La capacidad de resiliencia frente a un contexto en constante cambio, ha sido la temática elegida como eje para la celebración del Día Mundial de las Personas Mayores. La fecha oficial convocada por las Naciones Unidas fue el 1 de octubre, pero en Chile se conmemora todo el mes y la idea es realizar actividades en torno a esa idea, relevando la capacidad de volver a ponerse de pie, sobre todo durante y después de la pandemia; ejemplo del cual toda la comunidad puede aprender.

Usar nuevas tecnologías para comunicarse, profundizar la autonomía ante las restricciones de movilidad y regresar a la presencialidad con cuidado, pero constancia y fortaleza, son algunas de las lecciones más evidentes que han dado los mayores a nivel mundial.

En este contexto es que resulta una buena noticia la iniciativa aprobada en el Senado, por unanimidad, de solicitar al Ejecutivo que se cree una Subsecretaría de las Personas Mayores, elevando en rango administrativo al actual Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) para contar con una "institucionalidad especializada y robustecida" para la implementación de políticas públicas que garanticen la inclusión, el respeto, la alfabetización digital, la protección y el apoyo en esta importante etapa de la vida de las personas.

La propuesta fue elevada el 25 de septiembre pasado y, junto con ella, también se avanzó en la iniciativa de los senadores De Urresti, Sepúlveda y Sandoval, aprobada el viernes por la Comisión de Constitución del Senado, que declara inembargables los bienes de los mayores, como una manera de resguardar en particular sus viviendas.

Muy oportunas son ambas ideas; sobre todo considerando que se cumplen exactamente 20 años desde los primeros pasos ministeriales dados en esta dirección a través de la creación del Senama (27 de septiembre de 2002), que primero trabajó con un enfoque de asistencia y ahora con uno hacia garantizar ejercicio de derechos comprometidos por Chile a nivel internacional, como la eliminación de todas las formas de maltrato.

Pasadas las Fiestas Patrias, recibimos la primavera con optimismo, luego del resultado del plebiscito por una nueva Constitución que no fue favorable y nos instó a una profunda reflexión.

Somos conscientes que la ruta trazada en 2019 se mantiene y las fuerzas políticas son las llamadas a generar acuerdos para establecer un nuevo mecanismo que considere la participación ciudadana y de expertos, resguardando avances en los que no deben haber retrocesos, como: la definición de un Estado subsidiario, la incorporación de la paridad, la garantía de los derechos fundamentales, el reconocimiento de la interculturalidad y el resguardo del medio ambiente.

Los rectores de universidades estatales hacemos un llamado a colaborar en la comprensión del fenómeno electoral suscitado y nuestro compromiso es seguir apoyando con nuestras capacidades el proceso para contar con un nuevo texto constitucional que permita mirar al futuro con esperanza, sin renunciar a la demanda del reconocimiento y resguardo efectivo del derecho a una educación pública, gratuita y de calidad, como condición básica para el acceso y ejercicio de los demás derechos fundamentales de las personas.

Somos conscientes de nuestro carácter público y de la necesidad de entregar certezas a la ciudadanía en tiempos de gran incertidumbre que afectan de manera transversal a la población en materia económica y social.

Recientemente el Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas reveló que nuestro país ha mejorado su posición, liderando en América Latina y el Caribe, pero al aplicar el factor de desigualdad, el indicador baja más de 15%, señalándolo como un desafío persistente para el país en las últimas décadas y que se ve agravada cuando las condiciones a nivel mundial están empeorando por las dificultades financieras, la crisis climática y las consecuencias de la pandemia.

El informe señala además, que la incertidumbre, la inseguridad y la sensación que las normas e instituciones que nos daban estabilidad y prosperidad, no han podido resolver la inseguridad actual, observándose un contexto poco alentador.

Somos optimistas y no todo es negativo, es por ello que la incertidumbre actual debe permitirnos aprovechar nuevas oportunidades, adaptar nuestras conductas y las instituciones a nuevos desafíos que exigen los nuevos contextos locales y mundiales.

Óscar Garrido, rector Universidad de Los Lagos