Dos nuevos sublinajes de la variante ómicron del covid-19 generan inquietud en el país. No sólo sus nombres inquietan ("pesadilla" y "perro del infierno"), sino también la posibilidad de que generen un alza de contagios de cara al verano y las vacaciones, donde se tiende a relajar las medidas de autocuidado, además de que aumentan las reuniones sociales y la movilidad de las personas.

Según el Informe de Variantes del Ministerio de Salud, ambas mutaciones ya circulan por el país. Se trata de la XBB ("pesadilla") y BQ.1 y BQ1.1 ("perro del infierno") y, según los especialistas, se puede determinar hasta ahora que ambos sublinajes son más transmisibles, pero no más mortales. El doctor en Microbiología e investigador del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor, Sebastián Reyes, advierte que efectivamente "es muy posible que exista un aumento de casos, pero no se debería traducir en cuadros más graves o en mayor uso de camas UCI", aunque advierte que las personas con algún compromiso inmune o las de mayor edad deben tener especial cuidado, en tanto pueden manifestar un cuadro más complejo de la enfermedad.

Por ello, si bien el país se encuentra en etapas avanzadas en el control de la pandemia, se hace necesario prevenir posibles contagios de la enfermedad. Y en ese sentido, los especialistas aseguran que la vacunación es clave, ya que los beneficios de la inoculación no sólo son individuales, sino también colectivos, ya que cuando un alto porcentaje de la población cuenta con esta protección sanitaria, se reducen las posibilidades de que aparezcan nuevas variantes.

A esto hay que agregar la mascarilla. Aunque su uso no es obligatorio, a juicio de los especialistas se recomienda utilizarla en ciertas situaciones de riesgo, como aquellas en lugares donde hay muchas personas y cuentan con poca ventilación, ya que esta protección es altamente eficaz para reducir los contagios. En los peores tiempos de la pandemia, fue sin duda un elemento clave.

Hay tomaduras de pelo que son simpáticas u originales pero debo confesar que no sé dónde calificar la invitación que el Gobierno de Colombia le está haciendo a Chile para que envíe una comisión que se sume a ese gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y con ese aporte contribuir a obtener la anhelada paz en esta nación.

Es cierto que nuestro país es el autor más masivo respecto a la creación de comisiones en nuestra América Latina. Pienso que lo positivo que podría ofrecer a esa instancia es reconocer que estas comisiones en nuestro caso particular, no han servido para mucho.

Dentro de esta creatividad nacional, hace pocos años se agregaron a las tristemente ineficaces comisiones los delegados presidenciales, llegándose al extremo que al día de hoy estas son autoridades nombradas en todo el país, pero sería bueno saber cuál ha sido su productividad en el año que va a cumplir el actual gobierno.

Dentro de la desorientación que surge de la Región se presionó para traer al actual mandatario, para que visitara el Wallmapu, como nos motejan ahora. La verdad es que la concurrencia de nuestra autoridad fue para demostrar tal vez que no habían miedos ni temores por la concurrencia, y en un programa de rápida iniciativa se dio el tiempo de visitar tres comunidades: dos de ellas son las menos afectadas como Angol y Villarrica y por razones que humildemente desconozco no se consideró necesario conocer la realidad de Ercilla o Collipulli, la provincia de Arauco, Victoria, Lumaco, Lautaro. Solamente por nombrar algunas .

En la suma y resta, y lo digo con mucho respeto, de tan alta visita se terminó anunciando la formación de una gran comisión que se preocupará después de 32 años de cimentar la paz y el desarrollo de la atribulada Araucanía, pero nada se sabe de su composición y quiénes la integrarán.

A título personal me extraña un silencio masivo en la Región como un todo, podría ser por pérdidas de esperanzas y una sumisión a estar enfrentando semana a semana hechos que a lo mejor no solamente aportarán más inversiones locales o foráneas, o simplemente, buscar el resto del país donde no se viven conflictos como el que nosotros enfrentamos a diario.

Después de la visita presidencial han aumentado los conflictos armados en La Araucanía. Se sostiene que son ataques que solo dañan a las forestales, pero la mayoría de los casos son pequeñas empresas prestadoras de servicios que ni siquiera cuentan con seguros que dichas empresas se niegan a aceptar y desarrollar.

Finalmente, tengo el temor que ciertos sectores del país político vayan a caer en el ridículo y mandar representantes a entregar luces que no han sido capaces de proporcionar a su propia patria.

En Chile deben existir cerca de dos millones de integrantes de pueblos originarios.

De esa estadística una inmensa mayoría guarda un extraño silencio, lo que es lamentable, por cuanto una posición sobre este conflicto en un afán patriótico, podría contribuir de verdad a su solución.

Roberto Muñoz Barra,

exsenador, presidente Instituto Estudios Públicos Social Demócrata