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Bolsonaro y Lula arrancan la campaña más polarizada de la historia de Brasil

ELECCIONES. El actual mandatario comenzó sus actividades en el lugar donde fue apuñalado hace cuatro años y dijo que "este país no quiere el comunismo". Desde su cuna política, su rival le dijo que "está poseído por el demonio" . Ambos concentran el 80% de la intención de voto entre 12 aspirantes.
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Ll exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente Jair Bolsonaro arrancaron ayer la campaña para las elecciones presidenciales que puede ser la más polarizada de la historia de Brasil con actos de enorme simbolismo en los que volvieron al pasado para pedir el voto.

Bolsonaro, de 67 años, inició su carrera hacia la reelección en la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, donde un perturbado lo apuñaló en 2018 cuando faltaba apenas un mes para la celebración de los comicios que lo catapultaron al poder.

Lula, de 76 años, revivió su pasado metalúrgico. Volvió "donde todo comenzó", a las puertas de una fábrica de Volkswagen, en Sao Bernardo do Campo, su cuna política y desde donde lideró unas protestas masivas en la década de los 70, en plena dictadura militar.

La batalla presidencial, que cuenta con 12 aspirantes en total, prácticamente se reduce a Lula y Bolsonaro, que concentran el 80% de las intenciones de voto, según los sondeos, que también prevén un triunfo holgado del exlíder sindical el próximo 2 de octubre.

Fantasma del comunismo

El capitán retirado del Ejército apeló al voto religioso y agitó el fantasma del "comunismo" contra Lula en su primer día de campaña.

Aunque las encuestas le siguen dando la espalda, el gobernante aún lidera entre el electorado evangélico, que comparte la misma agenda conservadora a la que volvió a referirse en sus discursos.

"Este país no quiere retrocesos, no quiere la ideología de género en las escuelas, no quiere liberar las drogas. Este país respeta la vida desde su concepción y no quiere el comunismo", indicó en un primer acto en Juiz de Fora, la ciudad de su "renacimiento".

Después, entre gritos de "mito", como le apodan sus simpatizantes, volvió al mismo punto del 'lugar del crimen', donde fue apuñalado en el abdomen el 6 de septiembre de 2018. Allí lo esperaban cientos de sus partidarios vestidos con los colores de la bandera brasileña.

"Brasil es una gran nación, un gran país pero hasta hace poco era robado por la izquierda que había en el poder. Este país no quiere más corrupción", manifestó Bolsonaro, en alusión a los escándalos que aparecieron durante los Gobiernos de Lula (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016).

El mandatario, que no citó en ningún momento a Lula, también recordó que juró "dar la vida por la patria como militar" y afirmó que ahora, "como ciudadano", mantiene el juramento y hará "todo por la libertad" de los brasileños.

Lula, raíces obreras

Por su parte, Lula se conectó de nuevo con sus orígenes obreros y empezó la campaña en el decaído cinturón industrial de Sao Paulo, donde se rodeó de cientos de metalúrgicos, a las puertas de la fábrica de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo.

"Fue aquí que todo ocurrió en mi vida, donde aprendí a ser persona, adquirí conciencia política y donde creo que fue por ustedes que fui un buen presidente", evocó el antiguo torneo mecánico.

Desde allí lideró manifestaciones masivas en pleno régimen militar y se transformó en un líder sindical reconocido nacionalmente. Esa fue la semilla que lo llevó a fundar el Partido de los Trabajadores (PT) en 1980 y que le llevó a la Presidencia entre 2003 y 2010.

Un huevo

El acto se desarrolló bajo un destacado dispositivo de seguridad, con tres filas de vallas metálicas de distancia con los periodistas, y en un momento alguien desde la carretera llegó a lanzar un huevo.

En su discurso, que pronunció subido a una Ford Ranger roja, Lula arremetió contra la gestión económica de Bolsonaro, que, según él, ha permitido la desindustrialización del país porque "no se ha preocupado en crear empleo".

Para ello, trajo datos de la decadencia económica de un país que sufre una inflación del 10% y cuenta con unos diez millones de personas en busca de trabajo (9,3%).

"No habrá mentiras, ni fake news que le mantengan gobernando este país", sentenció entre gritos de "Lula, guerrero del pueblo brasileño".

También calificó a Bolsonaro de "fariseo", por manipular la fe de las personas, en respuesta a mensajes que circulan en grupos bolsonaristas que aseguran que cerrará las iglesias, si vuelve al poder; y "genocida" por "no derramar una sola lágrima" por los 700.000 fallecidos que deja la covid-19 en el país.

"Si hay alguien poseído por el demonio ese es Bolsonaro", afirmó Lula, quien prometió "la mayor transformación" social de Brasil, centrada en crear empleos, subir salarios y en ser de nuevo "respetados" en el mundo.

45% de intención de voto le dan encuestas a Lula, mientras que a Bolsonaro lo ubican solo con un 30%. La elección es el 2 de octubre.

Asesinan a un fiscal ecuatoriano a solo 24 horas de atentado terrorista en Guayaquil

CRIMEN ORGANIZADO. Fue acribillado a balazos desde una moto.
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La Fiscalía General de Ecuador hizo público ayer su "enérgico rechazo" a la situación de violencia que vive el país y "que todos los días cobra víctimas mortales", como la noche del lunes, cuando fue asesinado un fiscal de la provincia de Los Ríos, o como 24 horas antes, cuando una bomba mató a cinco personas en Guayaquil, donde el Gobierno decretó 30 días de estado de excepción.

Según El Comercio, el fiscal Federico Estrella regresaba a su casa en Babahoyo cuando fue acribillado a balazos por sujetos que se trasladaban en moto.

La Fiscalía ecuatoriana reiteró ayer su compromiso con la ciudadanía de brindar el acceso a la justicia, "a pesar de este y otros atentados sufridos por servidores y trabajadores de la institución, además de varios intentos de amedrentamiento, con la clara intención de intimidarlos debido al cumplimiento de sus funciones".

"Es necesario que el país cuente con una estrategia efectiva para luchar contra todo tipo de delincuencia y prevenga la muerte diaria de personas inocentes y que las instituciones trabajemos en el marco de sus competencias en beneficio de la ciudadanía", añadió.

Una bomba casera

El crimen de Estrella se da en momentos en que la policía investiga la explosión en el barrio Cristo del Consuelo de Guayaquil, el domingo en la noche, donde cinco personas murieron y 17 resultaron heridas.

Según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, en el atentado se usaron explosivos de fabricación casera elaborados con base en sustancias químicas y se descartó la utilización de granadas o dispositivos de uso policial o militar.

"Lo que más nos preocupa es la capacidad que están teniendo para construir estos elementos de manera casera. Estos son aficionados que han aprendido desde las ciencias, desde la química. Lo que se utilizan son elementos caseros, entre esos acetona", dijo el ministro.

La potencia del explosivo colocado en la calzada junto a una vivienda generó un orificio de 1,6 metros de diámetro, de 36 a 40 centímetros de profundidad y cuya onda expansiva llegó a entre 60 y 70 metros, explicó.

La explosión mató a dos mujeres y un hombre en el lugar, mientras que otras dos personas fallecieron en los hospitales a los que fueron llevados.

Las autoridades presumen que el atentado estaba dirigido contra un sujeto conocido con el alias de "Cucaracha", así como contra otro conocido como "Junior", que al parecer tienen relación con la denominada banda "Tiguerones", vinculada al microtráfico de drogas y a las masacres perpetradas durante los últimos dos años en varias cárceles ecuatorianas.