Hemos hecho grandes esfuerzos por mejorar toda la dinámica de la inversión pública en la región. Decidir junto a los alcaldes y alcaldesas lo que es mejor para sus comunidades, escuchar a los vecinos y levantar eso como una demanda al nivel nacional, se ha convertido en nuestro pulso diario. Estamos avanzando en todas las materias posibles, a pesar de que el viento nos pega fuerte en el rostro a través de la crisis económica instalada en el país.

En la vorágine en la que este proceso está inmerso, poco a poco se ha ido levantando una fuerte sensación de inseguridad en el país y nuestra región no está ajena a eso. Vemos con preocupación cómo se destacan delitos de alta connotación social y nos impactamos con sucesos que antes no veíamos en nuestro país. El detectar los orígenes de eso, es tarea de otros, pero ser aporte para prevenir y detener su avance, es tarea de todos.

Los gobernadores no somos responsables de garantizar la seguridad pública, pero fuimos los primeros en señalar e impulsar un Acuerdo Nacional por la Seguridad Pública que ahora la ministra Tohá busca articular con participación de los Gobiernos Regionales y las Municipalidades.

Los gobernadores ya hemos toma acción y estamos trabajando para encausar más recursos tendientes a prevenir y ser aliados con el ministerio del Interior, apoyando estratégicamente el combate a la delincuencia. Nosotros ya hemos acordado con la Delegación Presidencial Regional, articular una estrategia de trabajo común, para ser, una vez más, ejemplo para el resto del país y seguir marcando el rumbo.

De estas gestiones conjuntas, nacerá un gran acuerdo por la seguridad pública, donde se asume con la urgencia y prioridad que debe tener este tema, donde todos los actores políticos y sociales debemos involucrarnos desde nuestros respectivos roles. Esto no puede ser un slogan de campaña ni tribuna para dar entrevistas sin decir nada importante, esta es la oportunidad de aportar a una estrategia que nos lleve, en el menor tiempo posible a recuperar los espacios que se ha tomado la delincuencia.

Encausar líneas de inversión del FNDR y apoyar instancias preventivas con la comunidad, serán sólo algunas de las instancias en que estaremos presentes, pues así también creamos y cuidamos la región.

Patricio Vallespín, gobernador regional

Los estudios dan cuenta del deterioro que ha sufrido la Tierra. El aumento de gases de efecto invernadero y de las temperaturas son una bomba de tiempo que amenaza con el derretimiento de los casquetes polares y con ello, un enorme riesgo sobre países y zonas costeras densamente pobladas.

Este 6 de noviembre tendrá lugar en Egipto la COP27, conferencia sobre el cambio climático y la importancia de enfrentar sus consecuencias. Chile liderará uno de los paneles de conversación sobre pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático en el mundo.

Informes de diversos organismos han insistido en los efectos, como aumentos de temperatura inusuales y tormentas en zonas donde usualmente no las había. Una proyección realizada en Estados Unidos estima que el nivel del mar habrá crecido dos metros para el año 2100. Las nuevas estimaciones se basan en una mejor comprensión de cómo se ha comportado en el pasado la capa de hielo de la Antártida y en un análisis de cómo se verá afectada por el cambio climático en el futuro.

No es la primera vez que se alerta que el aumento de las temperaturas está teniendo efectos desastrosos en las zonas con hielo, tanto en los polos, como en lugares altos del planeta. El cambio climático también se ha hecho sentir con notoriedad en Chile. El Informe Anual 2020 de Medio Ambiente publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), dio cuenta de que el número total de olas de calor en el país aumentó fuertemente en las temporadas de noviembre a marzo de los años 2010-2011 y 2019-2020, al pasar de 9 a 62. A su vez, las lluvias disminuyeron, coincidiendo con los episodios de sequía que vive Chile desde hace doce años. La falta de agua es un factor que afecta a miles de agricultores, quienes deben enfrentar períodos marcados por déficit de lluvias y calor excesivo.

En nuestro país se han dado pasos importantes con el fin de mitigar los daños, como la ley que eliminó la entrega de bolsas plásticas en las tiendas y supermercados, ya que muchas de ellas terminaban en los ríos o en el mar.