Cuando la riobuenina Margot Duhalde partió a la guerra
La valiente piloto se puso al servicio de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial y tripuló aviones en medio del peligro. Debido a sus incontables méritos, está entre las tres finalistas para que su rostro sea impreso en un billete conmemorativo de los 280 años de la Casa de Moneda de Chile. El plazo para votar vence el 14 de mayo.
Para contextualizar esta crónica podríamos parafrasear la antigua canción infantil esa de "Mambrú se fue a la guerra…". Con esto de "Margot se fue a la guerra, qué dolor, qué dolor, qué pena, no sé cuando vendrá, si para Pascua o por la Trinidad…".
La fascinante historia de Margot Duhalde Sotomayor se inicia poco antes de cumplir los 18 años de vida. Entusiasmada por realizar el curso básico de piloto para avionetas, se inscribió, según ella misma contó, falseando su edad. Era una época donde ser piloto mujer era visto como una verdadera rareza. Nacida en Río Bueno en 1920 en el seno de una familia vasca de agricultores, sus sueños siempre volaron alto. Y no sólo eso, ya que participó nada menos que en la Segunda Guerra Mundial, al servicio de los Aliados.
Debido a sus hazañas en el conflicto bélico, su valentía e impecable carrera en la aviación, la riobuenina fue propuesta junto a Michelle Bachelet, Violeta Parra, María Luisa Bombal, Eloísa Díaz, Isabel Allende, Valentina Muñoz, María Teresa Ruiz y Christiane Endler, para que su rostro sea impreso en un billete especial de conmemoración de los 280 años de la Casa de Moneda de Chile. El objetivo es destacar a una chilena que haya marcado la historia del país. El billete no circulará como lo haría uno tradicional, sin embargo, las personas que quieran adquirirlos podrán comprarlo por la página web de la Casa de Moneda una vez que esté listo.
Para elegir a la ganadora, la organización puso en marcha una consulta ciudadana para que los ciudadanos escojan a la mujer que aparecerá en el billete conmemorativo. Margot Duhalde pasó el primer filtro y quedó en la terna de finalistas junto a Violeta Parra y Eloísa Díaz. Los interesados pueden votar en el sitio mujeresvaliosas.cl, donde se accede con la Clave Única. El plazo para elegir a la ganadora vence el 14 de mayo.
En medio del peligro
La joven piloto llegó a Europa en guerra y de inmediato se alistó en la ATA (Air Transport Auxiliary), una unidad inglesa cuya misión era el transporte de aviones desde las fábricas a las escuadrillas de combate. Esta unidad logística contaba, según narró Margot, con 1.318 pilotos, de los cuales 166 fueron del llamado "sexo débil" y de ellas 15 murieron cumpliendo misiones. Transportaron durante el conflicto, según las estadísticas, 309.011 aviones de 147 tipos diferentes y cada piloto tuvo en promedio 235 misiones no exentas de peligro.
Margot durante este periodo tripuló un gran número de aviones de guerra, desde monomotores Spitfire hasta poderosos bombarderos cuatrimotores como los Lancaster, Liberator y los míticos B-17. En este periodo Margot adquirió una indesmentible experiencia como piloto, lo que le permitió de regreso a su país, trabajar y permanecer por siempre ligada a la aviación civil y comercial, y ser una mujer admirada y respetada por todos sus colegas aviadores.
El 9 de mayo de 1945 la guerra tocó a su fin, las tropas del III Reich capitularon y Margot comenzó el lento periplo de desmovilizarse. Primero la destinaron al norte de África y por un breve tiempo permaneció en Méknes, enclave en el Marruecos francés, al norponiente de ese continente; tiempo después realizó una extensa gira por América pilotando en demostraciones diversos aviones, de preferencia franceses, para ser vendidos a particulares, empresas o países.
De regreso en Chile
A diferencia de Mambrú, personaje de la pegajosa canción que fue a la guerra y nunca se supo si regresaría para Pascua o para la Trinidad, Margot fue a la guerra y se supo cuando regresó, a Dios gracias sana y salva.
Para principios de 1947 ya estaba de vuelta en Chile. Trabajó primero como piloto particular de la empresa Transoceánica y luego, por 1948, tripulando aviones de Lipa-Sur, se estableció por largo tiempo en Osorno, llevando y trayendo pasajeros (de preferencia turistas) por todo el sur de nuestro país.
Para 1940 la joven piloto fue un referente obligado para la mujer en Chile, de modo que otras jovencitas sureñas se atrevieron a tomar cursos de pilotos y cristalizar el sueño de volar. Fue así que en Osorno, al fundarse el Club Aéreo local en 1940, al paso de pocos años, contaban con cinco mujeres pilotos. Se tiene la certeza que la primera alumna del club fue Brenda Duncan, pero que por traslado a Santiago no alcanzó a graduarse acá en el sur.
Sí está registrado que la primera mujer que voló sola en el club fue Mila Diestre un 12 de diciembre de 1942; y para julio de 1947 se graduaron las pilotos Marta Hott Schwalm y Leonisa Rothgaenger, alumnas de Enrique Günther; después vino Gerda Martin, Betty Galle y Ruth Arend. Todas emularon a Margot Duhalde Sotomayor, que fue modelo e inspiradora de la mujer piloto en Chile.
Margot escogió tan solo dos palabras muy sugestivas para titular su interesante y entretenida autobiografía "Mujer Alada", lectura recomendada para aquellas personas que como ella entienden eso que la azarosa existencia, aunque tenga sus días aciagos, como lo expresó Emilie Bronté "la vida o es una gran aventura o es nada".
Una anécdota relevante en la vida de la laureada aviadora es aquella que para celebrar sus ochenta años de edad, lo hizo con un espectacular salto en paracaídas para admiración de todo un país.
La fotografía principal de esta semana nos ilustra la despedida que le brindó la comunidad francesa en Santiago, reunidos en el Stade Français, a descendientes de franceses que partieron voluntarios a pelear contra los alemanes junto a las fuerzas aliadas. Fue un día a principios del año 1944. No solo se despidió a Margot, también en esa ceremonia había otros individuos descendientes de franceses que partieron al teatro de las operaciones militares.
En la imagen pequeña se observa un detalle de la foto principal donde está Margot con uniforme de aviadora militar, una verdadera pionera en estas lides y de regreso de la guerra siempre reconocida como una auténtica heroína en ese conflicto.
La otra imagen nos muestra a una Margot adolescente, llena de sueños por volar cuando en el predio familiar en la comuna de Río Bueno veía pasar aviones sobre su cabeza. Y los sueños un día se transformaron en realidad.
La connotada y valiente riobuenina falleció el 5 de febrero de 2018, dejando tras de sí un ejemplo digno de imitar y de plasmar en el impreso conmemorativo 2023 de la Casa de Moneda.