Escribo esta columna con el ánimo de aportar en resolver uno de los más insondables misterios de nuestra convivencia. ¿Por qué si los diagnósticos están archisabidos, son realizados por distinguidos académicos o grandes pensadores y hacen sentido transversalmente, no podemos avanzar en la solución de los problemas? Es algo que a mí me quita el sueño.
Hay quienes creen que la raíz de todo está en el sistema político que fragmentó o más bien atomizó la representatividad al punto de que los parlamentarios se mandan solos, no responden a doctrina alguna y solo velan por su interés personal. "Es imposible ponerse de acuerdo con veintitantos partidos, no se puede negociar así", escuchamos decir. Es probable que algo de eso exista. El presidente Boric, en su reciente discurso en la Enade, declaró que estaba a favor de reformar el sistema político porque le haría bien a Chile. ¿Será mejor o peor concentrar el poder en un par de partidos fuertes? No lo sé, es posible que existan grupos que no se sentirán cómodos con tan escasa oferta y al cabo de algunos años volvamos al punto de partida.
Creo que el problema es otro. En el parlamento no se trabaja con una metodología eficaz que ponga al problema en el centro de la discusión. Propongo un sistema de cinco pasos muy sencilla.
1.- Acordar la existencia de un problema. Esto porque es necesario evidenciar que existe algo que se quiere resolver. Por ejemplo: Las pensiones son bajas en nuestro país. ¿Está al menos la mayoría del congreso de acuerdo en esto? Si es así vamos al paso siguiente. (si no, no vale la pena seguir con dicho tema y vamos con otro).
2.- Proponer las soluciones. Acá pueden ser propuestas individuales o por bancadas o por grupos. Da igual. El punto es poner sobre la mesa la propuesta, el plan, financiamiento, plazos, etc. Para esto se deben dar un plazo acotado, supongamos tres meses, para eso cuentan con asesores.
3.- Votar por una de las soluciones propuestas. La con menos votos se elimina. Se vuelve a votar y así hasta que queda la preferida por la mayoría. En el intertanto deben debatir o parlamentar para conseguir los votos, que es su rol, ¿no?
4.- Adopción e implementación de la solución.
5.- Evaluación una vez en régimen. Si se arregló el problema, se cumplió el objetivo. Excelente. Si no, se vuelve al punto uno y se rediseña o ajusta.
Fácil ¿verdad? Para qué darse tantas vueltas…o capaz las vueltas son las que dejan, como dicen por ahí.