Lluvias siguen destruyendo los precarios caminos rurales
EN LA PROVINCIA. Vecinos de los campos aseguran que las condiciones climáticas de la última semana han dejado en pésimas condiciones callejones y vías de ripio donde no se realizó mantención previa. Ahora están convertidos en pantanos, con pozas gigantes , derrumbes, entre otros efectos.
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La llegada de la temporada de lluvias sigue destruyendo los precarios caminos rurales de la provincia de Osorno, una realidad que persiste desde hace años sin soluciones concretas de parte de las autoridades. Las vías de ripio se han ido transformando en barriales con pozas gigantes de agua y decenas de baches, hay derrumbes que cubren las vías, muchos caminos son angostos, entre otros problemas.
Dirigentes y vecinos están cansados de evidenciar este drama año tras año a las autoridades y de enviar cartas en temporada de buen tiempo para que se concreten los arreglos, sin más respuestas que promesas sin cumplir. Si existen caminos vecinales, rurales, callejones, entre otros, es porque en esas zonas apartadas habitan familias que dependen como única conexión vial de estas precarias e incluso inexistentes rutas que, incluso, para quienes tienen vehículos de doble tracción (4x4), son un problema.
Si bien la situación se vive en toda la provincia, las comunas más afectadas son Puerto Octay, Puyehue, San Pablo, Purranque, San Juan de la Costa y Río Negro, donde el mayor problema se debe a la falta de mantención de la cual es responsable la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas (MOP), que si bien en algunos casos activa protocolos de emergencia, es imposible realizar mejoramientos mientras llueve.
Los vecinos del campo han denunciado por décadas el problema, sin obtener soluciones reales. Es parte de la postergación que sufren las zonas apartadas e incluso aquellas que están a un par de kilómetros de distancia de las vías principales.
Realidad provincial
Algunas de las comunidades afectadas por el mal estado de las vías por donde circulan pertenecen a sectores como Desagüe Rupanco, callejón Pérez, Pichi Río Negro, Las Gaviotas, Las Nieves, Puerto Rico, Río Blanco, El Poncho, Aguas Buenas, entre otros en Puerto Octay; mientras que en Purranque está La Poza, Los Riscos, Los Cajones, Colonia Ponce, Crucero, etcétera; en el caso de Puyehue está Santa Elvira, El Taique, Pulelfu, Callipulli, entre otros. En San Pablo Mailén, La Poza, Las Juntas, Quilquilco, Trumao- Quilacahuín (donde se emplaza el hospital), Pufayo, Huiño Huiño, entre otros. En San Juan de la Costa los más complicados son los habitantes del sector costa sur, en localidades como Cuinco, Liucura, entre otros; y el sector de La Barra.
Los caminos enrolados son aquellas vías de comunicación de libre tránsito situados fuera de los límites urbanos de un territorio y cuyas fajas son bienes nacionales de uso público. La conservación y mantención de dichas vías es responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de la Dirección de Vialidad. Aunque los municipios han comprado maquinaria para realizar mantenciones, en un esfuerzo por apoyar a las comunidades afectadas, ello resulta insuficiente.
Bernardo Bello, presidente de la junta de vecinos rural del sector llano de San Pablo, señaló que hay muchos sectores que con las lluvias quedan intransitables para vehículos livianos y para el transporte público.
"Esta es una realidad que siempre estamos sufriendo, tenemos reuniones, pero todos los años es lo mismo, el problema es que una vez que se lanzó a llover dicen que las máquinas no pueden pasar, porque es peor, entonces la gente queda