Reclamo por cobro excesivoEl pasado 19 de febrero viajé con mi familia desde Purranque a Santiago, (960 kilómetros) en automóvil. Llegamos a la entrada de la autopista central a las 23.50 horas y salimos al acceso de Santa Isabel (Stgo. centro a las 00.10 horas. Como familia sureña no contamos con el TAG, por lo cual al pagar el uso de esta autopista (en un tramo de aproximadamente 14 kilómetros) nos cobraron $ 14.000 y al ir a las oficinas ubicadas en la calle San Diego de Santiago, la señorita Nicol, jefa subrogante en ese instante, adujo que esa normativa fue impuesta por el MOP, donde el cobro en ese segmento de tiempo se hace por dos días, de $7.000 por cada uno.
Como sureños comprendemos ahora con mayor razón por qué la gente de estas zonas ha levantado la voz, nos tocó sufrir la sinvergüenzura de estos cobros, sin sentido ni lógica, sólo lógicos para que la concesionarias se llenen de dinero con aval del Estado. Esto es aberrante. Ruego a usted publicar mi carta, para que otros chilenos no caigan en esta trampa.
José Miguel Tolentino Z. Nacionalidad chilena
Astutamente, bajo el mote del "progreso" y la "modernidad", se socavó el sentido del hombre y de la mujer, de la familia, de la sociedad y de la patria. Es decir, de nuestra identidad nacional. Estos valores impugnados como "retrógrados" son sistemáticamente atacados por el "establishment".
De tal manera, mientras a los chilenos se les programó en la "píldora del día después", en el aborto y el homosexualismo, es evidente que -gran paradoja- los "nuevos chilenos" tienen numerosas familias, lo que se traduce en el hecho que en algunas décadas el país de nuestros ancestros y su herencia -nuestra nacionalidad- sencillamente habrá desaparecido.
Rafael Videla Eissmann
Héroes versus delincuentes
Llama la atención cómo algunos políticos, parlamentarios y artistas insisten en alabar y tratar como actos "heroicos" acciones vandálicas cometidas en distintas partes de Chile, donde prima la violencia de la primera línea y la destrucción de encapuchados. ¿Qué tan trastocados pueden estar los valores de las nuevas generaciones?
En toda la historia de Chile, los héroes se han caracterizado por ser aquellos que dan su vida por la Patria o ante un acto de arrojo a costa de su propia vida por defender la de otras personas ante situaciones críticas inminentes "y a "rostro descubierto". Esos mismos que hoy son profanados en sus tumbas, esos mismos que ni por llevar su nombre perdonan; O'Higgins, Prat, Rodríguez.
Si se adora a violentistas o delincuentes que responden a esta primera línea, los convoco a que inviten a todos aquellos a ser parte del debate democrático, a participar de sus organizaciones, partidos políticos o actividades cotidianas. Porque si son los verdaderos héroes de la Patria, debe acogérseles y tratárselos como tal.
Ricardo Oyarzún
Condenar la violencia
Una situación que debe preocupar más que la misma violencia, es la ambigüedad de algunos partidos de oposición por repudiar la violencia al punto de no sólo tolerarla, sino también de alentarla con la simple excusa de que lo ha hecho de la primera línea. Donde saquear, incendiar y destruir -y para qué decir agredir, funar, insultar o cubrirse el rostro- se ha naturalizado como la esencia de una forma de protesta social legítima.
Y es que ciertamente la democracia no sólo se ejerce cada vez que hay que dejar un papelito en la caja. Esa es sólo una parte. Sin embargo, dedicarse a contemplar la conducta violenta mientras ella se despliega cotidianamente o, lo que es peor, dedicarse a imaginar argumentos para no condenarla es una forma de eludir una vida plenamente democrática.
Porque seamos claros, quienes propician el saqueo, el vandalismo, la destrucción de la propiedad pública o privada, llámense anarquistas, narcos, lumpen, barras bravas o delincuencia común, no tienen ningún interés en llevar adelante cambios a la agenda social o cambiar la Constitución, no les interesan las personas ni menos mejorar la sociedad en que vivimos.
Y es que si los chilenos queremos más democracia y más beneficios porque Chile cambió, estamos llamados a construir un futuro sin distinción, un Chile consensuado, donde más allá de las diferencias de opinión jamás ejecutaremos la violencia en contra de quienes tienen posturas opuestas. Porque vivimos en democracia y queremos seguir construyendo un país que, próximo a cumplirse 30 años desde el gobierno de transición, se ha fortalecido, de eso no hay duda.
Pilar Riesco, sicóloga