Un paso histórico fue el dado por los partidos y movimientos políticos este lunes, al lograr un acuerdo para dar continuidad y finalizar el proceso constitucional abierto desde noviembre de 2019 en nuestro país. Tras el Rechazo masivo a la primera propuesta de texto generada, ahora se presenta una nueva oportunidad para redactar una Carta Magna, tal como fue la promesa transversal de los diferentes sectores en el contexto del plebiscito del 4 de septiembre.

El Acuerdo por Chile trazó una ruta y su primera estación es la generación de un grupo de 24 expertos que debe comenzar a trabajar en enero y generar una propuesta inicial de texto, que luego estudiarán los 50 consejeros constitucionales electos por la ciudadanía a través de un sistema similar al del actual Senado.

Cómo se designará a los "expertos" es materia de una primera discusión. Son doce propuestos por la Cámara y doce por el Senado, deberán prestar un "servicio al país" y probablemente recibirán remuneraciones, aunque eso no se ha zanjado. Pero sí se sabe que en su elección deberá considerarse equilibrios territoriales y de género. ¿Cómo podrán verse representadas las regiones en ese grupo? Claramente a las universidades de la zona sur -como lo han señalado diversos académicos- debieran poder aportar a este diálogo clave para el futuro nacional, que se construirá sobre bases mínimas ya acordadas, como: Chile es una República democrática, cuya soberanía reside en el pueblo; El Estado de Chile es unitario y descentralizado; Chile es un Estado social y Democrático de Derecho; Chile tiene tres poderes separados e independientes entre sí Ejecutivo, Judicial y legislativo bicameral, entre otros.

Claramente son discusiones que deben tenerse ahora y rápidamente, para que el proceso completo se materialice en un lapso máximo de un año. Lo importante -han coincidido los parlamentarios regionales- es que existan voluntades que allanen los acuerdos y que la comunidad pueda apreciar un trabajo serio pensado con mirada de largo plazo, sin agendas particulares, sino pensadas en bien común.

Este año terminará con cerca de un 2% de disminución en la producción lechera, debido al aumento en los costos por la guerra en Ucrania, problemas de logística post pandemia, además de las circunstancias propias del país.

Proyectando el escenario, los costos de producción seguirán altos durante el próximo año, ya que el precio de los insumos se ha estabilizado, y no se esperan grandes bajas. A su vez, continuarán las profundas incertidumbres, debido al comportamiento del dólar, la inflación y su impacto en el costo de producción; sumado a movimientos en el mercado industrial de la leche, y a un nuevo proceso constituyente.

Esto nos presenta dos caminos para el año 2023: en el primero, la industria lechera reacciona, subiendo el valor pagado al productor, comprendiendo que el aumento presentado durante el 2022 no es suficiente para cubrir los costos. Esto permitirá que busquemos mantener y aumentar el consumo de lácteos a nivel país. Se implementarán campañas de Promolac, de Fedeleche y desde las Aproleche, a través de su marca Chilemilk, destinadas principalmente al segmento etario que va desde los 30 a 50 años, impulsando con ello el consumo, promoviendo los beneficios de los lácteos en las personas, sobre todo en este grupo de la población.

También dispondremos de nuestro producto Premium en supermercados, a través de nuestra marca sectorial, la cual guardará relación con "Chilemilk Exportaciones", lo que posicionará nuestra marca a nivel internacional, relevando de esta forma el potencial lechero de nuestro país.

El segundo y oscuro camino…simplemente no lo hemos querido describir, porque somos y seremos positivos. Confiamos en que la industria lechera se ha convertido en un sector empresarial, que comprende claramente todo el potencial de la leche nacional, tanto para el consumo interno como externo, valorando la relevancia de la asociatividad entre los productores, y entiende lo clave de asegurar la sostenibilidad del negocio lechero. Pero sobre todo, que es una industria la cual trata a sus productores como reales "socios" del negocio. Y a los socios, no se les abandona en los momentos complejos.

¡Vamos por un gran 2023, para toda la cadena láctea!

Marcos Winkler, presidente Aproleche Osorno y Fedeleche