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Las Cascadas, comuna de Puerto Octay.

"Yo sería alrededor de la cuarta generación de productores lecheros de mi familia. Esto se fue pasando en forma familiar, con mi abuelo, mi papá y yo. Siempre estuve relacionado al rubro, desde muy temprana edad estuve metido en los trabajos, con interés de aprender de mi abuelo y de mi papá que me dejaba hacer cosas, porque con eso uno se va metiendo en este mundo y le va gustando", comentó.

El joven productor estudió sus años de colegio en Osorno y todos los fines de semana viajaba al campo, equilibrando sus semanas entre el estudio y el trabajo en la lechería, mientras que las vacaciones las destinaba a las actividades agrícolas y también a jugar, como cualquier niño.

Así fue como siempre tuvo claro que su norte en la vida era la lechería familiar. Al salir del colegio se fue a estudiar a Temuco la carrera de ingeniería en producción ganadera en Inacap. Apenas se tituló, regresó al campo para trabajar con su familia.

"Trabajamos con mi papá en equipo, yo le ayudo a llevar todo lo que es la parte de alimentación de la sala, mi cargo es así como administrador general. Todo se conversa y estamos al tanto de cada cosa", admitió.

Pero frente a la vocación que siente por su trabajo en el campo, Carlos está consciente que la lechería es cíclica, con etapas más críticas, por lo que asegura que en esos momentos hay que ajustarse con los recursos que se tienen.

"Para poder salir adelante hay que estar manejando muy bien los costos, 100% basados en eso, en ser lo más eficientes en todas las áreas, no malgastar en algo si uno se lo puede ahorra de otra forma. Básicamente se trata de eso, llevar muy finos los costos de la producción para hacer todo lo más eficiente posible", aseguró.

Por ello, este joven agricultor señala que siempre ha sido ahorrativo, gracias a las enseñanzas de su padre, quien le ha aconsejado sacar las cuentas antes de hacer cualquier negocio, para así estar seguros y atreverse a realizar el siguiente paso, ya sea alguna inversión o cualquier otro desafío.

En cuanto a cómo ve a su generación, en relación al interés de trabajar en la producción lechera, Gebauer manifestó que mucha gente de su edad se está quedando en el campo, mientras que algunos buscan otros rumbos en las ciudades, ya que ser lechero es un estilo de vida bastante sacrificado, asegura.

"Esto no es como estar en una oficina que se cierra el viernes y la gente no va hasta el lunes. Acá el trabajo es de lunes a lunes, porque hay que estar por cualquier cosa que pase, pero el que quiere y está entusiasmado a llevar esta forma de vida en el campo, se puede; aunque puede costar un poco más, pero siempre hay oportunidades de trabajo en los campos. Habiendo entusiasmo y motivación, alguien de la ciudad se puede quedar en el campo definitivamente", sostuvo.

Por otra parte, toda la vida de este joven ingeniero en el campo le ha permitido ir viendo la evolución que ha habido en el rubro; durante su niñez todo era mucho más mecánico, pero han asumido grandes cambios gracias a la innovación tecnológica.

"Hoy en día hay mucha innovación y gracias a Dios acá estamos en lo alto de la tecnología. Siempre estamos renovando máquinas para ayudar a nuestros colaboradores y el trabajo se les haga más fácil y cómodo; de esta forma todo el sistema se vuelve mucho más eficiente", agregó.

Herencia de mujeres

Pese a que eligió una carrera que aparentemente no está tan relacionada al campo y, específicamente, a la actividad lechera, como es la Arquitectura, Andrea Gómez trabaja en la lechería familiar ubicada en el sector de Cocule, comuna de La unión, Región de Los Ríos.

La profesional señaló que es difícil encontrar productores jóvenes, pero por ello se debe entender la lógica de este negocio, que generalmente se trata de empresas familiares y en su caso se vio influida por su madre, quien se dedica por completo a esta actividad.

"La verdadera productora es mi mamá. Ella es la que lleva 40 años trabajando en eso y yo ahora, de cierta forma, veo que debo empezar a ayudarla y

"Esto no es como estar en una oficina que se cierra el viernes y la gente no va hasta el lunes. Acá el trabajo es de lunes a lunes"

Carlos Ignacio Gebauer, Productor lechero