Un antirretroviral mejora la capacidad cognitiva en ratones con síndrome de Down
ESTUDIO. Tras las pruebas realizadas con lamiduvina, ahora el equipo de investigadores espera realizar ensayos clínicos en humanos. Búsqueda alcanzaría también al Alzheimer.
Agencias
Un fármaco antirretroviral común para tratar el VIH, la lamivudina, mejora la capacidad cognitiva en ratones con síndrome de Down, según un estudio que publica la revista Journal of Cellular and Molecular Medicine.
El estudio fue realizado en el Centro de Regulación Genómica (CRG) y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, en Barcelona, España, que ahora iniciarán un ensayo clínico para probarlo en humanos.
La investigación pone de relieve el potencial de la lamivudina, u otros fármacos capaces de bloquear el mismo blanco terapéutico, para mejorar el deterioro cognitivo del síndrome de Down, aunque los investigadores admiten que se deben realizar aún estudios clínicos para confirmar que el fármaco provoca un efecto similar en seres humanos.
El síndrome de Down es una condición causada por la presencia de un cromosoma extra en el genoma humano, que contiene 23 pares de cromosomas. En el caso de las personas con el síndrome, hay una de estas parejas que, en vez de dos, tiene tres copias del cromosoma número 21.
También alzheimer
Las personas con síndrome de Down también tienen un mayor riesgo de padecer Alzheimer, puesto que el cromosoma 21, que tienen triplicado, contiene los genes de una proteína clave para esta enfermedad, la proteína precursora amiloide (APP), que se acumula en el cerebro generando agregados proteicos que causan la alteración de la función cerebral.
Estos agregados proteicos son comunes en la mayoría de las personas mayores de 40 años con síndrome de Down, sin que haya hasta ahora un tratamiento preventivo.
Ahora, los resultados de este estudio apuntan a una posible vía de tratamiento con fármacos y sitúan a los retrotransposones como un posible objetivo terapéutico para el síndrome de Down, según explicó el director del IrsiCaixa, Bonaventura Clotet.
Los retrotransposones son segmentos de ADN que cambian su ubicación dentro del propio genoma creando copias de ARN de sí mismos para salir de la zona del genoma donde están ubicados y convertirse de nuevo en ADN para poder volver a insertarse en el genoma, pero ya en otro lugar.
Dichos segmentos pueden insertarse en áreas específicas del genoma y, por casualidad, posicionarse en zonas promotoras de genes asociadas a enfermedades neurodegenerativas, potenciando su actividad.
Los retrotransposones
Según Clotet, la actividad de estos segmentos de ADN para saltar de un sitio a otro del genoma aumenta con la edad. "Además, los retrotransposones presentan algunas similitudes con el VIH ya que, al igual que este virus, necesitan pasar de ADN a ARN, y a la inversa, para hacer copias de sí mismos", explicó el especialista.
De este modo, los investigadores se plantearon la hipótesis de que el uso de moléculas capaces de inhibir la replicación del VIH -como la enzima transcriptasa inversa- también podría funcionar para bloquear los retrotransposones.
"Tanto el VIH como los retrotransposones necesitan la misma molécula para hacer copias de sí mismos: la enzima transcriptasa inversa", detalló Bonaventura Clotet.
La comunidad científica había demostrado que la lamivudina, un inhibidor de esta enzima que ya se utiliza contra el VIH, disminuía la activación de los retrotransposones en ratones de edad avanzada. Por eso pensaron que también podría ser útil para contrarrestar el deterioro cognitivo asociado al síndrome de Down.
Para demostrarlo, trataron con lamivudina durante cuatro meses ratones con síndrome de Down, mientras que otro grupo se utilizó como control y únicamente recibió agua.
Experimentaron los comportamiento diseñados para comprobar la actividad locomotora, memoria de reconocimiento y ansiedad, y descubrieron que los ratones que recibían lamivudina mostraban mejor capacidad cognitiva.
La investigadora del CRG Mara Dierssen aportó que los resultados del estudio plantean la hipótesis de que los beneficios observados gracias a la lamivudina podrían deberse a su efecto sobre una o más variantes del gen APP.
"Nuestro trabajo pretende apoyar a personas con síndrome de Down y a sus familias ofreciéndoles más opciones para vivir de forma independiente, en particular a los afectados por la enfermedad de Alzheimer en fase inicial", puntualizó Dierssen.
El siguiente paso de los investigadores es iniciar ensayos clínicos con el fármaco en personas con síndrome de Down y enfermedad de Alzheimer.