Detectives de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos incautaron más de 300 productos desde una tienda en el centro de Osorno, en el marco de una diligencia por delitos contra la Ley de Propiedad Industrial.

En la instancia se detectaron copias burdas de reconocidas marcas de vestir, además de productos de baja calidad respecto a la pieza original, las cuales no cumplían con los estándares y rotulación del producto original, motivo por el cual se detuvo al dueño de la tienda, quien posee antecedentes policiales por tráfico de drogas.

Junto con ello se incautaron 32 chaquetas, 49 poleras, 14 polar y 19 polerones que simulaban ser de The North Face, 7 polerones y una billetera que aparentaban ser de Lacoste, 96 poleras, 20 camisetas, 58 polerones y 8 parkas supuestamente de Adidas y 2 billeteras que simulaban ser de Gucci.

Todos estas especies fueron avaluadas en $15 millones en valor comercial.

El jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos Osorno, subprefecto Mauricio Estay, dijo que "estas prendas fueron incautadas y se procedió también a la detención del principal imputado, que corresponde al dueño del local. Los antecedentes del caso fueron puestos a disposición del Ministerio Público".

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Cada sábado, la feria Pedro Aguirre Cerda (PAC), ubicada en el Cruce Lynch, se llena de productos frescos que vienen de los llanos de Osorno, pero también de exquisitas elaboraciones que preparan in situ los comerciantes del tradicional recinto. Al igual que en la Feria Libre de Rahue, los chacareros aportan el sello local y de identidad a la feria PAC. Traen lo mejor de sus producciones para así obtener un dinero extra cada semana. Huevos frescos, chicha, zanahorias, lechugas, tomates, quesos, cecinas, flores de la estación, mermeladas de todo tipo y chicharrones forman parte de la oferta campesina a los clientes que acuden en masa los sábado en busca de vituallas para la semana. A ello se agregan delicias que resultan irresistibles, tales como kuchenes, tortas, roscas, berlines, entre otros productos de repostería casera, que también se venden en gran número en la antigua feria.

Para aquellos compradores que llegan cerca del mediodía y terminan dominados por el hambre, están las pequeñas cocinerías situadas en los pasillos de la vieja estructura, algo así como puestos de comida casera tradicional al paso, parecidos a los que existen en los mercados del oriente próximo. En ellos siempre hay cazuela, estofados, pan casero, variedad de sándwiches, entre otras delicias culinarias, además de algún bebestible para refrescar el gaznate y "aliviar a los deprimidos del peso de sus preocupaciones", parafraseando a Lord Byron.

Es realmente imperdonable visitar la feria e irse sin haber probado alguna empanada frita, sopaipilla o ceviche preparado en el mismo momento por los comerciantes. Aparte de mantener en pie al cliente en medio del ajetreo, permite degustar sabores tradicionales en un recinto lleno de la identidad de la provincia.