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Endeudados y ¿confundidos?
Problemas con cargos y compras no reconocidas o mal efectuadas, comisiones excesivas, fraude o impugnación de intereses entre otros, son comunes en el canal de reclamos del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). Todos estos reclamos se encuadran en un escenario con alta morosidad y fácil acceso a tarjetas de créditos de bancos y casas comerciales. El 2019 existían 9,5 millones de deudores morosos, cifra revelada por el Banco Central en pleno fenómeno denominado "estallido social". Esta cifra de morosidad es preocupante dado el contexto en que el acceso a créditos es extremadamente rápido: los captadores solo tardan minutos en imprimir la tarjeta de un nuevo cliente.
Cuando las fuentes más rápidas y accesibles de información son a través de sitios web o aplicaciones móviles, sobre todo tras las limitaciones impuestas por las medidas para reducir los contagios de covid-19, surge la pregunta, ¿qué tan útil, transparente y sencilla es la información que tienen los consumidores en estas plataformas virtuales para tomar decisiones de endeudamiento?.
Definir mejoras para la entrega de información en plataformas online de tarjetas de crédito no es fácil por dos razones. Primero, la búsqueda de mejoras requiere una mirada multidisciplinaria. Esta mirada debe incluir la información económica (la cual obviamente es la piedra angular de cualquier decisión crediticia). Sin embargo, poner información frente a los ojos del consumidor no es garantía de que la consideren: la información debe ser atractiva, simple y transparente para que los consumidores la utilicen.
La segunda razón por la cual definir mejoras en la entrega de información es difícil, es la necesidad de utilizar un método objetivo. Dado que una política crediticia adecuada necesita integrar factores sicológicos-cognitivos, además de considerar la complejidad y diversidad de circunstancias de los consumidores, es tentador pensar que no hay más camino que la intuición y la subjetividad. Errado.
Endeudados e informados debería ser el título de esta columna. Está claro, el acceso al crédito nos permite acceder a un sinfín de servicios y bienes, e incluso sacarnos de una emergencia, pero la regulación debe ayudar a que esta decisión sea tomada con toda la información relevante, no sobre la mesa, si no clara en la mente de los consumidores.
Rosario Macera y Daniel Schwartz, académicos e investigadores
Recuperemos el trabajo formal
El 44% de los empleos recuperados desde el peor momento que vivimos de la pandemia corresponden a trabajos informales, y en total, un 27,1% de la fuerza laboral chilena se desempeña en labores informales. Cifras preocupantes que nos entregó recientemente el último IMCE elaborado por la Fundación Sol.
Frente a ello solo pienso en condiciones laborales indignas, salarios injustos, cero protección y ningún tipo de seguridad laboral.
Es cierto que la pandemia ha golpeado fuertemente la oferta de empleos y las personas necesitan seguir recibiendo ingresos, pero creo que es importante que podamos encontrar una mejor solución para ellas.
Es por ello que tanto desde el sector público como el privado debemos trabajar por ofrecer a quienes buscan emplearse oportunidades de hacerlo con las garantías del empleo formal. En esta lucha por erradicar el trabajo informal, debemos ser responsables y ofrecer soluciones. José Manuel Barros
Juventud, divino tesoro
El estereotipo del adolescente que vive en las nubes, que "anda en su mundo", desconectado de su realidad, se cae a pedazos. Hoy la juventud ha encontrado maneras de involucrarse en instancias que les permitan dar su opinión, participar e intervenir en diversas discusiones actuales. Según datos del Servicio Electoral (Servel), para el Plebiscito de 2020, el rango etario que más acudió a las urnas fue el segmento entre los 20 y 24 años, seguido del grupo entre 18 y 19 años, para estar en tercer lugar los del rango entre 25 y 29 años.
Uno de los aspectos interesantes que fueron incorporados a la propuesta de la Nueva Constitución, es que jóvenes de 16 y 17 años podrán votar voluntariamente en las distintas instancias de participación ciudadana, como elecciones y plebiscitos. Independiente del resultado del plebiscito de salida, es una iniciativa digna de llevar al Congreso para lograr el mismo objetivo: que nuestra sociedad progrese hacia un modelo donde se reconozca a la juventud como miembros activos de la sociedad; creo que aspectos como estos son clave para cultivar una democracia saludable. También, demuestra que las juventudes han materializado su interés y voluntad de participar en una sociedad que, por lo general, tiende a pensar que no se interesan en asuntos públicos.
Sobran ejemplos de jóvenes que, a través de distintas plataformas, han levantado la voz por el medio ambiente, por los animales, por las mujeres, por los niños, por las personas con discapacidad, por las diversidades sexuales y otros grupos. Hay mucho que aprender de la valentía que han demostrado las juventudes para intervenir en la sociedad, aprovechando sus años más frescos para generar cambios que impacten y beneficien a la sociedad.
Pero manifestarse no es suficiente. Dar a conocer un problema es el primer paso, sí, pero se requiere mucho más. Pasar a la acción de forma concreta es algo que no está siempre al alcance de la juventud por motivos económicos o la dificultad que implica organizar o siquiera tener acceso a recursos. Y es ahí donde el mundo adulto, como instituciones, empresas y gobiernos, puede intervenir y apoyar a activistas que trabajan por demandas que nos enorgullecen y motivan a ser mejores.
Paula Araya
Derecha e izquierda
Derecha e izquierda, términos políticos nacidos accidentalmente en Francia durante la revolución francesa, cuando a la izquierda del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente se ubicaron los antimonarquistas y a la derecha los monarquistas, perduran hasta hoy como símbolos ideológicos y de poder.
Cabe notar que aún con visiones opuestas, existen valores transversales: justicia, seguridad, autoridad, que ambas posiciones deben conciliar para el buen funcionamiento del Estado y de la sociedad.
San Agustín, en su obra "Del Orden", expresó: "la hermosura universal del mundo se produce como resultado de ciertas antítesis, es decir, debido a la combinación de cosas contrarias".
Gustavo Astorquiza