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Osorno es una ciudad privilegiada, ya que cuenta con una extensa red de ciclovías, con más de 32 kilómetros de extensión en total. Un ciclista, si lo desea, puede ir desde René Soriano, en el extremo del sector oriente, hasta la avenida Argentina, en Rahue Alto sur. O sea, cruzar la ciudad de punta a punta a través de este medio. Hay tramos que son más transitados que otros, aunque todos registran movimiento. En la alameda de Mackenna, por ejemplo, la ciclovía es utilizada por familias, repartidores y deportistas; y en Rahue los principales usuarios son los trabajadores que van y vienen desde su hogar hasta su fuente laboral.

Pese a que estos espacios son exclusivos para bicicletas, hay quienes no los respetan: los peatones las usan de veredas; conductores estacionan sus vehículos encima de las ciclovías; y hay quienes atentan contra los ciclistas con su imprudencia al manejar. "Trabajemos juntos para promover un cambio positivo en nuestra comunidad, donde el respeto hacia los ciclistas y las ciclovías sea prioridad. Osorno puede convertirse en un ejemplo de movilidad sostenible y seguridad vial", señaló Cristian González en la sección de cartas al director de este medio, donde manifestó su preocupación por el mal uso de las ciclovías en la ciudad y llamó a crear conciencia.