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Tohá informa comunas que entrarán en Plan Calle sin Violencia y revela que Boric pidió incluir capitales regionales

SEGURIDAD. Interior llamó ayer en la tarde, uno a uno, a los alcaldes que serán parte de la iniciativa y que finalmente ampliaron el listado a más 30.
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Redacción

Luego de días de polémicas y desmentidos, el Gobierno finamente anunció las comunas que serán parte del Plan Calle sin Violencia, que busca intervenir mediante cuatro ejes los barrios del país donde ocurren los delitos más violentos, en medio de la crisis de seguridad que se vive.

Al cierre de esta edición, la ministra del Interior aún no comunicaba oficialmente un listado completo de comunas -se excusó diciendo que aún no había podido contactarse con todos los alcaldes-, pero sí había adelantado que finalmente la lista se "se ha ampliado. Serán más de 30 comunas y se incrementó porque el Presidente Gabriel Boric pidió que se incluyeran todas las capitales regionales, sin importar los criterios", sostuvo la jefa de gabinete.

Rodolfo Carter, alcalde de La Florida, fue uno de los primeros en informar sobre la incorporación de su comuna al plan: "Hace pocos minutos he recibido el llamado del subsecretario de Desarrollo Regional, Nicolás Cataldo, para comunicarnos que La Florida finalmente fue ingresada al listado de comunas prioritarias en materia de seguridad. Una decisión que esperábamos con ansias, ojalá hubiera sido desde el principio, pero ya está, la tenemos", sostuvo a través de un video en redes sociales.

"Lo relevante es que en este tema, junto al Gobierno, tenemos que hacer un frente común ante la delincuencia y el narcotráfico", agregó Carter.

Lo propio hizo el jefe comunal de Valparaíso, Jorge Sharp. Aparte de las comunas ya citadas, al cierre de esta edición se habían confirmando para el Plan las comunas de Alto Hospicio, Arica, Iquique, Antofagasta, Calama Copiapó, Coquimbo, Viña del Mar, Rancagua, Los Ángeles, Concepción, Coronel, Temuco, Valdivia y Punta Arenas.

"Nos comprometimos"

Las declaraciones de la ministra se dieron luego de participar en una reunión en la que se ratificó el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el Congreso Nacional para agilizar la tramitación de 31 proyectos de ley en materia de seguridad, y que fue anunciado por el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI) el jueves.

La lista considera iniciativas que ya están siendo tramitadas y otras que se ingresarán en los próximos días, con el objetivo de que sean despachadas dentro de 75 días, 150 días o antes de fin de año, considerando el estado de tramitación de cada una y su complejidad.

"También es un acuerdo entre representantes del oficialismo y la oposición (...) Lo que hay aquí es un esfuerzo extraordinario: 31 proyectos propuestos por distintos sectores a los cuales nos hemos comprometido a tramitarlos con urgencia y tiempos breves", dijo la ministra Tohá.

La Polar admite venta de productos falsificados y dice que fue víctima de "fraude o engaño"

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La empresa La Polar reconoció anoche que comercializó productos falsificados en sus tiendas y, a través de un comunicado, anunció acciones judiciales contra sus proveedores, pues asegura que fue víctima de fraude

La Polar no pudo acreditar "la originalidad de la documentación respecto de ciertos productos Under Armour, Adidas y Wrangler", indicó sobre las acusaciones que se conocieron desde finales del año pasado, luego de que Carabineros allanara ocho de sus bodegas.

Chile y pakistán

"Podemos informar que, luego de una exhaustiva investigación tanto en Chile como en Pakistán, y pese a contar con un robusto protocolo interno, se constató que en algunos casos puntuales la Sociedad fue víctima de fraude o engaño por los proveedores o vendedores de las mismas, debido a que la documentación de trazabilidad proporcionada por ellos respecto de dichos productos era falsa, en alguna de sus etapas", señala la empresa.

"Las referidas denuncias involucraron tres contenedores, dos de los cuales fueron retenidos por el Servicio Nacional de Aduanas. Dichos contenedores representan el 0,16% del total de productos que la Sociedad vende anualmente", explicó.

Las constituciones importan

Joaquín García-Huidobro
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Hace un año casi no había otro tema que la futura constitución. Hoy parece que a nadie le importa demasiado. ¿Qué ha ocurrido? Varias cosas.

La primera es que hoy experimentamos la reacción natural ante la borrachera constitucional que afectó al país. Parecía que ese papel escrito iba a tener propiedades mágicas: mejoraría nuestras pensiones, arreglaría nuestra pésima educación y la crisis hídrica. Todo esto era bastante ridículo. Recuerdo a una convencional que, emocionada, decía: "yo espero que la constitución ponga en un lugar muy importante a los sentimientos, que son un elemento básico en la vida". También nuestras orejas son muy importantes, pero eso no significa que vayamos a dedicarles un par de artículos en la carta fundamental.

Una segunda causa del desinterés es bastante humana. Imagínate que te invitan a la final de un mundial de fútbol, pero justo ese día estás con un feroz dolor de muelas. No podrás gozar de nada. Eso es precisamente lo que le sucede a Chile: entre el narcotráfico, el terrorismo y la delincuencia común nos han puesto en una situación en la que resulta casi imposible pensar en cualquier otra cosa. A eso agrégale la situación económica, la inmigración descontrolada y el drama de la educación ¿Te sorprende que el tema constitucional haya quedado relegado a un lugar muy secundario?

No podemos extrañarnos entonces de que, pasado el éxtasis del momento, hoy no le pidamos mucho al proceso constitucional. Este escepticismo me parece sano, siempre que no nos pasemos al otro extremo y pensemos que las constituciones carecen de toda relevancia.

Las constituciones importan. De partida, una mala constitución puede amargarte la vida, basta pensar en Venezuela, donde ella es un instrumento más para oprimir a las mayorías. Aunque las buenas constituciones siempre son modestas, ellas establecen ciertas reglas del juego que dificultan que alguien haga trampas.

¿Qué debe contener una constitución? Tú mismo llegarás a la respuesta. Imagínate que en unos años más estás en la oposición, cosa muy normal, pero que en el gobierno hay alguien que tiene una honda vocación de tirano y que te odia de todo corazón. En ese momento te importará la constitución. ¿Qué le pedirías? Cosas tan básicas como que garantice la independencia del poder judicial. Cuando un gobierno controla a los jueces estás perdido. Otro tanto hay que decir de las policías y de las Fuerzas Armadas. Ellas deben estar subordinadas al poder civil, pero no pueden transformarse en un instrumento para impedir el legítimo disenso político. En Venezuela, Maduro controla a su gusto a los militares y los policías. Sin ellos no podría haber establecido lo que algunos llaman un "narcoestado".

También la prensa libre es básica. Los regímenes totalitarios siempre buscan amordazarla. Excusas no les faltan. En ese sentido es muy reveladora la rección de los octubristas ante los resultados del plebiscito del 4 de septiembre. La única explicación posible para esa derrota es que la gente había sido engañada por los medios de comunicación, en especial los diarios. De otra forma no se podría entender, por ejemplo, que precisamente en la Araucanía se haya rechazado un proyecto de constitución indigenista. Por tanto, hay que controlarlos.

Asimismo, debemos pedir que se garantice la autonomía del Banco Central. Cuando yo era chico, los gobiernos determinaban cuánto dinero se emitía. Si hay más dinero y los bienes son los mismos la consecuencia es obvia, y se llama inflación. Es una plaga terrible, que golpea especialmente a los más pobres, que no pueden protegerse comprando propiedades, oro o alguna moneda extranjera. Por eso resulta imprescindible evitar que los políticos tengan el control del dinero que se emite.

Finalmente, es clave asegurar el protagonismo de la sociedad civil y no permitir que sea ahogada por el Estado, como si sólo él -que ni siquiera nos garantiza hoy la seguridad- pudiera encargarse de las iniciativas que promueven el bien común, tanto en el campo de la salud, la educación, el combate a la pobreza o la atención de menores vulnerables.

Podríamos seguir, pero la conclusión es clara: las constituciones importan.