Según el XXVII Informe de Deuda Morosa, dado a conocer hace algunos días, entre octubre y diciembre recién pasados el número total de morosos a nivel nacional creció en 102.788 personas, lo que equivale a un alza del 2,2% del tercer al cuarto trimestre.
El análisis, que es desarrollado por la Universidad San Sebastián y Equifax, con datos georreferenciados por Mapcity, corresponde al cuarto trimestre de 2019 y revela varios datos que son preocupantes en torno al nivel de endeudamiento y capacidad de pago de las personas.
Sin embargo, lo que realmente inquieta no es la tasa actual de morosidad detectada por el estudio, sino más bien el hecho de que de todas formas es un nivel de morosidad grave y que podría aumentar en los próximos meses. Según lo planteado por expertos, el aumento de personas morosas es constante y permanente, crece a mayor o menor tasa, pero lo hace de manera sostenida, situación que seguiría revelándose hacia el segundo trimestre del año, cuando sea posible analizar los efectos de los despidos concretados en diversos rubros productivos los últimos meses.
De hecho, se plantea que más allá de la cifra que se mantenga morosa, hay que contextualizar la situación en torno al monto promedio de deuda que se mantiene impago, así como también la antigüedad de las morosidades, ya que es menos probable salir de ellas si tienen un mayor tiempo de atraso.
A nivel nacional, el atraso en el pago promedio de los deudores permanentes subió 10,4% en diciembre de 2019 respecto al mismo mes de 2018. Pasó de $2.069.580 a $2.285.834.
Ante estos resultados es entendible que las proyecciones para los próximos meses, especialmente el segundo trimestre del año, sean negativas.
Más allá de las proyecciones, por ahora los expertos aseguran que es momento de promover una buena educación financiera, que ayude a que los porcentajes de personas afectadas por sobreendeudamiento no aumenten y afecten la calidad de vida.