Como un balde de agua fría hemos recibido los habitantes sureños la pugna entre el Ministerio de Obras Públicas y el Consorcio Puente Chacao, controlado por Hyundai Engineering & Construction respecto del desarrollo de la construcción del puente que unirá el continente con la isla de Chiloé. El consorcio coreano en una fuerte declaración pública señala la imposibilidad de seguir con las obras del puente Chacao acusando al MOP de mala fe, falta de seguridad jurídica y reiterados incumplimientos en compromisos contraídos. Por su parte el MOP replicó que ha cumplido con lo estipulado en el contrato y que no asumirá los nuevos costos ya que se trata de una licitación "a suma alzada".

¿Es este un caso aislado? Lamentablemente, no. El mismo Ministerio señala que el 96% de los contratos sufren modificaciones y aumentos en los plazos promediando éstos el 30% de los valores originales. Los litigios civiles se han quintuplicado en los últimos años y el monto global demandado asciende a más del 50% de los contratos originales.

Estos datos evidencian la urgente necesidad de reformular el sistema de licitaciones públicas. Hemos abordado este tema y formulado diez propuestas que creemos mejorarán sustancialmente el correcto desarrollo de las licitaciones.

Dentro de las principales medidas se encuentran licitar sólo una vez que la ingeniería de detalle esté terminada (lo que en este caso no sucedió). Es incomprensible que a pesar de toda la evidencia que señala que un proyecto incompleto resultará en mayores costos se insista en llamar a propuesta con proyectos referenciales, inmaduros y descoordinados.

Otra medida es contemplar resguardos ante las ofertas excesivamente bajas respecto del presupuesto oficial. Es tentador creer que se está ante una buena opción, pero se sabe que lo barato siempre sale caro. Y si a pesar de todo, existen modificaciones en el proyecto, se propone también contemplar en el contrato mecanismos de resolución temprana de conflictos. De este modo se evita acumular escollos que obliguen a medidas como la paralización anunciada.

Siempre, pero más aún en tiempos de estrechez económica es imperioso cuidar el correcto uso de los recursos públicos. Son muchas las obras anunciadas y anhelamos verlas prontamente materializadas.

Alicia Vesperinas, presidenta CChC Osorno

Con la llegada de enero comienzan las vacaciones de verano de miles de chilenos que emigran desde sus ciudades de residencia hacia los balnearios de la Región, lo que implica una elevada presencia vehicular en las carreteras y, por consiguiente, un mayor riesgo de sufrir accidentes vehiculares debido a errores en la conducción.

En ese contexto cobra vital importancia la adopción de medidas preventivas, entre ellas, el uso de sistemas de sujeción infantil al interior de los automóviles, cuya finalidad es proteger la vida de los menores que viajan en un vehículo motorizado.

Si bien el no uso o la utilización incorrecta de estos dispositivos está penado con multas que implican sanciones de entre 1,5 y 3 UTM a quienes infrinjan la normativa, la estadística indica que pese a ello muchos padres simplemente no la utilizan, lo que genera graves riesgos para los menores que viajan al interior de un vehículo en caso de un accidente. Es más, la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) ha advertido que alrededor del 90 por ciento de las personas que usan estos dispositivos en sus vehículos, los utilizan de forma incorrecta, lo que aumenta el riesgo de lesiones o incluso muerte del menor.

Ahora bien, tomando en cuenta que desde el año 2015 en adelante, tras la implementación de la ley, los niños fallecidos por accidentes de tránsito han ido a la baja, recientes tragedias ocurridas en la Región de Los Lagos deben convertirse en un llamado de conciencia a los padres para brindar la protección necesaria a los menores a través del correcto uso de las sillas especiales. Solo de esa forma podrá protegerse la seguridad de los niños y a la vez terminar con las negativas estadísticas de pequeños fallecidos en accidentes de tránsito. De ello dependerá que los recuerdos que deje el verano sean positivos, y no una herida que una familia jamás podrá olvidar.