnerables, a diferencia de 9 de cada 10 en sectores que no lo son. Es evidente que la desigualdad en el acceso a este formato educativo obedece a condiciones estructurales que vive la infancia más excluida, aquella que las escuelas de su barrio sólo llegan a octavo, no cuentan con áreas verdes, ni mucho menos con conectividad. Este fenómeno es expresión de la profunda segregación territorial que viven millones de compatriotas.
El no poder estudiar es derribar las últimas barreras protectoras en un escenario del más alto riesgo, constatar un hecho como la falta de conectividad no puede ser un acto pasivo, inerte cuya solución sea esperar la vuelta a clases, sino que debe movernos a solucionar esta falta de conectividad o en su defecto focalizar planes de refuerzo al aprendizaje con una alerta temprana efectiva, que llegue a los sectores identificados. Impulsar inmediatamente acciones que permitan llenar brechas de aprendizaje, garantizar en oportunidad y calidad el acceso a recursos pedagógicos que permitan nivelar esta brecha y disponer en los territorios de programas reforzados de reingreso educativo.
Adicionalmente, la crisis económica, derivada de la sanitaria, estima en más de 20% el aumento del trabajo infantil, es decir, hoy nos enfrentamos ante las peores condiciones, con un posible aumento en deserción escolar. Es el momento de prevenir oportunamente los efectos de esta desigualdad, con mayor decisión y voluntad. Está en juego el futuro de miles de niños.
Marcelo Sánchez, Fundación San Carlos de Maipo
SolidaridadExiste una idea ampliamente difundida en Chile sobre nuestra identidad como pueblo y se podría resumir en algo así como: los chilenos son solidarios. Por supuesto que muchos de nuestros compatriotas lo son, sin embargo, esto contrasta fuertemente con la vivido en los últimos meses, donde la violencia, discriminación, racismo, clasismo u oportunismo se han dejado ver con una fuerza abrumadora.
Hay que entender que la solidaridad no es ir a participar de la campaña benéfica de turno, sino que surge desde una forma de entender las relaciones sociales y, sobre todo, de entender al otro como un ser válido y valioso. Sin esta concepción, la solidaridad se convierte en asistencialismo y necesidad de figurar.
Hace ya varias décadas que la teoría del apego, planteada inicialmente por John Bowlby y ampliada por innumerables autores nos viene entregando luces acerca de este tema. Y es que la consigna es simple pero potente: la forma en que un niño sea tratado influirá de manera clave en la concepción que desarrolle sobre sí mismo, los otros y el mundo.
Entonces, la conclusión es evidente. La solidaridad es un valor muy importante para una sociedad desarrollada, pero no se construye en base a leyes o "sermones", mucho menos castigos. Si queremos avanzar hacia una cultura de la paz, es imperativo pensar, de verdad, en los niños.
Pablo Ogueda, académico Escuela de Sicología, U.de Las Américas