Matías Jullian
Con 29 años, Diego Carquín ya puede considerarse un veterano en los deportes acuáticos. Hoy, en Budapest, el clavadista competirá en su quinto Mundial y, en conversación con este medio, repasa el camino que ha recorrido, sus expectativas y el desarrollo de esta rama en nuestro país.
"Espero mejorar mi mejor participación", lanza desde Hungría el también kinesiólogo, que en Kazán 2015 terminó entre los 35 mejores del mundo.
-Este es tu quinto Mundial, ¿qué sentimiento te produce?
-Vestir la camiseta de Chile siempre es un honor, y hacerlo en la instancia más grande de los deportes acuáticos la verdad es que se siente muy especial. El hecho de que sea el quinto Mundial en el que compito también es bonito, porque se ve el recorrido, cómo he desarrollado mi carrera profesional deportiva. Es un mix de emociones. Sentir que soy un atleta consolidado a nivel mundial es parte de este sentir. Uno no se da cuenta lo rápido que pasa la carrera deportiva, pero siento que cada Mundial que viene estoy mejor preparado, sobre todo en un deporte que es muy mental, muy de experiencia, como son los clavados. Si tuviera que resumir mis sensaciones por estar aquí, diría que es un honor por el recorrido, pero todavía siento que me queda mucho por entregar.
-¿Cuáles son tus mejores resultados y cuáles son tus expectativas?
-Mis mejores resultados se han dado en el circuito local, en Sudamericanos y Panamericanos. Actualmente soy medallista en pruebas individuales en Sudamérica y en sincronizado somos segundos a nivel sudamericano. A nivel mundial he estado dentro de los mejores 35 del mundo, en Rusia 2015, en el Mundial de Kazán. Espero mejorar ese lugar ahora y esa puntuación. Por ahí va la expectativa en cuanto a resultados.
-¿Han crecido los deportes acuáticos en Chile desde que partiste?
-Siento que han crecido, ahora que me detengo un poco y veo el camino recorrido. Llevo más de 10 años en el circuito Mundial y ha sido un aporte mutuo. Nosotros hemos entregado mucho a los deportes acuáticos y los deportes acuáticos a nosotros. Antes se decía natación y uno solo pensaba en Kristel Köbrich, pero ahora también se sabe la existencia de los clavadistas, por ejemplo. Tenemos un buen escenario deportivo en el Estadio Nacional, hay buena infraestructura para clavados. Queda mucho, hay que motivar a la gente, a los niños, y nuestra misión y visión es que existan muchos más clavadistas en Chile, que seamos un país de clavadistas.
-El gran tema en este Mundial, el rescate de la nadadora estadounidense que se desmayó bajo el agua por parte de su entrenadora. ¿Cómo lo han vivido allá?
-Se conversa, fue el gran tema de la semana pasada. Conversamos sobre las causas del incidente, qué lo gatilla, por qué pasa. No he tenido contacto con ella, los chicos de Estados Unidos están en otro hotel y en el Mundial hay muchos deportistas. ¿Qué nos genera? En los deportes de alto rendimiento uno siempre busca llegar al límite, encontrar el límite para dar su mejor rendimiento. En el caso de la natación artística con el tema de la apnea y no respirar, claramente encontró ese límite. También a nosotros los clavadistas nos pasa, con el riesgo, la adrenalina, saltos cada vez más difíciles. Es parte del deporte, parte de venir a competir a entregarlo todo es asumir ese riesgo.
-La entrenadora contó que aplicó una técnica: apretar el meñique para despertarla. ¿La conocías?
-No me había tocado escucharla. Se ven hartas cosas extrañas en el deporte, pero desde mi parte, como atleta, de trabajar con muchos entrenadores, psicólogos y preparadores físicos, no le encuentro un fundamento. Tampoco como profesional de la salud. Como kinesiólogos nos toca estudiar cómo funciona el cuerpo humano y esto no aparece en ninguna parte.