Violencia y universidad
En la semana conocimos algunas explicaciones sobre la abrumadora derrota del Apruebo. Estas orbitan alrededor de tres supuestos: la manipulación mediática, la desinformación del chileno medio y el abandono (del gobierno) de la promesa refundacional.
En cuanto al tema mapuche, las explicaciones lidian con el desconcierto. Elisa Loncón habló de la renuncia de su pueblo al reconocimiento constitucional. Por su parte, voceros como Fernando Pairicán, consideraron el efecto pernicioso que jugó la "oleada de acciones de violencia" ejercidas por grupos como la CAM. Aunque se omite que es una violencia avalada por ellos mismos desde el púlpito académico. El "proyecto" derrotado de Loncón es un proyecto ideológico desplegado hace décadas en nuestras universidades. Ahí se ha forjado una bóveda de pirotecnia conceptual que la propia democracia se encargó de notificar su gigantesca disonancia con el pueblo que dicen representar.
Marcelo González
Una vida dedicada al trono
A principios de junio de este año, el Reino Unido celebraba el septuagésimo aniversario del ascenso de la Reina Isabel II al trono británico. Los festejos conmemorativos se prolongaron durante cuatro días, y cómo no, si por primera vez en su historia la corona británica era testigo del llamado "Jubileo de Platino" (ya en 2015 Isabel II se convirtió en la monarca británica con más años en el cargo, rompiendo el récord de la reina Victoria, quien ocupó el trono durante 63 años y siete meses).
Primogénita del rey Jorge VI, lo sucedió en el trono cuando falleció en febrero de 1952, cinco años después de haberse casado con Felipe de Grecia, luego duque de Edimburgo por su matrimonio, con el que tuvo cuatro hijos. Le tocó asumir la conducción de la monarquía en un momento complejo de la historia británica, ya que por entonces Gran Bretaña hubo de hacer frente a los problemas económicos y sicológicos derivados de la pérdida de su condición de superpotencia. En adelante, el destino del Reino Unido discurrió en una doble dirección, debatiéndose, en el orden interno, entre un estado social o un liberalismo a ultranza, mientras que, a nivel de política exterior, entre aislamiento y compromiso con el orden internacional. En ese sentido, cabe destacar que Isabel II mantuvo la tradicional neutralidad de la Corona británica en los asuntos políticos gestionados en las alternancias de los partidos Conservador y Laborista, pero también hubo excepciones, como en el período de gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990), donde mostró su sensibilidad e inquietud por la quiebra social que provocó en la población británica la política económica de la primera ministra.
Hoy, a diferencia de lo ocurrido hace unos meses atrás, el Reino Unido está de luto porque debe despedir a su Reina, pero puede hacerlo con la tranquila convicción de que, gracias a su sentido de la responsabilidad y compromiso para con su pueblo, el sentimiento monárquico logrará seguir vigente en un mundo atravesado por el constante e inevitable cambio.
Leonardo Carrera Airola, académico de la Licenciatura en Historia de la Universidad Andrés Bello
El show debe continuar
Tras el holgado triunfo del Rechazo este domingo 4 de septiembre, inesperado incluso para los partidarios de esa opción, queda la pregunta ¿por qué no anticipamos este escenario?
Claramente, ni las encuestas ni el más optimista de los partidarios del Rechazo, ni el más pesimista de los del Apruebo auguraron este resultado. ¿Por qué nos sorprendió tanto? ¿Qué hubiese pasado si el resultado hubiese sido, al contrario, con un Apruebo sobre el 60%?
Y es que este resultado amplio que se impuso transversalmente en todo el país (excepto en 8 comunas), era un escenario posible, pero inesperado. Votaron 13 millones de los 15 millones que podían hacerlo, algo que tampoco supieron "presagiar" las encuestas. Y todo esto es porque en nuestra forma de pensar y buscar certezas, nos refugiamos muchas veces en lo más probable y, posiblemente, en lo que nos da mayor seguridad. Estamos en un mundo donde creemos que "mi verdad" es "la verdad", la cual es reforzada por mi entorno, especialmente por las redes sociales. Asociamos a que la mayoría piensa similar a mí porque es lo que veo, sin apreciar las distintas percepciones del resto.
La bolsa de Santiago y el dólar reaccionaron rápidamente luego de este resultado, anhelado por el mercado e inversionistas, pero ¿cuánto duró ese optimismo económico? Es ahí donde nuestras organizaciones deben ser cautas y adaptarse a las nuevas realidades, pues aún faltan acuerdos por resolver ante este nuevo panorama político. Visualizar los distintos escenarios más allá de lo que espero o deseo, y nos ayudará a estar mejor preparados para el futuro incierto.
Nos falta ver nuestra capacidad de autocrítica. La exigimos en los otros, porque nos resulta más obvio ver los errores en los demás, pero no somos capaces de reconocer los propios. Por eso es tan difícil asimilar qué fue lo que sucedió, si a mi alrededor no había síntomas de lo contrario.
Reforzando lo anterior, seguramente los partidarios del Apruebo vieron con esperanza una posible victoria, a través de la multitudinaria convocatoria de su cierre de campaña y hoy la derrota es más fácil atribuirla a factores externos a ellos. Los partidarios del Rechazo, por su parte, celebran el triunfo, pero vale la pena preguntarse ¿qué les hubiese pasado si el resultado hubiese sido exactamente el contrario?.
Este resultado debe hacernos reflexionar sobre el cómo y cuánto estamos conectados con la realidad, si estamos abiertos a escuchar y a reconocer que nuestras creencias no son verdades absolutas. Como la reconocida metodología de los Escenarios Futuros de Shell "What if"? (Y si?), poniéndonos en distintas situaciones aunque sean improbables. Esto nos permitirá estar mejor preparados para visualizar con claridad distintos escenarios posibles, aunque no sean los que esperamos o deseamos.
Finalmente, nuestras vidas, nuestros proyectos y nuestras organizaciones seguirán existiendo y y lo que sí podemos hacer es estar atentos a los distintos escenarios posibles y estar abiertos a hacernos cargo de las amenazas y, sobre todo, a aprovechar las oportunidades que siempre traen los cambios.
Alejandro Inzunza
Políticos y plebiscito
Muchos políticos después del plebiscito se visten de generales después de la guerra y se "arriesgan" a cruzar el Rubicón. Pero llegaron tarde, estimados, el cruce era antes. Ya no quedan coronas de laureles.
Karl Wammes Soto