Imprecisiones en la Cámara
A través de este espacio queremos aclarar los recientes dichos del diputado Alejandro Bernales ante el pleno de la Cámara, respecto de las negociaciones colectivas y la situación financiera de la UACh.
Hans Richter Becerra, rector de la Universidad Austral de Chile (Uach)
Votar en conciencia
En los últimos días hemos conocido sobre una polémica derivada de las posturas que han tomado distintas congregaciones o agrupaciones religiosas en torno al próximo plebiscito constitucional.
Por cierto, para cualquier ciudadano, incluidos quienes profesamos la fe católica, la decisión de voto requiere de un análisis profundo de las diferentes propuestas incluidas en el texto. Tal como dijeron los obispos de Chile, "es necesario un discernimiento informado y un voto en conciencia, poniendo siempre por delante el bien común del país".
Para ese discernimiento, tanto en el próximo referéndum como en las discusiones posteriores, las enseñanzas del pensamiento social cristiano con respecto a los distintos elementos de la persona, la sociedad y el Estado, son una iluminadora guía. Ella nos ofrece los principios, criterios de juicio y directrices de acción propicios para la acción social, económica y política.
Recientemente publicamos 11 documentos en conjunto con el magíster en Doctrina Social de la Iglesia (DSI), que estudian en profundidad las aristas fundamentales de la propuesta de nueva Constitución Política a la luz de la DSI, precisamente con el objetivo de contribuir al proceso de decisión de cada ciudadano.
Es importante como cristianos votar informados el próximo 4 de septiembre y contribuir a que se entregue al país una Constitución que promueva la construcción de una sociedad más solidaria, humana y fraterna. En definitiva, un país más cristiano. "Acercar el 'orden' social actual a la concepción cristiana del orden social" fueron las sabias palabras de San Alberto Hurtado, que hoy cobran más vigencia que nunca.
Francisco Jiménez Ureta, presidente de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos
Difícil camino del emprendedor
Cuando uno escucha: "no quiero ser un empleado toda mi vida", una idea que nos ha vendido la sociedad moderna para impulsarte a emprender, pero sin contarte sus costos, tienes que saber que si comienzas un proyecto de este tipo, partes con desventaja y una posibilidad de fracaso extremadamente grande.
Solo entre 3% y 5% de los emprendimientos en América Latina logra sobrevivir luego de 3 años. No solo está este inconveniente, también hay que desenvolver en un escenario muy hostil, de riesgos inimaginables, tanto en lo económico como en lo emocional.
Ser emprendedor es como ser artista. Se tiene talento para ello o no se tiene. No hay más ciencia, no basta con que te compres todos los pinceles posibles y las mejores pinturas y lienzos; eso no te volverá el sucesor de Picasso por mucho que lo intentes. Para mí, se trata de un talento innato, ¿de qué tipo?. Pues a ver:
Como emprendedor le pasará de todo, pero lo que seguro enfrentará con más frecuencia es colmarse de preocupaciones, decepciones, frustraciones, mucha angustia, ansiedad, dolores de cabeza, se le caerá el pelo, dormirá poco, trabajará mucho, tendrá pocos amigos, no encontrará tiempo para su familia, confiará en gente equivocada, algunos te traicionarán en la primera oportunidad que tengan y su teléfono no dejará de sonar (tampoco el WhatsApp o el correo) y no siempre serán buenas noticias.
Además de esto, su reloj no distinguirá si es de día o de noche, no tendrá vacaciones programadas, fines de semana por ley, descansos por salud, comerá mal, soportará a malos competidores, envidias, incluso sufrirá amenazas, muchas personas intentarán aprovecharse de ti sin que te des cuenta, entre otras dificultades.
Y todo esto, durante el largo camino hacia lo que muchos llaman "éxito", un camino que muchas veces no termina y con un "éxito" que a lo mejor nunca llega.
De hecho, el emprendimiento, desde que se inventó la palabra "startup", lo han pintado como un buen símbolo, pero está lleno de costos y sacrificios. También hay que recordar que la idea sea tuya, no quiere decir que sea buena o que tus amigos opinen que es excelente per se, no significa que realmente lo sea.
Por otro lado, si encuentra el dinero para poner en marcha su idea, ésta no se transformará inmediatamente en un negocio, puede ser que tenga buenos amigos o simplemente que la cuente bien. Al mercado le importa muy poco su esfuerzo, su dedicación y sus ganas. Tampoco es relevante cuánto dinero pueda captar, eso probablemente solo alargará la agonía. No olvide que: sin ingresos no hay negocio y los ingresos se los entrega el mercado.
Para finalizar, mi conclusión es que ser emprendedor es un arte y como todo arte se requiere talento, el cuál no se aprende, simplemente va en el ADN. Solo es cuestión de actitud, enfoque, disciplina y sobre todo es "sin llorar".Sebastián Jaramillo, gerente general de Trabajando.com