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La ceremonia de toma de posesión del nuevo obispo Juan Barros culminó con tres personas detenidas por causar desórdenes y peleas al interior de la Catedral San Mateo. El operativo policial desplegado incluyó personal civil al interior del templo santo, quienes tenían por objetivo resguardar el orden y la seguridad de las personas que participaban de la liturgia que se realizó ayer a las 11 de la mañana.
Así lo detalló Leonardo Castillo, prefecto de Carabineros, quien además era una de las autoridades presentes en la actividad católica. Según detalló, 800 personas ingresaron a la Catedral a participar del acto, mientras que 650 se quedaron afuera protestando.
Con todo los incidentes ocurridos, el oficial policial señaló que Carabineros tenía personal suficiente para actuar e ingresar al templo y detener los disturbios que se generaron.
"Esta es una situación anómala que vive la ciudad. Acá la gente es muy respetuosa de las instituciones y es lamentable lo que se ha producido, pero no me puedo pronunciar sobre esa problemática. Respecto al orden público, las partes se expresaron libremente y no hubo mayor inconveniente que revierta delito y eso es lo que nos preocupaba", señaló Castillo.
Según el balance, hubo tres personas detenidas. Uno acusado de cometer desórdenes, otro por agredir a personas de la Iglesia y un tercero por maltrato a Carabineros. Además, explicó que el acceso liberado a la Catedral fue una decisión tomada por las autoridades eclesiásticas.
"Nuestro servicio obedece a una planificación muy coordinada con representantes de la Iglesia y todo lo que ocurrió está debidamente planificado. Nosotros teníamos que prever cualquier situación que fuera constitutiva de un delito: pudo haber sido un atentado o el actuar de alguna persona enajenada, por eso andaba personal de civil", comentó el prefecto.
Explicó que en el recinto hubo libre acceso hasta que se completó su capacidad y se cerraron las puertas. Sin embargo, esta medida coincide con la masiva entrada de las personas que se oponen a la llegada de Juan Barros a Osorno. Pasados unos minutos, las puertas fueran nuevamente abiertas custodiadas por carabineros.
Responsabilidad
Juan Carlos Claret, vocero de la Organización de Laicos, explicó que como movimiento estaban afuera, aunque reconoce que había una comitiva que ingresó porque iban a realizar una salida simbólica.
"En lo que pasó, hay gente que tiene que responder. Aquí la gente de parroquia que estaba presente estuvo efectivamente con globos negros, pero no llegó a los golpes", explicó el vocero.
Precisó que la apuesta del grupo siempre tuvo como objetivo hacer una manifestación pacífica. Por lo mismo, sostuvo que la organización responderá sólo por las actos de personas que pertenecen al movimiento.
"Acá hubo gente que agredió, que profanó el templo y la eucaristía y esas personas tienen que responder. Aquí nosotros apostábamos que es posible una Iglesia distinta sin violencia. La realidad es que estamos siendo violentados hace 70 días, debido a que se ha negado al diálogo la Conferencia Episcopal y el obispo Barros", remarcó.