Sergio Silva Vásquez

"Salió donde un amigo a unos 5 kilómetros de la casa y no regresó. En la mañana vino carabineros a buscarme por una denuncia por presunta desgracia. Más tarde tuve que ir a reconocer su cuerpo en la ribera del río donde estaba fallecido". El relato corresponde a Marcelino Vargas, padre del joven Marcelo Vargas Obando de 23 años, quien murió ahogado la madrugada de ayer.

La víctima, que se desempeñaba como obrero agrícola y le gustaba manejar tractores, llegó junto a un amigo hasta el río Pilmaiquén, frente a la desembocadura del lago Puyehue.

Ahí habrían estado bebiendo, cuando por razones que se investigan, hizo andar su vehículo y de imprevisto ingresó de manera violenta al torrente, ante la mirada atónita del acompañante.

Fue precisamente este joven, quien al no ver que salía el chofer, llamó a Carabineros que llegaron al lugar y pidieron apoyo a bomberos para rastrear el sector durante la madrugada.

En pozones

Pasadas las 3 de la madrugada el trabajador agrícola Marcelino Vargas, con residencia en Desagüe Rupanco, sector Campo Lindo Puyehue, se despertó con una corazonada extraña. A esa misma hora, pero en el río Pilmaiquén, buzos de bomberos de Entre Lagos realizaban de manera superficial la búsqueda del cuerpo y automóvil sumergido.

"Se nos alertó que un vehículo estaba en la desembocadura del lago con el río Pilmaiquén, en el sector la barrera. Se hizo un rastreo superficial y se esperó que aclarara para hacer una búsqueda por buceo. El cuerpo estaba en el fondo en medio de una reveza que se forma a unos 10 metros de la orilla, en dirección a las compuertas de la represa y a una profundidad de cinco metros", comentó el comandante de Bomberos, Víctor Guzmán.

Debido a la fuerza de la corriente, uno de los buzos bomberiles debió extremar sus medidas de seguridad y después de su hallazgo demoró unos 10 minutos en rescatar el cuerpo desde el fondo del río para llevarlo a la orilla, labor que se concretó pasadas las 7.20 de la mañana de ayer.

Personal de la Tenencia de Entre Lagos, que se mantuvieron en el lugar, tras confirmar el hallazgo del cuerpo entregaron los antecedentes al fiscal de turno, José Vivallo.

"Se instruyó la concurrencia de la Brigada de Homicidios para determinar las causas de muerte y descartar la participación de terceras personas, así como también se pidió la asistencia del Servicio Médico Legal", manifestó el abogado.

De acuerdo a la versión del amigo que andaba con Marcelo Vargas, minutos antes estaba como copiloto consumiendo alcohol con la víctima. Al momento de bajarse a fumar, el conductor se dirigió hacia el cauce, por causas que se encuentran bajo investigación.

Hasta el sector llegaron detectives de la Brigada de Homicidios de la PDI para realizar los peritajes correspondientes.

"En este lugar se ha establecido la muerte de un hombre, de 23 años, que se encuentra plenamente identificado. Este sujeto no presenta lesiones atribuibles a terceros. No obstante vamos a estar atentos a la causa precisa de muerte, la cual será entregada por el Servicio Médico Legal", manifestó el jefe de la BH, Jaime Quiroz.

Asfixia

Pasadas las 16.30 horas de ayer, el padre del joven trabajador retiró su cuerpo desde el Servicio Médico Legal, donde le informaron que su deceso se debió a una asfixia por sumersión.

"Mi hijo falleció en este lamentable accidente, ya no lo volveré a ver más, era mi compañero y mi amigo. Tenía planes de juntar dinero para comprarse un terreno y un automóvil para trabajarlo como Uber. La PDI me dijo que a lo mejor se equivocó de pedal y como estaba con alcohol no pudo controlar su automóvil", sostuvo su padre quien vela los restos de su hijo en su casa.

"Se instruyó la concurrencia de la Brigada de Homicidios para determinar las causas de muerte y descartar la participación de terceras personas"

José Vivallo, Fiscal de Osorno

3 de la madrugada se alertó a los equipos de emergencia de este accidente en el río Pilmaiquén.

10.30 horas se logró sacar

El local gastronómico "Madame Luna", ubicado en el kilómetro 2 del camino a La Misión, resultó afectado por un nuevo robo en horas de la madrugada del lunes.

Se trata de un emprendimiento de dos buses Mercedes Benz, del año '94, que fueron reacondicionados con mesas para atender clientes y comercializar una variedad de comida casera. Desde 2017, cuando empezaron a funcionar, delincuentes han sustraído especies en reiteradas oportunidades.

"Este ya es el sexto robo, todos los años me entran a robar. Generalmente lo hacen en estas fechas, como vísperas de Navidad, Año Nuevo o Fiestas Patrias", explicó su dueña, Verónica Luna.

Hechos

Alrededor de las 2:45 horas del lunes, un solitario delincuente ingresó al área de los refrigeradores y sacó mercadería. Estuvo alrededor de 45 minutos en el local, posteriormente huyó con los productos y un balón de gas.

En la mañana, una trabajadora le avisó a Luna que no había nada para cocinar. En la revisión de las cámaras de seguridad, se dieron cuenta de lo sucedido. "Lo que a mí me complica de todos estos robos, es que jamás he sabido nada en todos los años. Yo trabajo sola, soy independiente. Tengo un cáncer, yo perdí mi mama completa en el año 2019, entonces me resulta más difícil que al resto. No me he sentido apoyada", explicó.

La dueña hizo la denuncia por un avalúo de $1 millón aproximadamente. Sin embargo, se siente pesimista, ya que en ocasiones anteriores no ha recibido respuestas ni por parte de Carabineros ni de la Policía de Investigaciones.