Conaf registró masiva matanza de cisnes en Santuario del Río Cruces
LOBOS MARINOS. Pese a que han transcurrido cuatro años desde que se recepcionó la primera denuncia, aún no existe una solución para evitar que las aves sigan siendo depredadas por los mamíferos.
Entre el miércoles y jueves recién pasados y luego de una serie de patrullajes realizados por Conaf Los Ríos, personal del organismo público contabilizó un total de 22 ejemplares de cisnes de cuello negro muertos en el Sitio Ramsar Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo. Esto, por la interacción con lobos marinos que los cazan para alimentarse.
Ante esta situación, que se arrastra desde hace al menos cuatro años, el director regional de Conaf Los Ríos, Arnoldo Shibar, precisó que "como Corporación realizamos monitoreos y patrullajes constantes por el Santuario de la Naturaleza y fue así precisamente como detectamos la interacción entre lobos marinos y cisnes, con resultado de muerte para estos últimos. Esto es sumamente preocupante, considerando que este es el tiempo en que se forman las parejas y precisamente entre los cuerpos había una hembra en estado reproductivo activo".
La autoridad regional complementó que "pusimos el tema en conocimiento de los organismos respectivos, información que será tratada en la próxima reunión de Consejo Consultivo, por lo que como Conaf vamos a convocar a una mesa de trabajo con los involucrados para buscar una solución, ya que la acción de los lobos marinos es constante y no sólo termina en resultado de muerte para las aves, sino que también interfiere en los procesos reproductivos, ya que en esta época es la formación de parejas".
También se refirió a la compleja situación el seremi de Agricultura, Patricio Barría, quien manifestó en la misma línea que "estamos llanos a colaborar para buscar una solución en conjunto a esta problemática con los organismos afines, ya que es una situación que se viene informando desde el año 2018, fecha en que Conaf se percató de esta interacción entre lobos marinos y cisnes, lo que implica otra presión al Sitio Ramsar".
Esto se suma a la preocupación originada en que el año pasado no se logró avistar el nacimiento de polluelos, lo que se tradujo en una baja significativa en la población de cisnes de cuello negro.
De hecho, de acuerdo al Censo realizado en mayo de este año, la población de cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo asciende hasta los 2.782 ejemplares; mientras que en junio de 2020 fueron contabilizados 22.419.
Consejo consultivo
El actual presidente del Consejo Consultivo del Santuario de la Naturaleza Río Cruces y Chorocamayo es el representante de la Comunidad Humedal (que a su vez agrupa a 63 organizaciones que viven en torno al santuario), José Araya. La instancia también está conformada por el Ministerio del Medio Ambiente, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), además de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
El dirigente sostiene que las imágenes difundidas públicamente por la Conaf, "son bien impactantes. Es una situación bien lamentable, porque ya se van a cumplir cuatro años desde que se realizó la primera denuncia por la muerte de cisnes que estaban siendo atacados por lobos marinos".
Y continuó: "El cisne de cuello negro es una especie protegida, ya que este santuario se creó entre muchas cosas para proteger la biodiversidad y cuidar a esta especie que tiene en este lugar uno de sus principales centros de reproducción. Entonces, hay una misión del Estado que se tiene que cumplir, pero que no se ha estado cumpliendo".
Araya enfatizó que "la muerte de los cisnes de cuello negro produce un efecto en el paisaje también y eso forma parte de los destinos de naturaleza que se han ido creando en el territorio para fomentar el turismo comunitario, como una actividad económica. Dicho de otra manera, la situación de lo cisnes es preocupante por el daño a la ecología del lugar, por el daño a una especie protegida, pero también por el efecto que provoca en el Santuario de la Naturaleza con sus dinámicas sociales, culturales y socioeconómicas".
El presidente del Consejo Consultivo creado para ejecutar el plan de manejo para el santuario enfatizó que "también hay molestia, porque este tema se analizó desde que se creó la primera mesa en el segundo semestre de 2018, pero no hemos avanzado nada, no tenemos la solución y si la situación no se denuncia en la prensa, no se le da continuidad. Seguramente ahora se va a rearmar la mesa, se volverá a discutir el tema y las propuestas de solución que hay".
BUSCAR UNA SOLUCIÓN
¿Cómo encontrar una solución para evitar que los cisnes sigan siendo depredados? José Araya expone que "aquí, el dilema principal para buscar una solución son las competencias legales. Chile sigue siendo un país muy centralizado en su funcionamiento, lo cual significa que el santuario y la protección de los cisnes de cuello negro están bajo la tutela de Consejo de Monumentos Nacionales y de Conaf, que son los organismos que llevan la administración del santuario. Sin embargo, los lobos marinos dependen del Ministerio de Economía, porque la tutela legal de la situación de los lobos a nivel nacional y sus grados de protección dependen del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca).
Y continuó: "Acá hay que tomar un acuerdo entre las instituciones involucradas o bien reactivar esta mesa, pero para buscar una solución ya definitiva, porque lamentablemente la Conaf y las comunidades locales no pueden hacer nada mientras no haya una resolución de Sernapesca en torno a lo que se puede hacer o no con los lobos marinos, ya que hay una legislación que también protege a esa especie".
En esa línea, el dirigente lamentó que "la posición que ha manifestado el director regional de Sernapesca (Leonardo Llanos) es que esto es un fenómeno natural y que no hay que hacer nada. Si nosotros tenemos un servicio que piensa que esto es natural, entonces cómo nos vamos a sentar a la mesa a discutir. Nosotros tenemos que decir primero que estamos dentro de un área protegida que se creó para ciertas condiciones, entre ellas la protección de los cisnes de cuello negro, que el Estado tiene que resolver y no se puede quedar mirando desde la vereda, porque hay dos servicios públicos que no se ponen de acuerdo".
Con respecto a las ideas analizadas para sacar a la población de lobos marinos desde el santuario, el presidente del Consejo Consultivo afirmó que se plantearon ideas como "trasladar a los lobos marinos a otra zona, una experiencia que en algún momento se utilizó en otros lugares, de desplazarlos muy lejos para que no vuelvan. También, hace poco en el Consejo Regional se presentó una empresa que dice tener tecnología para instalar una especie de barreras de sonido que permitan que los lobos no suban al santuario".
"Los expertos nos han señalado que a los lobos hay que sacarlos rápidamente del santuario, porque si esta dinámica se mantiene, cada vez va a ser más compleja de resolver. Esto lo señalo, porque lo primero que nos dijo la gente que más conocía de este tema, en las primeras mesas, es que había que resolverlo rápido porque el lobo es un tipo de animal que va generando un acostumbramiento y se van sumando otros. Entonces, lamentablemente en cuatro años ya no son los cuatro lobos marinos que se decía en 2018, sino que ya tenemos colonias de lobos viviendo en el santuario y eso está generando un impacto ecológico en el territorio y el Estado se tiene que hacer cargo ahora", complementó Araya.
Al cierre de esta edición, no fue posible obtener una versión desde Sernapesca con respecto a la problemática que afecta a los cisnes. -