Eleuterio Ramírez
El 26 de noviembre de 1879 falleció heroicamente en Tarapacá el teniente coronel Eleuterio Ramírez, una de los máximos héroes de nuestra patria.
Nacido en Osorno en 1837. Estudió en una escuela de Calbuco, para después ingresar al Ejército, el 2 de abril de 1855.
Los primeros enfrentamientos en los que participó fueron en los levantamientos de 1859 en contra del entonces presidente Manuel Montt. Por sus méritos militares y con tan sólo 22 años, le otorgaron el grado de capitán. Participó, luego, en dos importantes campañas y en uno de los combates de la guerra contra España.
Pero fue en la guerra del Pacífico, específicamente durante la batalla de Tarapacá, donde demostró toda su valentía. En este enfrentamiento, las tropas chilenas se encontraban claramente en desventaja; sin embargo, combatieron de igual a igual con el enemigo casi un día entero. Eleuterio Ramírez comandó a unos 900 hombres, descargando todas las municiones con que contaba para aplacar al bando contrario.
Cerca de las cuatro de la mañana y, a pesar de la fatiga, los chilenos realizaron la última arremetida junto a Ramírez, que ya estaba herido a bala en una de sus muñecas.
Los esfuerzos valieron una importante victoria para las tropas nacionales, que prontamente controlaron la Región de Tarapacá. Sin embargo, el principal estratega de la misión, Eleuterio Ramírez, había fallecido en el campo de batalla.
Francisco Sánchez Historiador
La nueva guerra civil
No es sorpresa para nadie que hoy en Chile se está gestando una nueva guerra civil, que nos ha mantenido enfrentados entre nosotros, se podría decir que civiles y carabineros, pero es más que eso, son civiles con civiles, carabineros, autoridades y demás. Y los frentes de batalla son distintos también: si previo al '73 eran las calles y los medios de comunicación con titulares que le sacaban ronchas al bando contrario, hoy se suman las redes sociales.
Es a través de esta plataforma que los ataques de distintos bandos se hacen sentir con fuerza, con funas en grupos de Facebook, en publicaciones de Instagram o Twitter, circulando información, la mayoría de las veces completamente falsa, creándose así una cadena de desinformación de la cual nadie se hace responsable.
Esta nueva forma de hacer la guerra civil pareciera ser más espontánea, pero contrario a eso es obvio que hay grupos organizados detrás de todo, que se dedican a investigar, a difundir y crear material para hacer circular entre los distintos organizadores. Las redes sociales se han convertido en el medio más fácil de usar para desprestigiar a quien no piense como me gustaría, es por esto que hemos visto desagradables situaciones donde incluso transmiten en vivo las agresiones a personas inocentes.
Estos mal llamados "medios de comunicación social" no se hacen responsables de nada de lo que difunden, mostrando sólo el lado que a ellos les conviene. Dejan de lado todos los principios básicos del periodismo. Lo único que logran es avivar las llamas de un incendio mediático, manipulado de principio a fin, que no tiene otro propósito que imponer las ideas de la izquierda en Chile.
Lamento profundamente que Chile esté al borde de un precipicio en donde está en juego la democracia, más que las urgencias sociales; lamento profundamente que se esté desvirtuando lo que en su momento era real y justo, pero hoy ha quedado en segundo plano para imponer una agenda constituyente que nada soluciona los problemas a nuestros vecinos. Y las redes sociales permiten básicamente seguir manteniendo y sembrando el odio entre compatriotas.
Marcelo Soto, secretario general Nuevas Generaciones de la UDI Los Lagos
0'Higgins y la unidad nacional
Nuestro Padre de la Patria tenía un claro concepto de la necesidad de poseer unidad nacional, reuniendo bajo una misma bandera y similares ideales a todos los que habitaban el territorio nacional.
En una carta dirigida a José María de la Cruz desde Montalván, el 5 de abril de 1840, a poco más de dos años de fallecer, manifiesta lo siguiente: "Al mismo tiempo, conozco también demasiado la ignorancia, apatía y amor propio de los que se llaman a sí mismos civilizados, para no saber que la idea de unir a todos los chilenos, bien civilizados, bárbaros o salvajes, en una gran familia, será tratada por muchos con el mayor desdén y desprecio".
Su carta evidencia dos aspectos, el primero, su convencimiento que la unidad no era una idea compartida por todos los chilenos, ya que parte de ellos, producto de su mirada sesgada y única, se oponían.
El segundo era la convicción que siempre mantuvo, en cuanto a que todo aquel que viviera en el territorio nacional era chileno, no olvidemos que cuando era Director Supremo, había proclamado que todo habitante del país lo era, independiente de su raza.
Antonio Yakcich, presidente del Instituto O'Higginiano de Rancagua